Ficha de partido
Real Murcia
1 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
8
10
11
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Rubén Baraja
13'
Éver Banega
33'
Alonso
34'
Kabous
37'
David Silva
41'
David Silva
41'
Arzo
44'
Descanso
45'
RosineiAbel
50'
RichiDe Lucas
55'
Edu GasparÉver Banega
60'
MovillaArzo
70'
Nikola ZigicFernando Morientes
70'
Pignol
73'
Javier ArizmendiJuan Mata
78'
Mejía
85'
Alonso
87'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Murcia
Records vs Real Murcia
Máximo goleador: Amadeo Ibáñez (15 goles)
Goleador rival: Zamora (7 goles)
Más partidos: Rino Costa (15 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (06.12.1936)
Mayor derrota: 0 - 5 (25.05.1933)
Más repetido: 2-0 (10 veces)
Crónica
Quién sabe si, 22 años después, el Betis ha redimido la afrenta con la que hundiera al Valencia a Segunda en 1986. En aquella ocasión, los verdiblancos firmaron un sospechoso empate a cero con el Cádiz que hizo inútil todo esfuerzo valencianista por la salvación. Ayer, en una nueva entrega de su caída libre, este Valencia de Ronald Koeman, desprovisto de identidad, ultrajado su escudo, reanimó a un rival, el Murcia, que parecía ya resignado a asumir la suerte del descenso. No obstante, el abismo sigue distanciado a seis puntos porque el Betis goleó al Zaragoza. El meritorio avance en la Copa no ha hecho sino camuflar la amargura crónica del juego valencianista. Hay que erradicar discursos triunfalistas y aceptar cuanto antes que el objetivo es la permanencia. Quedan 21 puntos por disputar. Dos victorias deberían servir para amarrar la salvación. La duda razonable se abre para vaticinar si este equipo, que con Koeman ha conquistado 18 puntos de 60 posibles, será capaz de ganar dos partidos antes de que acabe el curso.
Koeman optó de salida por un conjunto eminentemente ofensivo y creativo. La ausencia de Maduro por lesión fue suplida por Banega, que formó tándem con Baraja. Joaquín volvió a la titularidad en detrimento de Arizmendi, todo pulmón pero sin el regate del gaditano. Si unimos a Mata y a Silva, la intención era clara: tumbar al Murcia a base de calidad. La renovación estética no trajo, sin embargo, una sustancial mejoría futbolística. Más allá de la efervescencia mostrada en los primeros minutos, donde Joaquín se prodigó en ataque, el juego del Valencia siguió siendo tan previsible e inocente como acostumbra. Ninguno de los acreditados pateadores que poblaban el centro del campo pudo conectar con Morientes en la primera parte.
El Murcia se fue adueñando poco a poco del encuentro sin desvelar muchos secretos. Javier Clemente es fiel a su ideario futbolístico. Tres centrales, empuje físico y juego directo con una referencia sobre la que pivota todo el ataque. En este sentido, el rol de Iván Alonso en el conjunto pimentonero es más o menos el mismo que el de Julio Salinas en EEUU-94. La diferencia es que este Valencia no tiene el oficio de la Italia de Baggio y Baresi, que apeara a España en cuartos de aquel mundial. Da igual cuál sea la pareja de centrales. Ese no es el debate. La defensa es un concepto colectivo, que afecta a todas las líneas de presión del terreno de juego. Y este Valencia es un caos global, sin personalidad ni orden.
El 1-0 de Iván Alonso fue una mera repetición de los desastres defensivos con los que el Valencia viene flagelando a su hinchada. El equipo que no hace tanto tiempo se distinguió internacionalmente por la fortaleza de su zaga, resulta irreconocible. Alonso, el primo del tornado Diego Alonso, remachó de cabeza y sin oposición un envío de falta. Los reproches entre los jugadores valencianistas por las consecuencias del enésimo error en la marca comienza a ser una estampa habitual. La afición valencianista que se desplazó a la Nueva Condomina volvió a reclamar a gritos el despido de Koeman.
En la segunda parte el Valencia empezó a probar las manoplas de Carini, ese portero que el Inter fichó (para no jugar) al Juventus en un trueque con Cannavaro, que hizo grande a la vecchia signora turinesa. Las combinaciones de Silva, Joaquín y Mata empezaron a encontrar a Morientes, pero se perdonó en la definición. Koeman buscó soluciones en el banquillo, sin variar el dibujo táctico, dando la alternativa a Edu y Zigic. Dos jugadores en los que no ha confiado en absoluto desde su llegada al banquillo de Mestalla y a los que ayer arrojó a los leones.
Nada más salir al campo, el infrautilizado delantero serbio mandó un remate al travesaño. El Valencia acabó buscando la meta rival a la desesperada, y el partido acabó por romperse. El Murcia se defendió con bravura y no renunció a buscar el contragolpe. Hildebrand subió a rematar un córner, pero ni por esas. Este desconocido Valencia, con esta nueva derrota, pasa a meterse de lleno en la lucha por la permanencia. La noticia más desalentadora es que, como sucede cada vez que un equipo grande cae desorientado a la zona baja, aún tiene margen para empeorar...
Koeman optó de salida por un conjunto eminentemente ofensivo y creativo. La ausencia de Maduro por lesión fue suplida por Banega, que formó tándem con Baraja. Joaquín volvió a la titularidad en detrimento de Arizmendi, todo pulmón pero sin el regate del gaditano. Si unimos a Mata y a Silva, la intención era clara: tumbar al Murcia a base de calidad. La renovación estética no trajo, sin embargo, una sustancial mejoría futbolística. Más allá de la efervescencia mostrada en los primeros minutos, donde Joaquín se prodigó en ataque, el juego del Valencia siguió siendo tan previsible e inocente como acostumbra. Ninguno de los acreditados pateadores que poblaban el centro del campo pudo conectar con Morientes en la primera parte.
El Murcia se fue adueñando poco a poco del encuentro sin desvelar muchos secretos. Javier Clemente es fiel a su ideario futbolístico. Tres centrales, empuje físico y juego directo con una referencia sobre la que pivota todo el ataque. En este sentido, el rol de Iván Alonso en el conjunto pimentonero es más o menos el mismo que el de Julio Salinas en EEUU-94. La diferencia es que este Valencia no tiene el oficio de la Italia de Baggio y Baresi, que apeara a España en cuartos de aquel mundial. Da igual cuál sea la pareja de centrales. Ese no es el debate. La defensa es un concepto colectivo, que afecta a todas las líneas de presión del terreno de juego. Y este Valencia es un caos global, sin personalidad ni orden.
El 1-0 de Iván Alonso fue una mera repetición de los desastres defensivos con los que el Valencia viene flagelando a su hinchada. El equipo que no hace tanto tiempo se distinguió internacionalmente por la fortaleza de su zaga, resulta irreconocible. Alonso, el primo del tornado Diego Alonso, remachó de cabeza y sin oposición un envío de falta. Los reproches entre los jugadores valencianistas por las consecuencias del enésimo error en la marca comienza a ser una estampa habitual. La afición valencianista que se desplazó a la Nueva Condomina volvió a reclamar a gritos el despido de Koeman.
En la segunda parte el Valencia empezó a probar las manoplas de Carini, ese portero que el Inter fichó (para no jugar) al Juventus en un trueque con Cannavaro, que hizo grande a la vecchia signora turinesa. Las combinaciones de Silva, Joaquín y Mata empezaron a encontrar a Morientes, pero se perdonó en la definición. Koeman buscó soluciones en el banquillo, sin variar el dibujo táctico, dando la alternativa a Edu y Zigic. Dos jugadores en los que no ha confiado en absoluto desde su llegada al banquillo de Mestalla y a los que ayer arrojó a los leones.
Nada más salir al campo, el infrautilizado delantero serbio mandó un remate al travesaño. El Valencia acabó buscando la meta rival a la desesperada, y el partido acabó por romperse. El Murcia se defendió con bravura y no renunció a buscar el contragolpe. Hildebrand subió a rematar un córner, pero ni por esas. Este desconocido Valencia, con esta nueva derrota, pasa a meterse de lleno en la lucha por la permanencia. La noticia más desalentadora es que, como sucede cada vez que un equipo grande cae desorientado a la zona baja, aún tiene margen para empeorar...