Ficha de partido
Valencia CF
6 - 3
(Prorroga)
Athletic Club
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Antonio Puchades
10'
Silvestre IgoaAsist: Amadeo Ibáñez
27'
Amadeo IbáñezAsist: Vicente Seguí
42'
Descanso
45'
Zarra
62'
Quiliano GagoAsist: Bernardino Pasieguito
73'
Zarra
75'
Amadeo IbáñezAsist: Quiliano Gago
80'
Silvestre Igoa
89'
Inicio pr�rroga
90'
Gaínza
125'
Final del partido
120'
Estadio
Rival: Athletic Club
Records vs Athletic Club
Máximo goleador: Mundo Suárez (19 goles)
Goleador rival: Zarra (20 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (30 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (03.04.1949)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.10.1954)
Más repetido: 1-1 (23 veces)
Crónica
En Valencia hemos visto esta tarde la verdadera final del Campeonato de Copa de 1950. El planteamiento de la misma ya le daba tal singnificación, pues no existe en España dos equipos con más tradición copera que el Atlético de Bilbao y el Valencia C.F., pero además el desarrollo del partido ha sido de verdadera final, por lo formidablemente bien jugado por dos equipos que desde el primer momento hasta el último se han desenvuelto cara al marcador, abriendo sus líneas para hacer subir los números al mismo lo más rápidamente posible, con el fin de anular los cuatro tantos que se trajo de San Mamés el Valencia, y el Atlético para aumentar la diferencia, y de esta forma cubrir el peligro de que el Valencia tuviera una tarde de aciertos.
Para que nada faltase, se ha llegado al final del tiempo reglamentario con una igualada a siete tantos en la eliminatoria, precisando de tres prórrogas de diez minutos para que pudiera designarse el finalista, honor que ha obtenido al fin el Atlético a los dos minutos cuarenta y cinco segundos de la tercera prórroga, o sea, cerca de las dos horas de juego agotador por la velocidad que el Valencia imprimió al mismo desde el primer instante. Un juego de verdadero campeonato por la emoción y brío con que han actuado los dos equipos, pero en calidad muy superior a lo que suele darse en la mayoría de partidos de final de Copa, donde el jugar a la contra y con los nervios sueltos es lo más corriente.
Digámoslo pronto y bien alto: el Valencia ha perdido el derecho a jugar la final. Sin embargo, nunca como hoy lo tuvo merecido, pues su partido de esta tarde ha sido de gran altura, mostrándose muy superior a su adversario en todos los terrenos, haciéndose el dueño del campo y superando a su adversario tanto por la ejecución de los goles como por la misma calidad de su juego. Una eliminatoria que se le ha ido al Valencia por verdadera desgracia, pues fueron muchos de los balones que se estrellaron en los maderos lo mismo al comienzo del partido que en los últimos minutos y después, al no poder resistir el esfuerzo físico enorme que representaban las dos horas de juego, llevando constantemente la iniciativa del ataque para superar los cuatro tantos de San Mamés, y después los otros dos que estúpidamente se apuntaron los bilbaínos. Dos goles que el Atlético marcó en jugadas aisladas y sin apenas lucimiento, aprovechándose Zarran de la confianza excesiva de los zagueros valencianos, y también de Pérez, en el segundo gol rematado desde muy lejos y que no debió entrar. Algo parecido ocurrió a última hora con el de Gainza, el decisivo que ha valido al Bilbao su clasificación para la final, cuando el juego estaba de parte del Valencia, pero ni Díaz ni Santacatalina supieron replegarse a tiempo para evitar el servicio de Nando a Zarra, y después el de éste a Gainza, que de tiro cruzadísimo incrustó el balón en la red, con el cual se dio por terminado el partido.
Ha perdido la eliminatoria el Valencia, pero, insistimos, lo debió de ganar como pocas veces. Para nosotros, el vencedor moral, el verdadero finalista del partido de hoy, ha sido el Valencia, cuyos jugadores se han hecho acreedores al entusiasmo y adhesión de los aficionados valencianistas, que al terminar el partido, cosa verdaderamente asombrosa, le han otorgado grandes ovaciones en elogio por la tarde estupenda de juego.
Al finalizar el partido, Pérez hizo una salida desesperada, arrojándose a los pies de Zarra, a quien arrebató la pelota. Pérez quedó conmocionado en el campo. Eizaguirre salió a sustituirlo, acogiéndole el público con una gran ovación, pero en un esfuerzo de voluntad extraordinario, Pérez quiso mantenerse en el puesto cuando aún no estaba recuperado, y tal vez esto ha influido en el tanto de la victoria.
De todas maneras, hay que decir que el Valencia, a partir de la segunda prórroga, dejó sentir de una manera ostensible el cansancio. Los dos equipos habían hecho un esfuerzo extraordinario, pero el del Valencia fue superior, y a partir de aquí se advirtió claramente que las energías de los jugadores no respondían a la voluntad grande de que estaban inspirados.
El Atlético ha jugado un partido bueno, pero ha tenido que actuar siempre bajo el dictado del juego que le impuso el Valencia desde el primer momento, cubriendo bien las líneas de atrás se lanzó al ataque, buscando la forma de marcar nuevamente para adquirir mayor ventaja. Pero no lo consiguió y por el contrario, antes de llegar al descanso, el Valencia había subido tres tantos al marcador, con lo cual el partido era completamente favorable, marcados por Puchades, Igoa y Seguí.
Pero al llegar la segunda parte, el Atlético tuvo unos momentos muy buenos, aprovechando cierto desconcierto que se operó en la zaga valenciana al jugar excesivamente confiada y adelantada en el terreno bilbaíno. En esta circunstancia, el Atlético obtuvo sus dos goles, obra de Zarra, y al ponerse el marcador en un tres-dos, el público perdió, en general, las esperanzas que tenía de que el Valencia igualara el tanteo. Pero en el último cuarto de hora, en una jugada llena de inspiración y acierto, Amadeo, Gago e Igoa igualaron nuevamente el tanteo de la eliminatoria, poniendo el partido en un 6-2, y de esta forma se llegó al final del tiempo reglamentario.
La primera prórroga parecía ser que el Valencia, que actuaba con bastante serenidad, iba a inclinar definitivamente el tanteo a su favor, pero al iniciarse los segundos diez minutos de la prórroga y comenzar a perfilarse agotado el Valencia, fue cuando se temió ya por la derrota, que vino de manera definitiva a los dos minutos cuarenta y cinco segundos de la tercera prórroga.
Como figuras destacadas del Valencia hay que destacar a Asensi, Puchades, Gago e Igoa. Y en el Atlético los mejores han sido Lezama, Areta, Nando, que ha tenido una actuación excelente. Arbitro Fombona con jueces asturianos, que ha tenido una actuación excelente.
Para que nada faltase, se ha llegado al final del tiempo reglamentario con una igualada a siete tantos en la eliminatoria, precisando de tres prórrogas de diez minutos para que pudiera designarse el finalista, honor que ha obtenido al fin el Atlético a los dos minutos cuarenta y cinco segundos de la tercera prórroga, o sea, cerca de las dos horas de juego agotador por la velocidad que el Valencia imprimió al mismo desde el primer instante. Un juego de verdadero campeonato por la emoción y brío con que han actuado los dos equipos, pero en calidad muy superior a lo que suele darse en la mayoría de partidos de final de Copa, donde el jugar a la contra y con los nervios sueltos es lo más corriente.
Digámoslo pronto y bien alto: el Valencia ha perdido el derecho a jugar la final. Sin embargo, nunca como hoy lo tuvo merecido, pues su partido de esta tarde ha sido de gran altura, mostrándose muy superior a su adversario en todos los terrenos, haciéndose el dueño del campo y superando a su adversario tanto por la ejecución de los goles como por la misma calidad de su juego. Una eliminatoria que se le ha ido al Valencia por verdadera desgracia, pues fueron muchos de los balones que se estrellaron en los maderos lo mismo al comienzo del partido que en los últimos minutos y después, al no poder resistir el esfuerzo físico enorme que representaban las dos horas de juego, llevando constantemente la iniciativa del ataque para superar los cuatro tantos de San Mamés, y después los otros dos que estúpidamente se apuntaron los bilbaínos. Dos goles que el Atlético marcó en jugadas aisladas y sin apenas lucimiento, aprovechándose Zarran de la confianza excesiva de los zagueros valencianos, y también de Pérez, en el segundo gol rematado desde muy lejos y que no debió entrar. Algo parecido ocurrió a última hora con el de Gainza, el decisivo que ha valido al Bilbao su clasificación para la final, cuando el juego estaba de parte del Valencia, pero ni Díaz ni Santacatalina supieron replegarse a tiempo para evitar el servicio de Nando a Zarra, y después el de éste a Gainza, que de tiro cruzadísimo incrustó el balón en la red, con el cual se dio por terminado el partido.
Ha perdido la eliminatoria el Valencia, pero, insistimos, lo debió de ganar como pocas veces. Para nosotros, el vencedor moral, el verdadero finalista del partido de hoy, ha sido el Valencia, cuyos jugadores se han hecho acreedores al entusiasmo y adhesión de los aficionados valencianistas, que al terminar el partido, cosa verdaderamente asombrosa, le han otorgado grandes ovaciones en elogio por la tarde estupenda de juego.
Al finalizar el partido, Pérez hizo una salida desesperada, arrojándose a los pies de Zarra, a quien arrebató la pelota. Pérez quedó conmocionado en el campo. Eizaguirre salió a sustituirlo, acogiéndole el público con una gran ovación, pero en un esfuerzo de voluntad extraordinario, Pérez quiso mantenerse en el puesto cuando aún no estaba recuperado, y tal vez esto ha influido en el tanto de la victoria.
De todas maneras, hay que decir que el Valencia, a partir de la segunda prórroga, dejó sentir de una manera ostensible el cansancio. Los dos equipos habían hecho un esfuerzo extraordinario, pero el del Valencia fue superior, y a partir de aquí se advirtió claramente que las energías de los jugadores no respondían a la voluntad grande de que estaban inspirados.
El Atlético ha jugado un partido bueno, pero ha tenido que actuar siempre bajo el dictado del juego que le impuso el Valencia desde el primer momento, cubriendo bien las líneas de atrás se lanzó al ataque, buscando la forma de marcar nuevamente para adquirir mayor ventaja. Pero no lo consiguió y por el contrario, antes de llegar al descanso, el Valencia había subido tres tantos al marcador, con lo cual el partido era completamente favorable, marcados por Puchades, Igoa y Seguí.
Pero al llegar la segunda parte, el Atlético tuvo unos momentos muy buenos, aprovechando cierto desconcierto que se operó en la zaga valenciana al jugar excesivamente confiada y adelantada en el terreno bilbaíno. En esta circunstancia, el Atlético obtuvo sus dos goles, obra de Zarra, y al ponerse el marcador en un tres-dos, el público perdió, en general, las esperanzas que tenía de que el Valencia igualara el tanteo. Pero en el último cuarto de hora, en una jugada llena de inspiración y acierto, Amadeo, Gago e Igoa igualaron nuevamente el tanteo de la eliminatoria, poniendo el partido en un 6-2, y de esta forma se llegó al final del tiempo reglamentario.
La primera prórroga parecía ser que el Valencia, que actuaba con bastante serenidad, iba a inclinar definitivamente el tanteo a su favor, pero al iniciarse los segundos diez minutos de la prórroga y comenzar a perfilarse agotado el Valencia, fue cuando se temió ya por la derrota, que vino de manera definitiva a los dos minutos cuarenta y cinco segundos de la tercera prórroga.
Como figuras destacadas del Valencia hay que destacar a Asensi, Puchades, Gago e Igoa. Y en el Atlético los mejores han sido Lezama, Areta, Nando, que ha tenido una actuación excelente. Arbitro Fombona con jueces asturianos, que ha tenido una actuación excelente.