Ficha de partido
Valencia CF
0 - 1
R. Guadalajara
Equipos titulares
2
11
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Félix Rodríguez
38'
Descanso
45'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: R. Guadalajara
Records vs R. Guadalajara
Máximo goleador: Ninguno
Goleador rival: Félix Rodríguez (1 goles)
Más partidos: Alba (1 partidos)
Mayor victoria: Ninguna
Mayor derrota: 0 - 1 (28.02.1929)
Más repetido: 0-1 (1 veces)
Crónica
El partido a beneficio de la falla de la plaza de Tetuán verificóse ayer tarde en el hermoso campo de Mestalla. El fortísimo vendaval no fue obstáculo para que el público acudiera en crecido número, y especialmente la preferencia, presentaba un admirable golpe de vista. Los palcos de las autoridades, el amplio de la prensa y el principal, desde donde había de presenciar el espectáculo la bellísima Pepita Samper, aparecieron adornados. Habían alicientes diversos en torno de la fiesta deportiva, y a pesar de no ser día festivo, ya hemos dicho que hubo una buena entrada.
Justo es destacar la curiosidad existente por ver aparecer a la guapísima valenciana «señorita España». Muchísimas señoras, desafiando el viento, aguardaron a lo largo del trayecto el paso de la bella; y el vecindario y centenares de curiosos se estacionaron a la puerta de su casa, junto a Mestalla, para verla salir.
A las cuatro y cuarto, cuando la primera parte del encuentro había terminado, fuertes ovaciones anunciaron la presencia de Pepita. A la entrada del campo fue saludada por el coronel del Regimiento de Guadalajara, directivos del Valencia FC y de la Federación de Fútbol y por el teniente coronel don José Gandía. El señor García Benet le entregó en nombre de la comisión organizadora del partido y la falla, un precioso ramo de violetas con cintas de los colores nacionales.
La señorita española, radiante de belleza, fue vitoreada entusiásticamente al presentarse en el palco acompañada de su mamá, familiares y amigos. Toda la preferencia aplaudía, y la banda del regimiento, interpretando con su pericia particular el Valencia del maestro Padilla, dio mayor encanto al momento. El público se apiñó ante el palco y los equipos avanzaron, dando unos hurras en su honor antes de continuar el partido.
El digno coronel de Guadalajara presentó a la gentil Reina de la belleza española a las autoridades, que se habían reunido en el palco del capitán general, señor Gil Yuste, y éste la besó en la mano mientras la felicitaba por la justicia de la elección. Después fue saludada por la señora e hija del gobernador civil, que presenciaban el partido en el palco contiguo.
Terminado el partido y a los acordes de airoso pasodoble, la señorita Pepita Samper hizo entrega al capitán del equipo vencedor, la hermosa Copa de Plata. Dicho equipier, el señor Álvarez, sargento del Guadalajara, de recuerdo de la fiesta, regaló a la bella valenciana el balón que se había estrenado para jugar el partido.
Puesto el público en pie y descubierto ejecutó la banda el Himno Regional y la Marcha Real, repitiéndose iguales demostraciones de entusiasmo al retirarse la señorita España, que con su presencia realzó la fiesta deportiva tan cuidadosamente organizada por los jefes y oficiales del cuartel de la plaza de Tetuán.
El partido
Se desarrolló la primera parte con dominio alterno. El juego del Valencia fue más reposado. Los militares pusieron mayor ardor en la lucha, y desde el comienzo se lanzaron a una ofensiva muy bien dirigida por Picolín y admirablemente secundada por el gran torero Félix Rodríguez. En el once del Valencia, Ródenas y Suay se combinaron muy bien, y a las primeras de cambio pusieron a prueba a Cano, quien paró dos tiros formidables.
Salvador (Guadalajara) hace nuevo juego a su adelante y hay un pase de Beltrán a Félix, que este recoge con el pecho, y cuando se dispone a chutar le cruza Civera arrebatándole el balón. En un avance del Guadalajara, Picolín chuta de lejos. Boro bloca con dificultad y el balón se le escapa de las manos. Félix, oportuno, remata el primero y único tanto de la tarde, que es recibido con una gran ovación, como ondean gran número de pañuelos pidiendo la oreja, que se la mereció de verdad. Termina el primer tiempo con un gol a cero a favor del Guadalajara.
El fuerte viento reinante, que no calmó durante el partido, deslució aún más la última fase del encuentro, que también fue favorable al once del Guadalajara, que estuvo muy cerca, a dos pasos, de aumentar el score en un fallo inconcebible de Hernández y en un soberbio tiro de Picolín que salió milagrosamente. El encuentro terminó con el triunfo del equipo militar por un solo goal a cero.
Justo es destacar la curiosidad existente por ver aparecer a la guapísima valenciana «señorita España». Muchísimas señoras, desafiando el viento, aguardaron a lo largo del trayecto el paso de la bella; y el vecindario y centenares de curiosos se estacionaron a la puerta de su casa, junto a Mestalla, para verla salir.
A las cuatro y cuarto, cuando la primera parte del encuentro había terminado, fuertes ovaciones anunciaron la presencia de Pepita. A la entrada del campo fue saludada por el coronel del Regimiento de Guadalajara, directivos del Valencia FC y de la Federación de Fútbol y por el teniente coronel don José Gandía. El señor García Benet le entregó en nombre de la comisión organizadora del partido y la falla, un precioso ramo de violetas con cintas de los colores nacionales.
La señorita española, radiante de belleza, fue vitoreada entusiásticamente al presentarse en el palco acompañada de su mamá, familiares y amigos. Toda la preferencia aplaudía, y la banda del regimiento, interpretando con su pericia particular el Valencia del maestro Padilla, dio mayor encanto al momento. El público se apiñó ante el palco y los equipos avanzaron, dando unos hurras en su honor antes de continuar el partido.
El digno coronel de Guadalajara presentó a la gentil Reina de la belleza española a las autoridades, que se habían reunido en el palco del capitán general, señor Gil Yuste, y éste la besó en la mano mientras la felicitaba por la justicia de la elección. Después fue saludada por la señora e hija del gobernador civil, que presenciaban el partido en el palco contiguo.
Terminado el partido y a los acordes de airoso pasodoble, la señorita Pepita Samper hizo entrega al capitán del equipo vencedor, la hermosa Copa de Plata. Dicho equipier, el señor Álvarez, sargento del Guadalajara, de recuerdo de la fiesta, regaló a la bella valenciana el balón que se había estrenado para jugar el partido.
Puesto el público en pie y descubierto ejecutó la banda el Himno Regional y la Marcha Real, repitiéndose iguales demostraciones de entusiasmo al retirarse la señorita España, que con su presencia realzó la fiesta deportiva tan cuidadosamente organizada por los jefes y oficiales del cuartel de la plaza de Tetuán.
El partido
Se desarrolló la primera parte con dominio alterno. El juego del Valencia fue más reposado. Los militares pusieron mayor ardor en la lucha, y desde el comienzo se lanzaron a una ofensiva muy bien dirigida por Picolín y admirablemente secundada por el gran torero Félix Rodríguez. En el once del Valencia, Ródenas y Suay se combinaron muy bien, y a las primeras de cambio pusieron a prueba a Cano, quien paró dos tiros formidables.
Salvador (Guadalajara) hace nuevo juego a su adelante y hay un pase de Beltrán a Félix, que este recoge con el pecho, y cuando se dispone a chutar le cruza Civera arrebatándole el balón. En un avance del Guadalajara, Picolín chuta de lejos. Boro bloca con dificultad y el balón se le escapa de las manos. Félix, oportuno, remata el primero y único tanto de la tarde, que es recibido con una gran ovación, como ondean gran número de pañuelos pidiendo la oreja, que se la mereció de verdad. Termina el primer tiempo con un gol a cero a favor del Guadalajara.
El fuerte viento reinante, que no calmó durante el partido, deslució aún más la última fase del encuentro, que también fue favorable al once del Guadalajara, que estuvo muy cerca, a dos pasos, de aumentar el score en un fallo inconcebible de Hernández y en un soberbio tiro de Picolín que salió milagrosamente. El encuentro terminó con el triunfo del equipo militar por un solo goal a cero.