Ficha de partido
Valencia CF
1 - 2
Chelsea FC
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
David Villa
8'
Joe Cole
20'
Descanso
45'
Nikola ZigicFernando Morientes
70'
Drogba
71'
Rubén BarajaDavid Albelda
75'
Carlos Marchena
78'
SidwellEssien
84'
KalouMalouda
86'
Javier ArizmendiJoaquín Sánchez
89'
Obi Mikel
89'
ÁlexObi Mikel
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Chelsea FC
Records vs Chelsea FC
Máximo goleador: Fernando Morientes (1 goles)
Goleador rival: Drogba (3 goles)
Más partidos: David Albelda (5 partidos)
Mayor victoria: 1 - 0 (17.09.2019)
Mayor derrota: 0 - 3 (06.12.2011)
Más repetido: 1-1 (3 veces)
Crónica
De los que duelen. El bofetón que recibió el Valencia fue inmerecido. No es que ofreciera un fútbol de ese que a la gente se le cae la baba, pero al menos fue el que más lo intentó. Ocasiones tuvo, sobre todo en los momentos finales. El Chelsea ganaba por la mínima y había que intentar igualar el choque para no perder el liderato de su grupo. Marchena, Silva y Arizmendi tuvieron el éxito en sus botas, pero se les esfumó. Primera derrota tras siete victorias y adiós a la posición de privilegio en la Liga de Campeones.
Y eso que todos creían que era el mejor momento para apuntillar al Chelsea, con la plantilla fracturada, con un técnico de pega, con Lampard en casa. Nada. Tiene fogonazos que hacen daño. Y si hace seis meses el ejecutor fue Essien, ayer lo fue Drogba. Control, velocidad y maestría para remachar.
El choque se decantó para el lado inglés en la segunda parte, pero los inicios fueron eléctricos, con numerosos truenos en forma de ocasiones. No se había llegado ni al primer minuto y ya Silva había desafiado a Cech, pero su chut salía fuera. Los indicios no podían ser mejores. En Mestalla se dejaban ver veintidós fantásticos y lo más razonable era ver fútbol del bueno. Y así ocurría. El balón marchaba de una zona a otra del terreno hasta que el más pillo de todos salió de su escondite.
David Villa asomó el morrito y si alguien se atreve a dejar un balón suelto cerca del asturiano sabe que lo va a pagar. Así ocurrió. El esférico rebotó en Essien y el internacional español encaró al portero del Chelsea. Sin nervios, con suficiencia, con soltura, de la forma más natural, el guaje convirtió el tanto inaugural.
Mejor imposible. El tanto dinamizó el encuentro. Y empezó a verse un choque de trenes en el centro del campo. El técnico del Chelsea se mostró timorato y se decidió por tres centrocampistas de contención y un solo punta. En la línea media era cuestión de fuerza, ya que por el Valencia aparecían Albelda y Marchena. Para ver a los artistas había que girar la vista hacia las bandas. Joaquín y Joe Cole protagonizaban las mejores escenas.
El sevillano tuvo su opción pero instantes después el inglés quiso imitarlo, aunque en esta ocasión sí acertó tras una magnífica jugada de Malouda y Drogba. Fue un chasco, un golpe bajo. Era la primera ocasión del Chelsea y acertaba. El fútbol no era justo. El Valencia era el que lo intentaba y los ingleses las veían venir, aunque la verdad que les iba perfecto.
Pese a todo, Villa seguía metiendo el dedo en el ojo a los defensas ingleses. La máscara ya molestaba a Terry. El asturiano lo intentaba de todas las maneras, con un chut, con una pared, en velocidad. Nada. Y fue lo último que ocurrió en la primera mitad. La tempestad pasó a ser una tormenta de verano.
El choque se enmarañó. El mando lo tomaron los tanques del centro del campo y nada pasaba. Balonazo por aquí, despeje por allá. Esto continuó en la segunda mitad. Parecían dormidos. La humedad les había enfriado los huesos.
Entre la calma empezaba a oírse un murmullo, ese que te indica que algo va a pasar. Balón a los pies de Joe Cole, pase medido a Drogba, velocidad endiablada y certero remate. La desesperación invadió Mestalla. De la nada había aparecido el africano para ahogar al Valencia.
Eso sí, tras unos minutos de bajón y con la entrada de Baraja y Zigic, el equipo se fue hacia arriba. Parecía un ciclón. Los últimos diez minutos se jugaron en el área inglesa. De forma algo alocada, eso sí, pero con sentimiento. Llegaron hasta tres ocasiones claras, pero no hubo forma de vengarse del Chelsea.
Y eso que todos creían que era el mejor momento para apuntillar al Chelsea, con la plantilla fracturada, con un técnico de pega, con Lampard en casa. Nada. Tiene fogonazos que hacen daño. Y si hace seis meses el ejecutor fue Essien, ayer lo fue Drogba. Control, velocidad y maestría para remachar.
El choque se decantó para el lado inglés en la segunda parte, pero los inicios fueron eléctricos, con numerosos truenos en forma de ocasiones. No se había llegado ni al primer minuto y ya Silva había desafiado a Cech, pero su chut salía fuera. Los indicios no podían ser mejores. En Mestalla se dejaban ver veintidós fantásticos y lo más razonable era ver fútbol del bueno. Y así ocurría. El balón marchaba de una zona a otra del terreno hasta que el más pillo de todos salió de su escondite.
David Villa asomó el morrito y si alguien se atreve a dejar un balón suelto cerca del asturiano sabe que lo va a pagar. Así ocurrió. El esférico rebotó en Essien y el internacional español encaró al portero del Chelsea. Sin nervios, con suficiencia, con soltura, de la forma más natural, el guaje convirtió el tanto inaugural.
Mejor imposible. El tanto dinamizó el encuentro. Y empezó a verse un choque de trenes en el centro del campo. El técnico del Chelsea se mostró timorato y se decidió por tres centrocampistas de contención y un solo punta. En la línea media era cuestión de fuerza, ya que por el Valencia aparecían Albelda y Marchena. Para ver a los artistas había que girar la vista hacia las bandas. Joaquín y Joe Cole protagonizaban las mejores escenas.
El sevillano tuvo su opción pero instantes después el inglés quiso imitarlo, aunque en esta ocasión sí acertó tras una magnífica jugada de Malouda y Drogba. Fue un chasco, un golpe bajo. Era la primera ocasión del Chelsea y acertaba. El fútbol no era justo. El Valencia era el que lo intentaba y los ingleses las veían venir, aunque la verdad que les iba perfecto.
Pese a todo, Villa seguía metiendo el dedo en el ojo a los defensas ingleses. La máscara ya molestaba a Terry. El asturiano lo intentaba de todas las maneras, con un chut, con una pared, en velocidad. Nada. Y fue lo último que ocurrió en la primera mitad. La tempestad pasó a ser una tormenta de verano.
El choque se enmarañó. El mando lo tomaron los tanques del centro del campo y nada pasaba. Balonazo por aquí, despeje por allá. Esto continuó en la segunda mitad. Parecían dormidos. La humedad les había enfriado los huesos.
Entre la calma empezaba a oírse un murmullo, ese que te indica que algo va a pasar. Balón a los pies de Joe Cole, pase medido a Drogba, velocidad endiablada y certero remate. La desesperación invadió Mestalla. De la nada había aparecido el africano para ahogar al Valencia.
Eso sí, tras unos minutos de bajón y con la entrada de Baraja y Zigic, el equipo se fue hacia arriba. Parecía un ciclón. Los últimos diez minutos se jugaron en el área inglesa. De forma algo alocada, eso sí, pero con sentimiento. Llegaron hasta tres ocasiones claras, pero no hubo forma de vengarse del Chelsea.