Ficha de partido: 15.06.1930: Real Madrid 0 - 3 Valencia CF

Ficha de partido

Real Madrid
Real Madrid
0 - 3
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Picolín ReigAsist: Domingo Torredeflot
31'
Descanso
45'
Jesús NavarroAsist: Rino Costa
49'
MoreraSan Miguel
70'
Picolín Reig
74'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Chamartín
Aforo: 15.000 espectadores
Ubicación: Madrid (Madrid) 
Inauguración: 17/05/1924

Rival: Real Madrid

Records vs Real Madrid

Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)

Crónica

Considerado indispensable un nuevo partido para rendir pública admiración a los finalistas centrales, el Valencia aceptó el encargo de medir sus fuerzas con el campeón del Centro. Partido de cordialidad, tanto como de modestos entusiasmos por parte de los locales, no seremos nosotros quienes pongamos demasiadas tachas a su labor. Fueron vencidos con toda justicia por un equipo que se presentó animado y decidido, que rindió mejor juego en todas las líneas; y esa es la mejor demostración de que no caben muchos elogios para los finalistas. En todo caso, podríamos decir que alguna vez no les acompañó la suerte..., siempre que anadiéramos que a los valencianos, no obstante sus tres goals, les fallaron mayor número de probabilidades.

Tratábase de un partido de homenaje que, al propio tiempo, servía para dar a la temporada su cerrojazo oficial, y para los aficionados de buena ley, los que van a ver fútbol no a que gane su equipo por encima de todo, la tarde no resultó perdida. Viose jugar maravillosamente a Triana evolucionar eficazmente una línea de medios valenciana; defender un marco con el gran estilo de Cano.., y dar como válido un tanto, precedido de clarísimo offside, reclamado a grandes voces por el juez de línea.

Es decir, lo mismo que en la final de Montjuich..., sólo que al contrario. Porque allí Comorera, después de alentar la jugada y ver la pelota en la red, anuló el goal que era el de la victoria del Madrid por imposición del juez de línea. He aquí, pues, un tanto intrascendente, que no sentimos ver cargado en la cuenta del campeón del Centro. Lo que desearíamos es que Espinosa se apresurara a escribir a su colega catalán, expresándole su opinión práctica acerca del caso.

Estos partidos, fuera de los rígidos y emocionantes torneos oficiales, han dejado de interesar a las gentes. En Chamartín escaseó el público, a pesar de brindársele la ocasión de aplaudir a los finalistas. Pero el Valencia se encargó, por su parte, de procurar que los aplausos en honor de los locales quedaran inéditos: hizo más y mejor juego que el Madrid durante casi todo el partido.

El fútbol de los levantinos, tuvimos ocasión de comprobarlo oportunamente, no es un juego de alta clase; pero es un zurcido hecho siempre con rasgos de valor. El Madrid, como el Athletic bilbaíno y el Barcelona, son equipos agotados, extenuados, que ni en funciones de homenaje pueden ya hacer gran cosa de mérito. Han realizado todos los esfuerzos imaginables y tienen bien ganado su descanso. El grupo del Turia tiene, en cambio, casi intactas sus fuerzas, y de éstas la línea media (de la que el domingo nos ocupábamos sin esperar que. aun incompleta, iba a venir a demostrarnos que no andábamos tan descaminados señalándola entre las mejores de la Península) en plenitud de forma y aciertos. El medio ala, Salvador en el centro y Amorós en su puesto, fueron figuras de gran mérito. Y los compañeros del ataque y la defensa, frente a un grupo descohesionado, pudieron lucirse y, ganar sin dificultades la partida.

La línea delantera céntrica, con Monjardín a título de homenajeado de otros tiempos, no ligó un solo pase, y en la defensa Quesada, comencido de la escasa trascendencia del match, no quiso tampoco emplearse a fondo. Supo el quinteto mediterráneo aprovechar las ocasiones, y aún pudo marcar mayor número de tantos. Conformáronse con tres (uno de ellos de regalo), porque los postes salvaron a los centrales (como al propio Valencia, aunque en menor proporción) de algunos otros que, sin llegar al marcador, tuvieron en el público ese eco prolongado de las jugadas decisivas. Consignemos, para que la historia no carezca del detalle precioso, que los tantos fueron obra de Picolín (dos) y de Navarro. Sin olvidar que al arbitraje, que pudo ser fácil, Espinosa se encargó de ponerle todas las dificultades que él sabe acumular tras los largos años de práctica.

El colofón tuvo lugar en un restaurante de la Bombilla donde por la noche se reunieron alrededor de los finalistas más de 500 aficionados, entre los que, como es lógico, estaban los equipistas valencianos, para los que hubo considerables ovaciones a tono con la alegría, la cordialidad y el buen humor que reinaron en el acto.