Ficha de partido: 01.05.2011: CA Osasuna 1 - 0 Valencia CF

Ficha de partido

CA Osasuna
CA Osasuna
1 - 0
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Descanso
45'
David Albelda
54'
Calleja
55'
Vicente Guaita
56'
Marius Stankevicius
59'
Éver BanegaDavid Albelda
63'
DamiáCalleja
65'
Aritz AdurizJonas Gonçalves
68'
Nekounam
76'
Pablo HernándezMiguel Brito
79'
Marius Stankevicius
81'
SorianoCejudo
81'
Soriano
83'
Pablo Hernández
85'
Ricardo Costa
85'
JosetxoKike Solá
89'
Joaquín Sánchez
90'
Juan Mata
90'
Ricardo
90'
Final del partido
91'

Estadio



Nombre: El Sadar
Aforo: 19.800 espectadores
Ubicación: Pamplona (Navarra) 
Inauguración: 02/09/1967

Rival: CA Osasuna

Records vs CA Osasuna

Máximo goleador: David Villa (7 goles)
Goleador rival: Echeverría (7 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (02.05.2012)
Mayor derrota: 0 - 3 (15.12.1999)
Más repetido: 1-0 (12 veces)

Crónica

El Valencia sigue de ridículo en ridículo en este tramo final del campeonato de Liga. Después del que protagonizó en Mestalla frente al Real Madrid, anoche añadió otro, quizá peor, porque enfrente tuvo a un equipo muy inferior a los de Mourinho y por supuesto al que dirige Unai Emery. Pero Osasuna le echó ganas y demostró que no sólo con calidad se pueden obtener triunfos, y que con vergüenza y profesionalidad elevadas a la máxima potencia se pueden obrar milagros como el de la permanencia en el que está enfrascado.

El conjunto de Mestalla volvió a mostrar una impotencia supina y a arrastrarse por un campo de fútbol. Lo de anoche en Pamplona no tiene nombre y alguien debería meter en vereda a unos jugadores que transmiten la sensación de que la Liga terminó para ellos. De estar poco menos que de vacaciones. No se dan cuenta, o no quieren apercibirse, de que el Villarreal se ha acercado, ha reducido de forma peligrosa la diferencia en la clasificación y que, de continuar así, se les pueden acortar las vacaciones por la necesidad de disputar la previa para acceder a la Champions. En el pecado puede estar la penitencia. Ni siquiera merece la pena hablar del juego desplegado ayer; menos aún de la actitud y carencias de futbolistas como Ricardo Costa, Joaquín y algunos más, que siguen sin poner lo que toca.

Unai Emery, como estaba previsto, introdujo cambios en la alineación inicial. Pero no tantos como se sospechaban antes del partido. Prescindió de Banega, al que suplió con Albelda en busca de meter más músculo en el centro del campo. Otra permuta fue la de Pablo Hernández, en beneficio de Joaquín. La variante de Jonas por Maduro obedeció a la vuelta del 4-2-3-1 en lugar del 4-3-3 utilizado en las dos anteriores citas frente a Almería y Real Madrid. El técnico optó por los cambios fáciles, los que le generan menos complicaciones, inclinándose además por mantener a los cuatro hombres de la zaga, tal vez a modo de segunda oportunidad, al contrario de lo que le sucede a Dealbert quien no dispone de ese privilegio.

No se puede decir que el equipo mejorase, al menos por lo que dejó sobre el terreno en una primera mitad triste, aburrida, en la que no mostró mayor ambición que mantener la portería imbatida. Se vio a un Valencia temeroso y a veces hasta inseguro. Como en el primer cuarto de hora, que fue cuando peor lo pasó. Y tuvo que ser Guaita, que al final fue el elegido para jugar, quien impidiera dos goles de un Osasuna que arrancó presionando y apretando de lo lindo. Primero Lolo, en remate con la cabeza, obligó al valenciano a sacar una mano para enviar el balón a córner. Casi de inmediato, Camuñas se coló entre los dos centrales y de nuevo Guaita evitó el tanto.

Dio la sensación de que la victoria del Villarreal sobre el Getafe espoleó a unos, los locales, y adormeció a los de Mestalla. Osasuna salió espoleado, porque una victoria le sacaba de los puestos de descenso y el Valencia prefirió guardar su portería, casi obsesionado por no perder, para evitar que el conjunto del Madrigal se le acercara más de la cuenta. Pero la imagen de los de Emery fue lamentable. Los navarros venian de cuatro derrotas consecutivas y fueron superiores. El meta Ricardo sólo tuvo que detener un balón, minuto 32, en el que fue el primer y único remate de los blanquinegros en este periodo. Inocente y flojo a cargo de Jonas.

Con semejante panorama, poco se podía esperar del segundo periodo, salvo cambio abismal en el Valencia. No se produjo de salida y todo continuó bajo el mismo patrón que antes. Es decir, mando de Osasuna, el único que quería ganar, y sesteo valencianista. Y lo que tenía que llegar, llegó: el tanto local, obra de Cejudo, con un remate con la zurda. El balón golpeó en el cuerpo de Stankevicius y, tras descolocar a Guaita, se alojó en la red.

En jugada desgraciada si se quiere para los de Emery, pero que hacía justicia a lo que se veía sobre el terreno de juego. Fue entonces cuando el Valencia se hizo el ánimo. Como tantas y tantas veces, de manera premeditada, tras sentir el hierro, después de verse superado, lo que deja en evidencia a unos futbolistas que jugaron con el freno echado mientras el marcador permaneció inamovible. Como si el partido no fuera con ellos. Emery metió en el campo a Banega, buscando mejor y más efectivo manejo del cuero, y a Aduriz para tener mayor presencia en el área rival y para ver si cazaba algún balón por alto.

El conformismo anterior recibió el castigo merecido en forma de derrota. Lo peor, sin embargo, no fue perder, sino la imagen de equipo pequeño, rácano, dejada en el Reyno de Navarra, un campo donde han puntuado muchísimos rivales. Pero para eso, además de la calidad, hay que querer y echarle redaños. Justo lo que no hizo tampoco ayer el Valencia.