Ficha de partido: 28.11.1976: FC Barcelona 6 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

FC Barcelona
FC Barcelona
6 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Ángel Castellanos
18'
Clares
25'
Clares (Pen.)
44'
Descanso
45'
Eloy AnguloMiguel Ángel Adorno
45'
Clares
47'
Pepe Carrete
50'
Eloy Angulo
52'
Lobo Diarte (Pen.)
52'
Amarillo
58'
Fernando Tirapu
64'
Clares (Pen.)
70'
Clares
83'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Camp Nou
Aforo: 99.354 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 24/09/1957

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

El Barcelona - Valencía, que cerraba la jornada y era ofrecido a además por televisión, había despertado un interés y espectación tan excepcionales como justificados. Los valencianos marchaban en cabeza de la clasificación, y de un modo particular los hombres de su ataque se han convertido en este primer tercio de campeonato de liga en la máxima atracción. Son grandes figuras, estrellas del fútbol internacional y, al parecer, han encontrado un estupendo punto de compenetración, como lo demuestra la facilidad goleadora de los mismos.

Ante este Valencia temible especialmente, como decimos, en el aspacto atacante, un Barcelona que va adquiriendo solidez y eficacia a cada nueva jornada. También su delantera era de las que ya se había distinguido por su facilidad realizadora y en el aspecto defensivo los azulgrana podían presumir de ser el equipo menos goleado. Ese prometedor momento de los dos conjuntos parecía garantizar a priorísticamente un gran choque. Se preveía una nivelación de fuerzas y se daba por descontado que veriamos un fútbol de mucha calidad, a tenor del prestigio de varias de las figuras que forman en ambos equipos.

Las previsiones, ya lo sabe el lector, no se cumplieron. O se cumplieron sólo en parte. De los dos grandes equipos programados sóo a uno vimos en acción; y también los goles, que ciertamente no faltaron, fueron asunto exclusivo de uno de los contendientes. El otro fue borrado del campo como por arte de magia. Heriberto Herrera había guardado en secreto hasta última hora la alineación. Jesús Martínez, Eloy y Adorno, eran los tres nombres que se apuntaban como posibles incorporaciones sobre el esquema de alineación que había actuado últimame. Y, en efecto, a la hora de la verdad, Adorno fue quien salió al terreno de juego, mientras era de notar la ausencia de Rep. Parecía un indicio bastante claro, de que H. H. optaba por robustecer su medio campo, su cobertura a fin de cuentas considerando posiblemente, que el tandem Kempes-Diarte ya se bastaba por sí solo para garantizar el cupo de fútbol atacante al que tampoco podía el Valencia renunciar.

Fallaron las previsiones del míster valencianista y fallaron con estrépito. Y aventuraríamos que fallaron de nuevo cuando al inicio del segundo tiempo Adorno fue suplido por Eloy, que no intentó, sino hacer o mismo que había hecho Adorno pero lo hizo con bastante mayor eficacia y con tan malos modos, que el árbitro le mandó a la caseta a lOS 16 minutos. Lobo Diarte, con alguna que otra acción de ocasional apoyo por parte de Kempes, fue en realidad el único hombre que el Valencia dedicó al ataque. A un ataque teórico, entendamos, puesto que la cobertura azuigrana requiere algo más que una estrella solitaria para verse en apuros.

A lo largo de los primeros 45 minutos de presión azulgrana constante y al término de los cuales se llegó con 2-0 que no explicaba ni con mucho la superioridad local en todos los terrenos, el Valencia, su expecialista Diarte disparó a puerta una sola vez. No se acierta a entender, esa es la verdad, a qué diablos se aspiraba con una tan evidente estrategia de renuncia. La temeridad, en todo caso, se pago cara. Neeskens, Sánchez, Asensi y Cruyff se instalaron en el medio campo y con la colaboración, siempre que fue precisa de Ramos y Amarillo, mandaron sobre el terreno de punta a punta y las oleadas atacantes se sucedieron sin interrupción sobre la meta defendida por Balaguer. Dos goles se materializaron, pero no menos de media docena de situaciones clasrísimas pudieron también haberle hecho. Tirapu sobre Cruyff, con Adorno de apoyo auxiliar en tal cometido, Cordero sobre Clares y Cerveró sobre Rexach consiguieron muy a duras penas que el tanteo no fuese ya de escándalo al término de los iniciales 45 minutos. Pero la superioridad barcelonista, posicional, técnica, de dominio territorial, se hizo acreedora ya en aquel período de muchos más goles de los que subieron al marcador.

Al minuto de reemprenderse el juego, llegaba el tercer gol azulgrana. Y con él el derrumbamiento del once visitante. El señor Santana señaló un penalty contra el Barça por derribo de Diarte en el área, un derribo en el que las condicionés histriónicas del paraguayo brillaron esplendorosas. Y el propio Diarte lo convirtió en el gol valenciano. Pero de nada sirvió, por que dos minutos más tarde, el Barça totalmente desmelenado conseguía un cuarto gol en un disparo antológico de Amarillo.

Ante la contundencia del resultado, el malhumor (lógico malhumor si se quiere) hizo su aparición en las filas blancas y algunos de sus hombres: Carrete, Carveró, Castellanos, Juan Carlos ante el inesperado correctivo que los azulgrana proseguían implacables, perdieron los nervios. El Valencia demostró que no sabia perder, que no esperaba ni por asomo lo que ocurría y hubo una larga fase de brusquedades y violencias, en el trascurso del cual el colegiado mandó a la caseta a Eloy. Con un hombre menos, aquel Valencia ya totalmente desmoraliado se hundió sin paliativos. Y subieron dos nuevos goles barcelonistas al marcador, que igualmente pudieron haber duplicado su cifra, tan desigualmente estaba planteada la partida.

El Valencia atacante, ese Valencia con prestigio de goleador, ni asomó la nariz en el Camp Nou. Y es que el Valencia ha tenido una tarde tan nefasta, que todos los espectadores hemos salido del Camp Nou sin lograr entender la estupenda clasificación del equipo valenciano. Esta falta de acierto, de ideas y de inspiración tiene en gran parte, claro está, la explicación de que a su rival le ha ocurrido exactamente lo contrario. El Barça ha confirmado esa marcha ascendente que se está acentuando en su rendimiento. No hubo lagunas en el conjunto azUrgrana, que tuvo su gran secreto en la solidez, profundidad y aguante de sus hombres.