Nacido en Talarn, provincia de Lleida, en octubre de 1902, Benito Roca sintió desde muy pequeño la llamada del fútbol, deporte al que jugaba a menudo con sus amigos, distinguiéndose siempre por el interés que ponía en el juego. En 1913 ingresó en el infantil del Montseny, pasando en 1917 al cuarto equipo del Avenc, ascendiendo sucesivamente de categoría. En ocasión de estar lesionado el titular, jugaba de interior derecha con tan gran acierto, que en adelante se le incluyó en el primer equipo, donde pasó a medio derecha. Ahí fue donde llamó la atención de los técnicos del Valencia.

Roca llegó a Mestalla en 1924, como uno de los primeros profesionales fichados desde el fútbol barcelonés. Pronto aquí gozó de gran popularidad, pues además de poner siempre gran entusiasmo en defensa, se distinguía por su humildad y modestia. En las eliminatorias para el campeonato de España de 1927, jugó de defensa derecho con tal entusiasmo y acierto, que desde entonces quedó jugando en aquella demarcación. Roca era un jugador muy completo, ya que aparte de jugar de medio derecho y defensa, con singular acierto, actuó en varias ocasiones como medio centro, demostrando también grandes condiciones para ese puesto.

Durante sus cinco temporadas en el club de Mestalla, fue un profesional admirable, al que se ponía siempre como ejemplo de jugador que sentía el escudo. Era conocido como «El Positivo», por su actitud sobre el terreno de juego. La de 1927 fue su mejor temporada, y se consagró futbolísticamente con un partidazo contra el Barcelona en Les Corts. Al finalizar la temporada 1927-1928 fue traspasado al Sant Andreu ante el estupor general, ya que nadie en la grada entendía la baja de uno de los mejores jugadores del equipo.