La década de los 90 significó la resurreción del Valencia CF, tanto a nivel económico como deportivo. La década anterior había sido una de las más negras del valencianismo, especialmente marcada por el descenso a Segunda División y la ruina del club. El ascenso a Primera División, acompañada por una buena gestión económica, encabezada por el presidente Arturo Tuzón, supuso el saneamiento de las arcas y la vuelta a los buenos resultados deportivos.
A principios de los 90 llegó al Valencia Guus Hiddink, un entrenador que durante dos temporadas mantuvo al Valencia en las posiciones altas de la clasificación, logrando siempre la clasificación para la Copa de la UEFA. En 1992 se inauguró la Ciudad Deportiva de Paterna, además el club se convirtió en Sociedad Anónima Deportiva como la mayoría de clubes del fútbol español, lo que abrió las puertas a nuevos accionistas y a guerras continuas en el seno del club.
En 1994, tras la famosa debacle de Karlsruhe, llegó Francisco Roig Alfonso a la presidencia del club valencianista, con el objetivo de volver llevar al equipo a ganar algún título. Sin embargo, no lo consiguió, ya que el Valencia fue, bajo su mandato, subcampeón de Copa y subcampeón de Liga. En 1998, se vio forzado a dimitir debido a los desastrosos resultados del equipo.
Precisamente en la siguiente temporada, la 1998/99, con Pedro Cortés García como presidente y Claudio Ranieri como entrenador, el Valencia CF logró coronarse como campeón de la Copa del Rey por sexta vez en su historia, tras una inolvidable final ante el Atlético de Madrid en Sevilla. La temporada siguiente, ya con Héctor Cúper en el banquillo, el Valencia logró la Supercopa de España, al derrotar en la final al FC Barcelona, y la clasificación para su primera final de la Liga de Campeones de Europa, que perdió ante el Real Madrid en París.