Ficha de partido
Valencia CF
1 - 0
Levante UD
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Eduardo Cubells
88'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Levante UD
Records vs Levante UD
Máximo goleador: Arturo Montes (26 goles)
Goleador rival: Martínez (12 goles)
Más partidos: Rino Costa (26 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (17.01.1921)
Mayor derrota: 1 - 6 (20.10.1935)
Más repetido: 2-1 (15 veces)
Crónica
El pavoroso conflicto que las filias y fobias de la afición valenciana habían planteado, amenazando con dejarnos sin campeonato en la actual temporada, si el asunto Gimnástico-Valencia continuaba sin resolver y era llevado a la R.F.N., para que tras mucho esperar, emitiera uno de sus muchos famosos fallos a que nos tiene acostumbrados, terminóse mansamente con el sacrificio del pasado cempeón F.C. España, que gustoso cedió su punto del partido entre ellos y los azul-grana; de ese modo, blancos y gimnásticos cedían en sus razones y los primeros, salvado el empate que tenían con los segundos, abrían de nuevo las puertas de su campo para que la lucha continuase.
Y así las cosas, en partido final de la primera vuelta, valencianistas y levantinos contendieron disputándose los dos puntos del encuentro, yendo los unos en pos de un triunfo que les permitiera mirar el porvenir de la segunda vuelta, con esperanzas de éxito y marchando los otros tras la idea de una revancha, por el descalabro sufrido en el partido pasado.
Comenzó la lucha, andando todos, jugando a tontas y a locas, sin acertar a verificar jugada alguna y haciendo que el respetable guardará, para mejor ocasión, el interés que por el partido había demostrado y a medida que el peloteo iba continuando, y las jugadas malas se prodigaban, el partido se deslizaba entre la pesadez y monotonía más insoportables que pensarse pueda.
El tiempo transcurría sin que se vislumbrara quien de la lucha saldría vencedor, y siendo la victoria necesaria para unos y dispuestos los otros a conseguirla, los ceros que el marcador obstentaba, pronto alteraron el ánimo de los jugadores, contagióse el público de la nerviosidad de ambos equipos, descompúsose un poco el arbitro, prodigóse un tanto el juego sucio y caldeado el ambiente, dispuestos todos a que aquello terminara de modo diferente a como se presagiaba el fin, jugóse a marcar, a obtener un tanto, y en las postrimerías del encuentro, cuando escasos minutos restaban para terminar la luena, el Valencia, en un ataque a fondo, en el que abandonándose los puestos, incluso la defensa, marchó al campo contrario, obtuvo el triunfo por mediación de Cucala, que hábil aprovechó un rebote del balón, en una melée, para mandar un cruzado que el meta contrario no consiguió detener.
Martínez, en la puerta del Valencia, Gascó, en la defensa blanca y Puig, en la línea media levantina, fueron los mejores: el primero derrochó valentía y en ocasiones permitióse alguna filigrana y el último, fue el único que jugando a conciencia tuvo destellos de fútbol verdadero.
Y así las cosas, en partido final de la primera vuelta, valencianistas y levantinos contendieron disputándose los dos puntos del encuentro, yendo los unos en pos de un triunfo que les permitiera mirar el porvenir de la segunda vuelta, con esperanzas de éxito y marchando los otros tras la idea de una revancha, por el descalabro sufrido en el partido pasado.
Comenzó la lucha, andando todos, jugando a tontas y a locas, sin acertar a verificar jugada alguna y haciendo que el respetable guardará, para mejor ocasión, el interés que por el partido había demostrado y a medida que el peloteo iba continuando, y las jugadas malas se prodigaban, el partido se deslizaba entre la pesadez y monotonía más insoportables que pensarse pueda.
El tiempo transcurría sin que se vislumbrara quien de la lucha saldría vencedor, y siendo la victoria necesaria para unos y dispuestos los otros a conseguirla, los ceros que el marcador obstentaba, pronto alteraron el ánimo de los jugadores, contagióse el público de la nerviosidad de ambos equipos, descompúsose un poco el arbitro, prodigóse un tanto el juego sucio y caldeado el ambiente, dispuestos todos a que aquello terminara de modo diferente a como se presagiaba el fin, jugóse a marcar, a obtener un tanto, y en las postrimerías del encuentro, cuando escasos minutos restaban para terminar la luena, el Valencia, en un ataque a fondo, en el que abandonándose los puestos, incluso la defensa, marchó al campo contrario, obtuvo el triunfo por mediación de Cucala, que hábil aprovechó un rebote del balón, en una melée, para mandar un cruzado que el meta contrario no consiguió detener.
Martínez, en la puerta del Valencia, Gascó, en la defensa blanca y Puig, en la línea media levantina, fueron los mejores: el primero derrochó valentía y en ocasiones permitióse alguna filigrana y el último, fue el único que jugando a conciencia tuvo destellos de fútbol verdadero.