Mariano Ibáñez fue el portero titular del Valencia CF durante tres temporadas entre 1921 y 1923, por lo que fue el encargado de defender la portería valencianista en el estreno del club en competición nacional, en los partidos de Copa contra el Sporting de Gijón de 1923. Las crónicas de la época le definen como un gran atleta, de buen porte aunque algo menudo para el puesto, y cuyas intervenciones solían ser siempre espectaculares. Era un fan absoluto de la «zamorana», el despeje de codo inventado por el «Divino», y que con la profesionalización cayó afortunadamente en desuso. Solía jugar con una gorra a cuadros que decía traerle suerte, y sus «palomitas» eran largamente ovacionadas primero en Algirós y después en Mestalla.

Defendió la portería valencianista en 101 partidos, según nuestros registros, en los que encajó un total de 189 goles. Fue particularmente recordada su actuación en un partido de pretemporada en Les Corts contra el FC Barcelona, el 6 de octubre de 1923, que finalizó con empate a cero, y tras el cual los cronistas de Mundo Deportivo afirmaron que «Mariano fue el héroe del partido, y gracias a su actuación su equipo pudo salir del campo con un empate a cero». Con el paso de los meses, fue perdiendo la titularidad ya que Juan Llago le fue ganando terreno. Pasó por el Alcodiam antes de fichar por la Gimnástica de Madrid, club con el que regresó a Mestalla años más tarde.