Porcal llegó al Valencia en febrero de 1921, procedente del Levante. Jugaba de interior por ambos lados, aunque su preferencia era hacerlo como extremo derecho. Procedía de una familia bien posicionada, y algunos medios de comunicación no titubearon en referirse a él como «el niño bien». Su técnica era exquisita y académica, sin excentricidades de cara a la galería. Era un admirador declarado de Eduardo Cubells, justo en la época en la que la afición estaba dividida entre él y Arturo Montes. Esto le perjudicó, ya que en ocasiones parecía sentirse superado por los acontecimientos cuando Cucala se desmarcaba y le pedía el balón. Permaneció dos años en el equipo de Mestalla perfeccionando su juego, hasta finales de 1923, cuando volvió al Levante, donde se asentó definitivamente como estrella y pieza fundamental.