El centrocampista López llegó cedido por el Atlético Saguntino para el grandioso partido homenaje a Gaspar Rubio contra el Atlético de Madrid que se organizó en Mestalla el 27 de diciembre de 1932. Un encuentro calificado como el mayor acotecimiento deportivo de la temporada, y en el que el mítico Zamora se unió para defender la portería valencianista. Resultó que el jugador completó un partido sensacional, muy destacado por la crítica en la prensa local. Un hecho que, unido a la plaga de lesiones en la medular, provocó que López finalmente se quedara en el valencia.

Desplazado a la banda por Randolph Galloway, sorprendió a la parroquia por su tranquilidad en el campo y su depurada técnica. Jugó 7 partidos en Primera, pero la temporada siguiente, los fichajes de Iturraspe y Bertolí le dejaron sin hueco en el equipo, por lo que marchó al Elche para continuar su carrera.