Quique Sánchez Flores es, por méritos propios, uno de los mejores laterales diestros que han defendido el escudo del Valencia. Se marchó tras diez temporadas como titular indiscutible, habiendo disputado 321 partidos, 26 goles y 28 asistencias, y regresó casi una década después para sentarse en el banquillo y convertirse en el técnico de una plantilla que estuvo a punto de lograr grandes gestas. Siempre vinculado al Valencia CF, aunque su salida del club en el año 2007 no estuvo a la altura de lo que su profesionalidad mereció, Quique siempre ha mostrado su cariño y afecto por el club que le dio la oportunidad de triunfar en el mundo del fútbol.

Nacido en Madrid en febrero de 1965, Quique era hijo de Isidro, lateral derecho de Betis, Real Madrid o Sabadell, y Carmen Flores, cantaora flamenca hermana de Lola Flores. Su destino era claramente el balón, un deporte que vivió de cerca desde muy niño. Su padrino, Alfredo Di Stéfano, le regalaba balones y camisetas firmadas por los jugadores del Valencia CF durante su etapa como técnico valencianista a comienzos de los años 70. Fue ahí donde comenzó su vínculo con el equipo de Mestalla. Quique ingresó en las categorías inferiores del Real Madrid en su etapa de infantil, y tras ascender a los alevines, fichó por el Pegaso, equipo de la Tercera División con el que era ya titular a los 16 años de edad. Unos años más tarde, concretamente en 1984, Roberto Gil recomendó su fichaje junto al de Carlos Arroyo. Ese verano, Quique estampó su firma y comenzó a escribir su excepcional historia como valencianista.

Quique era un lateral ligero, rápido y dotado de una gran técnica. Pese a su aspecto endeble, sobre todo durante los primeros años, tenía una fortaleza física sorprendente y a los delanteros les resultaba casi imposible deshacerse de sus férreos marcajes. Subía la banda con velocidad, incorporándose al ataque con gran asiduidad, algo que le convertía en una prolífico asistente para sus delanteros. Pero Quique, además, tenía gol. Sus números, como bien atestiguan las estadísticas, muestran su eficacia frente a la puerta rival, con una media más que notable para un zaguero. Durante la temporada que el Valencia pasó en Segunda División, su superioridad técnica era tan sobresaliente que llegó a marcar nueve tantos, todo un récord para un defensa.

Debutó con la selección española el 23 de septiembre de 1987, nada más culminar el ascenso a Primera, en Castalia frente a Luxemburgo, y llegó a cumplir 15 internacionalidades, incluyendo el Mundial de Italia 90. Con el paso del tiempo, fue ganando en experiencia y al cumplir los 28 aceptó una oferta del Real Madrid que le proponía ganar los títulos que aquí le faltaron. Quique, que ya había rechazado varios intentos del equipo madridista, aceptó finalmente y ganó la Liga de 1995, en la que fue titular en 30 encuentros y marcó un gol. Permaneció dos temporadas, en las que completó 81 encuentros oficiales y marcó dos goles. En 1996, cumplida ya la treintena, firmó con el Zaragoza tras haber quedado descartado por Fabio Capello. En La Romareda colgó las botas tras haber participado en 10 encuentros con el equipo maño.

Tras su retirada, Quique se convirtió en comentarista deportivo en radio y televisión mientras obtenía su título de entrenador. Inició su carrera como técnico en el Getafe CF, recién ascendido a Primera División en la temporada 2004-2005, con el que consiguió mantener la categoría con un juego muy vistoso. En la temporada 2005-2006, Quique Sánchez Flores regresó al Valencia CF como entrenador de la primera plantilla. Clasificó al equipo para la Champions League dos campañas consecutivas, pero fue cesado en 2007 por el presidente, Juan Soler, tras los malos resultados obtenidos en el inicio de la temporada. Posteriormente entrenó al Benfica, Atlético de Madrid (con el que logró una UEFA y una Supercopa de Europa), Al-Ahli y Al-Ain, de los Emiratos Árabes Unidos, Watford, Espanyol y Shanghai Shenshua de la Liga china.