Miguel Gregori nació en la localidad valenciana de la Font d'en Carròs y se formó como delantero en las categorías inferiores del Valencia CF. Ascendió con honores todos los peldaños de la cantera hasta llegar al Mestalla en la temporada 1977-1978 y debutando con el primer equipo durante esa pretemporada, en un partido amistoso contra el Vinaroz disputado el día 10 de agosto de 1977 en el que salió como titular y marcó uno de los cuatro goles del equipo che. Era un delantero de brega y lucha, de los que gustan en Mestalla. Peleaba hasta la extenuación con la defensa, creando espacios y huecos para los compañeros, y no rehuía el riesgo en los remates.

Ascendió al Valencia a los 20 años y se incorporó a la primera plantilla del equipo que se coronó Campeón de Copa, pero la competencia en la zona de ataque era tremenda, con jugadores como Kempes, Felman, Diarte o Pablo, por lo que Miguel no tuvo excesivas oportunidades. Jugó tres partidos de Primera División de la mano de Marcel Domingo, debutando el 11 de febrero contra Las Palmas en Mestalla y jugando también contra el Recreativo de Huelva y el Celta de Vigo. No marcó, pero aportó garra a un ataque lleno de figuras pero con falta de gol.

Pasó los dos cursos siguientes cedido en el Cartagena, aprovechando que realizó el servicio militar en aquella localidad murciana. Fue una cesión fructífera, ya que se proclamó máximo goleador de la categoría. La temporada siguiente marchó cedido al Castellón, que estaba en Primera División, marcó 2 goles en 16 partidos que le sirvieron para acumular experiencia. Volvió para la Liga del 83 pero aparte de cuatro partidos de pretemporadas, no tuvo ninguna otra oportunidad ni con Miljanic, ni con Mestre ni con Koldo Aguirre, por lo que finalizada la campaña, marchó al Algeciras, con el que jugó 15 partidos en la categoría de plata, marcando dos goles, pero no pudiendo conseguir el objetivo de la permanencia por un sólo punto.

Pasó después por el Orihuela y la Unión Deportiva Poblense, antes de fichar por el Albacete Balompié, club en el que consolidó como titular, disputando 23 partidos de Liga en Segunda B, en los que marcó cuatro goles. En el verano de 1987 fichó por el Gandía, donde permaneció dos temporadas. Posteriormente firmó con la Unión Deportiva Oliva, donde se retiró de forma definitiva del fútbol en activo en el año 1990.