Ficha de partido
Athletic Club
1 - 2
Valencia CF
Equipos titulares
2
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Gaínza
8'
Vicente Seguí
35'
Descanso
45'
Faas Wilkes
75'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Athletic Club
Records vs Athletic Club
Máximo goleador: Mundo Suárez (19 goles)
Goleador rival: Zarra (20 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (30 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (03.04.1949)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.10.1954)
Más repetido: 1-1 (23 veces)
Crónica
Era muy natural, que ante el partido jugado eata tarde en San Mamés, entre el Valencia y el Atlético, la tónica del ambiente fuera en Bilbao de victoria, en atención a la marcha progresiva que lleva desde hace algún tiempo el cuadro rojiblanco y que se manifestó en el triunfo de tipo sensacional que el Atlético obtuvo el pasado domingo frente al Independiente, y el cual, como se sabe, tuvo repercusiones en todo el ambiente futbolístico español.
Por eso se debe considerar lógico, también, que el desenlace de la contienda de hoy entre bilbaínos y valencianos, haya sido corno un auténtico jarro de agua fría sobre el ánimo de los rojiblancos que esperaban, y no sin fundamento que su equipo daría un fuerte tirón hacia las alturas de la clasificación en esta segunda vuelta liguera, que ha comenzado con el encuentro de esta tarde. Y es que, ciertamente, no se preveía este traspiés del equipo bilbaíno frente a un rival como el Valencia, que si siempre fué, como se dice, un hueso, para él se estimaba que en esta ocasión dejaría de serlo, habida cuenta sobre todo sus grandes actuaciones entre argentinos y austriacos.
Sin embargo, la cosa ha sucedido de tal manera, que no hay nada que oponer a dicho desenlace, por cuanto se ha producido
de forma tan lamentable,como normal para las huestes bilbaínas. Con lo cual, no queremos decir que el resultado nos parezca reflejo del juego desarrollado por los dos equipos, sino que ha sido el tanteador en esta forna no pocas veces incongruente en que suele llegar al mismo en otros partidos de campeonato.
Si por dominio territorial y por ocasiones de gol habría que considerar cuál de los dos contendientes ha sido superior, no habría ringuna duda en situar en primer lugar al equipo bilbaíno, quien durante todo el partido, pero especialmente en la segunda mitad, ha atacado incansablemente más que su rival, al que ha llegado a embotellar en varios momentos de la segunda parte.
Mas frente a él, ha estado un Valencia fuerte y sobre todo sereno, que no ha perdido la cabeza en ningún momento y que mostrando una extraordinaria ligazón entro todas sus líneas, ha sabido agrupar con eficacia las virtudes de su mejor conjunto, a lo que exigían las circunstancias y así, empleándose mucho más en el tono defensivo que en el ofensivo, ha podido ir aguatando las tarascadas rojiblancas en las que privaban más el corazón que la inteligencia, y con su completísimo juego a la contra, al que se presta formidablemente su delantero centro Wilkes, un auténtico fenómeno, ha aprovechado mejor que sus rivales las oportunidades de marcar, logrando así una victoria que sera dicutida, desde luego, en el ambiente bilbaíno, pero no por su ilegalidad, si no porque será atribuída a la mala suerte que ha perseguido a dicho equipo.
En fin, aparte de eso, hay que decir que hemos presenciado un interesantísimo partido de campeonato, y que hubiese sido, sin duda alguna mejor, de haberlo permitido el estado de terreno de juego, excesivamente embarrado. Hay que decir también, que los dos equipos, cada uno con su estilo peculiar, han actuado correctamente, adjudicándose la decisión del mismo, el que se ha visto más protegido por los hados futbolísticos. Este ha sido el Valencia, que se ha dejado dominar por el Atlético durante todo el encuentro, pero que, sin embargo, ha sabido aprovechar mejor las ocasiones de gol.
El primero en marcar ha sido el Atlético por mediación de Gaínza, quien a los ocho minutos, en jugada de gran habilidad, ha batido a López. Luego ha presionado el Valencia hasta que a los 31 minutos, Seguí ha conseguido el tanto del empate. Sin más, se ha llegado al descanso. La segunda parte ha sido de dominio total y absoluto del bando bilbaíno, que en muchos momentos ha embotellado al Valencia, con escapadas de su delantero centro Wilkes, ha logrado a los 31 minutos un nuevo tanto que habría de ser el de la victoria. Más tarde, el Atlético ha apretado aún más sus resortes y ha sacado a Venancio de la defensa para reforzar el ataque. Pero inútilmente, porque por mucho que se ha esforzado el equipo bilbaíno, se ha llegado al final sin que se produjera el empate.
Después de esto, cabe decir que el Valencia ha sabido jugar con gran inteligencia un partido que, sobre el papel, se le presentaba difícil, dando en todo momento mayor sensación de conjunto que su rival, porque la verdad es que han sabido dosificar sus esfuerzos y situar sus peones a tenor de los que exigían las circunstancias de tono defensivo en la mayor parte de la contienda, mas sin descuidar por ello ninguna posibilidad de ataque, aprovechándose para ello de ese jugador genial que tienen en su delantero y que se llama Wilkes. En cuanto a individualidades, aparte del holandés, han destacado Pasieguito y Puchades, y también Monzó en algunos momentos. Los demás han cumplido, sobre todo en lo de ofrecer un gran rendimiento al servicio del conjunto.
En cuanto al Atlético, handicapado probablemente por el estado del campo, cuya situación fuera más apropiada para el juego que le corresponde hacer, el defecto principal que le ha llevado a perder el partido ha sido la inexperiencia de algunos de sus jóvenes elementos en el que ha caido el resto del equipo, sin percatarse de los afanes defensivos que presidían la actuación general del Valencia, ha insistido una y mil veces, sobre todo en la segunda parte, en establecer un acoso que ningún fruto podía tener, habida cuenta de la muralla establecida por el equipo levantino ante su meta, y los expeditivos que mostraban su defensa para alejar cualquier situación de peligro.
Por eso se debe considerar lógico, también, que el desenlace de la contienda de hoy entre bilbaínos y valencianos, haya sido corno un auténtico jarro de agua fría sobre el ánimo de los rojiblancos que esperaban, y no sin fundamento que su equipo daría un fuerte tirón hacia las alturas de la clasificación en esta segunda vuelta liguera, que ha comenzado con el encuentro de esta tarde. Y es que, ciertamente, no se preveía este traspiés del equipo bilbaíno frente a un rival como el Valencia, que si siempre fué, como se dice, un hueso, para él se estimaba que en esta ocasión dejaría de serlo, habida cuenta sobre todo sus grandes actuaciones entre argentinos y austriacos.
Sin embargo, la cosa ha sucedido de tal manera, que no hay nada que oponer a dicho desenlace, por cuanto se ha producido
de forma tan lamentable,como normal para las huestes bilbaínas. Con lo cual, no queremos decir que el resultado nos parezca reflejo del juego desarrollado por los dos equipos, sino que ha sido el tanteador en esta forna no pocas veces incongruente en que suele llegar al mismo en otros partidos de campeonato.
Si por dominio territorial y por ocasiones de gol habría que considerar cuál de los dos contendientes ha sido superior, no habría ringuna duda en situar en primer lugar al equipo bilbaíno, quien durante todo el partido, pero especialmente en la segunda mitad, ha atacado incansablemente más que su rival, al que ha llegado a embotellar en varios momentos de la segunda parte.
Mas frente a él, ha estado un Valencia fuerte y sobre todo sereno, que no ha perdido la cabeza en ningún momento y que mostrando una extraordinaria ligazón entro todas sus líneas, ha sabido agrupar con eficacia las virtudes de su mejor conjunto, a lo que exigían las circunstancias y así, empleándose mucho más en el tono defensivo que en el ofensivo, ha podido ir aguatando las tarascadas rojiblancas en las que privaban más el corazón que la inteligencia, y con su completísimo juego a la contra, al que se presta formidablemente su delantero centro Wilkes, un auténtico fenómeno, ha aprovechado mejor que sus rivales las oportunidades de marcar, logrando así una victoria que sera dicutida, desde luego, en el ambiente bilbaíno, pero no por su ilegalidad, si no porque será atribuída a la mala suerte que ha perseguido a dicho equipo.
En fin, aparte de eso, hay que decir que hemos presenciado un interesantísimo partido de campeonato, y que hubiese sido, sin duda alguna mejor, de haberlo permitido el estado de terreno de juego, excesivamente embarrado. Hay que decir también, que los dos equipos, cada uno con su estilo peculiar, han actuado correctamente, adjudicándose la decisión del mismo, el que se ha visto más protegido por los hados futbolísticos. Este ha sido el Valencia, que se ha dejado dominar por el Atlético durante todo el encuentro, pero que, sin embargo, ha sabido aprovechar mejor las ocasiones de gol.
El primero en marcar ha sido el Atlético por mediación de Gaínza, quien a los ocho minutos, en jugada de gran habilidad, ha batido a López. Luego ha presionado el Valencia hasta que a los 31 minutos, Seguí ha conseguido el tanto del empate. Sin más, se ha llegado al descanso. La segunda parte ha sido de dominio total y absoluto del bando bilbaíno, que en muchos momentos ha embotellado al Valencia, con escapadas de su delantero centro Wilkes, ha logrado a los 31 minutos un nuevo tanto que habría de ser el de la victoria. Más tarde, el Atlético ha apretado aún más sus resortes y ha sacado a Venancio de la defensa para reforzar el ataque. Pero inútilmente, porque por mucho que se ha esforzado el equipo bilbaíno, se ha llegado al final sin que se produjera el empate.
Después de esto, cabe decir que el Valencia ha sabido jugar con gran inteligencia un partido que, sobre el papel, se le presentaba difícil, dando en todo momento mayor sensación de conjunto que su rival, porque la verdad es que han sabido dosificar sus esfuerzos y situar sus peones a tenor de los que exigían las circunstancias de tono defensivo en la mayor parte de la contienda, mas sin descuidar por ello ninguna posibilidad de ataque, aprovechándose para ello de ese jugador genial que tienen en su delantero y que se llama Wilkes. En cuanto a individualidades, aparte del holandés, han destacado Pasieguito y Puchades, y también Monzó en algunos momentos. Los demás han cumplido, sobre todo en lo de ofrecer un gran rendimiento al servicio del conjunto.
En cuanto al Atlético, handicapado probablemente por el estado del campo, cuya situación fuera más apropiada para el juego que le corresponde hacer, el defecto principal que le ha llevado a perder el partido ha sido la inexperiencia de algunos de sus jóvenes elementos en el que ha caido el resto del equipo, sin percatarse de los afanes defensivos que presidían la actuación general del Valencia, ha insistido una y mil veces, sobre todo en la segunda parte, en establecer un acoso que ningún fruto podía tener, habida cuenta de la muralla establecida por el equipo levantino ante su meta, y los expeditivos que mostraban su defensa para alejar cualquier situación de peligro.