Ficha de partido
Valencia CF
4 - 1
Real Madrid
Equipos titulares
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Silvestre IgoaAsist: Epi Fernández
1'
Álvaro Pérez
3'
Vicente GiraldósAsist: Silvestre Igoa
25'
Descanso
45'
Mundo SuárezAsist: Silvestre Igoa
45'
Vicente GiraldósAsist: Amadeo Ibáñez
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Madrid
Records vs Real Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (28 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)
Crónica
Eligen campo los de casa a favor del aire, fuerte y molesto, y el avance de salida del Madrid es interceptado por la media valenciana, que cede la pelota al lado derecho, desde donde Epi, tras driblar a un contrario, centra a media altura, recogiendo Igoa, que se había desmarcado, para, de tiro fuerte y cruzado, marcar el primer gol, cuando apenas había transcurrido medio minuto.
La igualada se produjo de un modo inesperado, a los tres minutos, como consecuencia de una desgraciada intervención de Álvaro, que al tratar de entregar la pelota dentro del área a Eizaguirre, anulando el acoso de Alsúa, puso el esférico fuera del alcance del portero, llegando así hasta la red.
Se juega con gran tren, con mucha codicia por el Valencia y con más serenidad y cohesión por el Madrid, cuyos dos interiores sirven de nexo perfecto entre la media y el ataque. Anotamos un potente tiro, desde lejos, de Molowny, que bloca Eizaguirre con agobio. Mediado el tiempo, y en el ir y venir de la pelota, un centro corto de Epi lo remata Mundo, de cabeza, a las mallas, anulándose el tanto por carga violenta.
El segundo gol de los de casa, y con él el del desempate, a los treinta y nueve minutos, obra de Giraldós, de tiro raso y de cerca, resolviendo un momento de confusión y recogiendo una pelota que Mundo, muy marcado, le cedió. Los últimos minutos del primer tiempo con de gran nervosismo y dureza en ambos bandos, y faltando dos para el descanso, el Valencia lograba el tercer gol, como consecuencia de una inteligente combinación entre Monzó, Epi, Igoa y Mundo, que culminó de un tiro de éste último flojo a ras de tierra por el ángulo.
Se reanuda el juego y los interiores constituyen factores poderosísimos, dando lugar a que la emoción cunda en el área madrileña, sobre todo en un codicioso forcejeo a través del cual un tiro formidable de Epi, a portero batido, lo rechazó el poste. Cuando ya el marcador parecía invariable, Giraldós, después de driblar a varios jugadores, y burlando la salida del portero, enviaba el esférico a la red, aumentando así la victoria con un cuarto gol, producido en su último minuto.
La igualada se produjo de un modo inesperado, a los tres minutos, como consecuencia de una desgraciada intervención de Álvaro, que al tratar de entregar la pelota dentro del área a Eizaguirre, anulando el acoso de Alsúa, puso el esférico fuera del alcance del portero, llegando así hasta la red.
Se juega con gran tren, con mucha codicia por el Valencia y con más serenidad y cohesión por el Madrid, cuyos dos interiores sirven de nexo perfecto entre la media y el ataque. Anotamos un potente tiro, desde lejos, de Molowny, que bloca Eizaguirre con agobio. Mediado el tiempo, y en el ir y venir de la pelota, un centro corto de Epi lo remata Mundo, de cabeza, a las mallas, anulándose el tanto por carga violenta.
El segundo gol de los de casa, y con él el del desempate, a los treinta y nueve minutos, obra de Giraldós, de tiro raso y de cerca, resolviendo un momento de confusión y recogiendo una pelota que Mundo, muy marcado, le cedió. Los últimos minutos del primer tiempo con de gran nervosismo y dureza en ambos bandos, y faltando dos para el descanso, el Valencia lograba el tercer gol, como consecuencia de una inteligente combinación entre Monzó, Epi, Igoa y Mundo, que culminó de un tiro de éste último flojo a ras de tierra por el ángulo.
Se reanuda el juego y los interiores constituyen factores poderosísimos, dando lugar a que la emoción cunda en el área madrileña, sobre todo en un codicioso forcejeo a través del cual un tiro formidable de Epi, a portero batido, lo rechazó el poste. Cuando ya el marcador parecía invariable, Giraldós, después de driblar a varios jugadores, y burlando la salida del portero, enviaba el esférico a la red, aumentando así la victoria con un cuarto gol, producido en su último minuto.