Emilio González Morán nació de forma circunstancial en Palencia, debido a que su padre jugaba en el equipo de la localidad castellanoleonesa. Heredó de él el mote futbolístico «Panchulo», y con él se le conoció durante toda su carrera, desarrollada mayoritariamente como mediocentro defensivo y lateral. Llegó al Sporting con 19 años, tras pasar por el Unión de la Arena y el Titánico de Laviana. El equipo estaba en Segunda y su primera etapa como rojiblanco fue muy fugaz. Jugó sólo siete partidos de Liga y se fue un año al Real Avilés.

Posteriormente realizó el servicio militar en Valladolid, y vistió la camiseta blanquivioleta durante dos temporadas. Fue una buena experiencia para él, ya que jugó 30 partidos en Segunda División y mejoró sus cualidades físicas y técnicas. En 1966 marchó a Valencia para jugar con el Levante por dos temporadas, en las que disputó un total de 44 partidos a un magnífico nivel. Sus grandes actuaciones en la zona defensiva granota llamaron la atención del Valencia, que lo fichó para Primera División en la temporada 1968-1969.

En una entrevista realizada años después a un periódico asturiano, «Panchulo» declaró que la experiencia para él fue sensacional. Cuando le ficharon, no se lo creía, ya que en su infancia había tenida una especial predilección por el Valencia por culpa del gran Antonio Puchades. En Mestalla siempre fue un luchador incansable, que siempre estaba en el campo peleando, y nunca le faltó la estima de la exigente grada valencianista. Estuvo sólo una temporada, en la que jugó 11 partidos de Liga, pero dejó muy buenas sensaciones.

Finalizada la temporada se fue a Granada. Allí se mantuvo durante dos buenas temporadas en Primera, antes de regresar al Sporting de Gjón en 1971. Jugó tres temporadas, coincidiendo con la época dorada del club asturiano, y compartiendo vestuario con el mítico «Quini», hasta retirarse en 1974, a los 32 años de edad.