Ficha de partido: 22.04.1995: Real Madrid 3 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

Real Madrid
Real Madrid
3 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Álvaro Cervera
12'
Zamorano
24'
Fernando Giner
34'
Hierro (Pen.)
35'
Descanso
45'
Antonio PoyatosFernando Gómez
60'
Pepe GálvezRaúl Ibáñez
60'
Jorge Otero
70'
Zamorano
72'
Lubo Penev (Pen.)
74'
DubovskyZamorano
75'
Alfonso PérezAmavisca
78'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Santiago Bernabéu
Aforo: 85.454 espectadores
Ubicación: Madrid (Madrid) 
Inauguración: 14/12/1947

Rival: Real Madrid

Records vs Real Madrid

Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)

Crónica

Dos goles más de Zamorano, una jornada menos y una ventaja como mínimo idéntica sobre el segundo clasificado. Son los datos fríos, los que importan, más que nunca a estas alturas del campeonato. El Real Madrid mira hacia junio con la perspectiva del buen administrador, dispuesto a no malgastar ni uno solo de sus bien ganados ahorros. Juega lo justo y rentabiliza su clara superioridad técnica. Se ve campeón, y empieza a convencer definitivamente a todos de que va a serlo. Cada vez encuentra menos fantasmas en el horizonte.

Sus partidos se pueden valorar de un modo paralelo, transcurren por senderos muy similares. Un rival crecido en los inicios, las dos paradas de recibo de Buyo con el marcador a cero y el gol de Zamorano que cambia los papeles allá por la media hora. Da la impresión de que el destino de cada uno de sus encuentros está previamente escrito, como lo está el desenlace de una Liga cada vez más decantada. El Valencia dejó en Chamartín un aroma a perfume caro, pero cayó víctima de sus carencias ofensivas. Es un equipo equilibrado, con toda la carga semántica de la palabra. Juega al fútbol, dispone de excelentes jugadores, y de su valor real hablan plenamente las estadísticas: diez partidos ganados, diez empatados y diez perdidos. Puro equilibrio.

Parreira va logrando lo que quería. Ha tardado muchos meses en conseguirlo, pero el grupo que dirige presenta una estampa amable para el espectador, es un conjunto con mucha hechura, que dispone de muy buen gusto con la pelota. De todo ello hizo gala en buena parte de la primera mitad, en la que se adueño del balón y lo movió siempre con criterio, de la mano de Mazinho, un monumento de futbolista. Fue el equipo más vistoso que ha visto Chamartín esta temporada. Las dificultades llegan a la hora del gol, cuando ya no sólo sirven el decoro y las buenas maneras, sino que se trata de plasmar todo lo bueno que saben hacer. Sin Mijatovic ni Salenko, y con Penev aún en precario, la rentabilidad es escasa.

El Madrid soportó el desfile levantino hasta que llegó la bota fina de Amavisca, el impecable centro desde la derecha con el exterior, y el cabezazo feliz de Zamorano. El juego cobró otra vida desde entonces. Se empezó a gustar el líder, manoseó el cuero una y otra vez, se encontró en la pared, en la triangulación, en la euforia que la grada se había contenido hasta el 1-0. Y llegó el atropello de Giner, el segundo gol, y el momento de poner el freno, de guardar la ropa sin necesidad de haberla manchado en exceso. Tiempo para el contraataque, con la sabiduría de Laudrup para torcer la cintura de los centrales, con la pericia de Martín Vázquez para poner el balón de nuevo al máximo goleador de la Liga, que burló a Zubizarreta y clausuró un partido que el Valencia se resistía a entregar.