Ficha de partido
Valencia CF
1 - 0
Athletic Club
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Roberto GilAníbal Pérez
13'
Descanso
45'
José NebotAsist: Fernando Ansola
60'
EstéfanoArieta
86'
Poli MuñozJosé Ramón Fuertes
86'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Athletic Club
Records vs Athletic Club
Máximo goleador: Mundo Suárez (19 goles)
Goleador rival: Zarra (20 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (30 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (03.04.1949)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.10.1954)
Más repetido: 1-1 (23 veces)
Crónica
El Estadio Luis Casanova registró un lleno casi total para presenciar uno de los partidos claves de la Liga. El Valencia tenía que ganar para no perder el tren en la Copa de Ferias y el Bilbao para asegurarse el título de campeón. No es extraño, pues, que el encuentro estuviera rodeado de mucha pasión y nerviosismo en los graderíos, donde hicieron acto de presencia numerosos grupos de «hinchas» atléticos que, con sus carracas y gritos, animaron constantemente a su equipo. La verdad es que el Bilbao les ha dado bien pocas ocasiones para entusiasmarse. Este equipo que lucha no ha justificado en el campo valenciano sus asplraciones.
Los dos equipos han planteado un sistema táctico parecido, un 4-3-3 con un marcaje férreo, despiadado, a los jugadores claves de ambos bandos. El primer tiempo fue de tanteo de fuerzas, aunque una mejor ordenación visitante, cuyos jugadores parecían más atentos a la acción y al desmarque, mientras en el bando local se observaba un cierto desorden. De cualquier forma, y esto es lo más curioso, pese a ello el Bilbao no llegó a crear ningún peligro, por lo cual la defensa valenciana no tuvo dificultades serias para imponer su ley en el área. Solamente un error de Abelardo, a los 17 minutos, proporcionó un gran susto al público. Fue un tiro lejano que el meta local salió a blocar pero se le escurrió el esférico de las manos. La oportuna intervención de Barrachina salvó el momento cuando parecia que el Atlético se iba a colocar por delante en el marcador.
Frente a esta ineficacia vasca, el Valencia tampoco proporcionaba ninguna amenaza seria a Iríbar, ya que Ansola y Nebot, tradicionalmente hombres de punta, jugaban muy retrasados con lo cual a la cobertura rojiblanca no le costaba tampoco ningún esfuerzo deshilvanar los débiles ataques que contra ella se lanzaron.
Tras el descanso, ai juego continuó con las mismas características, es decir, de compieta nulidad ofensiva por ambos lados, hasta el punto de que el público se enfadó y en algunos sectores comenzó a gritarse "Tongo, tongo". Aunque naturalmente la pasión alcanzaba faceta tan desagradable como repudiable, lo cierto es que los dos conjuntos parecían conformarse con el empate.
En esta circunstancia, llegó el gol del triunfo del Valencia. Fue a los 14 minutos y medio de esta segunda parte. Fue, casi podemos afirmarlo sin temor al error, la única ofensiva coordinada de los de casa. Fue una jugada de gran calidad que inició Roberto con entrega a Ansola. Este, sin parar, profundizó hacia Nebot que, sobre la marcha, empalmó un disparo terrible al mismo ángulo. Iríbar voló, en un esfuerzo desesperado por desviar el tiro, pero nada pudo hacer. El balón llegó a la red. La ovación en el estadio fue de gala. Los mismos que gritaban "Tongo" comenzaron a animar al Valencia que, ciertamente después del gol, realizó su mejor fútbol de choque.
El Atlético se hundió de una manera incomprensible. No hizo una sola jugada con atisbo de gol, y sólo hacia el final Videgany salvó una situación comprometida. La delantera vasca ha carecido totalmente de mordiente y apenas tiró a gol. El Valencia jugó tan sólo regular mente, pues el nerviosismo acometió casi todas sus acciones, aunque después del gol se animó considerablemente y el propio Nebot, en un centro de Poli, estuvo a punto de marcar de nuevo, pero su cabezazo lo salvó inextremis Echeberría.
Los dos equipos han planteado un sistema táctico parecido, un 4-3-3 con un marcaje férreo, despiadado, a los jugadores claves de ambos bandos. El primer tiempo fue de tanteo de fuerzas, aunque una mejor ordenación visitante, cuyos jugadores parecían más atentos a la acción y al desmarque, mientras en el bando local se observaba un cierto desorden. De cualquier forma, y esto es lo más curioso, pese a ello el Bilbao no llegó a crear ningún peligro, por lo cual la defensa valenciana no tuvo dificultades serias para imponer su ley en el área. Solamente un error de Abelardo, a los 17 minutos, proporcionó un gran susto al público. Fue un tiro lejano que el meta local salió a blocar pero se le escurrió el esférico de las manos. La oportuna intervención de Barrachina salvó el momento cuando parecia que el Atlético se iba a colocar por delante en el marcador.
Frente a esta ineficacia vasca, el Valencia tampoco proporcionaba ninguna amenaza seria a Iríbar, ya que Ansola y Nebot, tradicionalmente hombres de punta, jugaban muy retrasados con lo cual a la cobertura rojiblanca no le costaba tampoco ningún esfuerzo deshilvanar los débiles ataques que contra ella se lanzaron.
Tras el descanso, ai juego continuó con las mismas características, es decir, de compieta nulidad ofensiva por ambos lados, hasta el punto de que el público se enfadó y en algunos sectores comenzó a gritarse "Tongo, tongo". Aunque naturalmente la pasión alcanzaba faceta tan desagradable como repudiable, lo cierto es que los dos conjuntos parecían conformarse con el empate.
En esta circunstancia, llegó el gol del triunfo del Valencia. Fue a los 14 minutos y medio de esta segunda parte. Fue, casi podemos afirmarlo sin temor al error, la única ofensiva coordinada de los de casa. Fue una jugada de gran calidad que inició Roberto con entrega a Ansola. Este, sin parar, profundizó hacia Nebot que, sobre la marcha, empalmó un disparo terrible al mismo ángulo. Iríbar voló, en un esfuerzo desesperado por desviar el tiro, pero nada pudo hacer. El balón llegó a la red. La ovación en el estadio fue de gala. Los mismos que gritaban "Tongo" comenzaron a animar al Valencia que, ciertamente después del gol, realizó su mejor fútbol de choque.
El Atlético se hundió de una manera incomprensible. No hizo una sola jugada con atisbo de gol, y sólo hacia el final Videgany salvó una situación comprometida. La delantera vasca ha carecido totalmente de mordiente y apenas tiró a gol. El Valencia jugó tan sólo regular mente, pues el nerviosismo acometió casi todas sus acciones, aunque después del gol se animó considerablemente y el propio Nebot, en un centro de Poli, estuvo a punto de marcar de nuevo, pero su cabezazo lo salvó inextremis Echeberría.