Inicio del partido

0'

Villarroya

22'

Llorente

24'

AragónMaqueda

36'

Carlos ArroyoQuique Flores

42'

Llorente

43'

Descanso

45'

José Miguel TorresFernando Giner

45'

MíchelTendillo

56'

GordilloSolana

58'

LosadaLlorente

65'

Villarroya

68'

Losada

75'

Carlos Arroyo

80'

Losada

81'

Losada

87'

Final del partido

90'

Partido de clausura del Trofeo Naranja entre el Real Madrid y el Valencia CF. El Real Madrid dejó en la grada a Hugo Sánchez, Buyo, Hagi, Butragueño y Chendo, formando con un once de suplentes. Sanchis, capitán del conjunto merengue, recogió la Copa de campeón del torneo. Cerca de 35.000 espectadores se desplazaron hasta el Luis Casanova y la recaudación total del torneo asciende a 55 millones, sólo en taquillaje.

El Real Madrid se proclamó ayer vencedor de la vigésimo tercera edición del Trofeo Naranja, al derrotar al Valencia por un rotundo 1-7. Que el Real Madrid consiga hacer siete goles en un partido puede resultar incluso comprensible, pero que los consiga ante el subcampeón de la Liga y con el equipo de suplentes, eso ya es otra cosa. Los hombres de Toshack dieron buena muestra de lo que es jugar al contraataque y ridiculizaron a un Valencia del que se esperaba mucho más.

Durante los primeros veinte minutos, el conjunto che llevó la iniciativa, pero dos fallos tontos de la defensa valencianista propiciaron que el cero a dos subiera al marcador. A partir de ese momento, el Valencia se vino abajo. La defensa se convirtió en un auténtico coladero y las bajas, por lesión, de Quique y Giner vinieron a complicar las cosas. El Madrid, muy serio en defensa, empezó a lanzar contraataques totalmente mortales y con pasmosa facilidad fueron colocando goles en el marcador.

Losada, que consiguió tres goles en quince minutos, Villarroya y Aldana merecen ser considerados artífices del triunfo madridista demostrando que ser suplente en el Real Madrid es una mera circunstancia. Esta derrota, casi histórica, servirá para que el conjunto de Víctor Espárrago se plantee la temporada tocando de pies en el suelo. Un equipo con la defensa totalmente desdibujada no puede aspirar a grandes logros.