La década de los 80 se caracterizó por ser una de las más duras en la historia del Valencia CF. Pese a ello, no empezó mal, ya que en la temporada 80-81 el Valencia CF ganó la Supercopa de Europa contra el Campeón de Europa, el Nottingham Forest, lo cual suponía el mayor logro internacional del equipo valencianista en toda su historia. Durante esa temporada se había traspasado a Mario Kempes al River Plate, y, a partir de esta temporada, comenzaron los años difíciles para la entidad.
En la temporada 1982/83 se empezó a vislumbrar el aciago acontecimiento para el Valencia que daría lugar tres años más tarde. Tras la resaca del Mundial de España '82, el club se vio con unas arcas completamente vacías tras las importantes obras y reformas para el acondicionamiento del recinto deportivo y alrededores que los mandamases federativos aseguraron que sufragaría el comité organizador con los fondos de los grandes beneficios que ofrecería el acontecimiento. No fue así y el club pasó de tener superávit a tener déficit y una deuda de más de 1.000 millones de pesetas de la época. El Valencia consiguió quedar 2 puntos por encima del descenso en una última jornada de infarto. Tuvieron lugar las elecciones generales en las que Vicente Tormo salió nombrado como Presidente en relevo del dimitido Jose Ramos Costa.
La deuda del club condicionaba cada año la temporada, no fueron una excepción la 1983/84 y la 1984/85 donde esa deuda ascendió a casi 1.700 millones de pesetas. No hubo más remedio que aligerar la plantilla y dar entrada a jugadores del CD Mestalla. Para entrenar al equipo se acudió una vez más a un hombre de la casa, Paquito, al que reemplazó Roberto Gil a partir de febrero. El Valencia, pululaba por la zona media y baja de las clasificaciones.
En la temporada 1985/86 se cumplieron todos los malos augurios y el Valencia descendió a Segunda División tras una pésima campaña plagada de goleadas como el 5-0 del Real Madrid o el 6-0 ante la Real Sociedad. El 20 de abril de 1986 se confirmó el descenso tras la derrota 3-0 ante el FC Barcelona, previo empate de Cádiz y Betis, los otros dos equipos implicados en el descenso aquel año. Este descenso fue consecuencia de varios años donde tanto la situación económica como deportiva habían ido de mal en peor, llegó a adeudar 1.800 millones de pesetas ese año.
La temporada siguiente, con mucho esfuerzo y gran apoyo de la afición, el Valencia volvió a ascender a la Primera División con Arturo Tuzón como presidente. En la 1987/88, de nuevo en primera, se generó un gran superávit económico con lo que al final de temporada se redujo la deuda a algo menos de 250 millones de pesetas. El buen trabajo del nuevo presidente dio sus frutos y poco a poco el Valencia volvió a estar entre los grandes, logrando volver a Europa en la temporada 1988/89 y consiguiendo el subcampeonato de Liga en la 1989/90.