Ficha de Claudio López
Nombre completo: Claudio Javier López
Fecha de nacimiento: 17/07/1974
Lugar de nacimiento: Río Tercero (Córdoba)
Nacionalidad: Argentina
Altura / Peso: 1,78 m. / 77 Kg.
Títulos:
Copa 1999, Intertoto 1999, Supercopa 2000 (3)
Debut: 11/08/1996 (FC Colonia)
Biografía
Claudio Javier López, conocido futbolísticamente como «Piojo» López, es indudablemente uno de los futbolistas más importantes y más queridos por la afición en toda la historia del Valencia CF. Protagonista indudable del resurgir del equipo y de un club aletargado a finales de los años 90, su velocidad y capacidad goleadora llevó al conjunto valencianista a conquistar la Copa del Rey tras largos 18 años de sequía. Marcó 72 goles en 180 partidos oficiales, además de dar 49 asistencias a sus compañeros. Su evolución en el club de Mestalla fue vertiginosa. Su llegada en 1996 mostró a Mestalla un jugador que corría de forma descontrolada y luchaba infatigablemente por conseguir un puesto en el once inicial. La llegada de Claudio Ranieri y, posteriormente, de Héctor Cúper, supuso para él un punto de inflexión, ya que ambos técnicos supieron sacar partido de su velocidad para convertirle en uno de los mejores delanteros de Europa y, sin duda, de la historia del Valencia CF.
Pero curiosamente Claudio comenzó su trayectoria deportiva jugando al baloncesto, como base. Poco a poco fue interesándose por el fútbol, y tras jugar en varios equipos de aficionados, llegó a Independiente de Río Tercero en el año 1988, consiguiendo el Campenato Nacional Infantil en 1989. Tras un corto paso por el Atlético Huracán de Córdoba, regresó a Independiente en 1990. El verano siguiente, el empresario Manuel Patiño le llevó a las categorías inferiores del Club Estudiantes de La Plata, donde jugó en la sexta división, pero no terminó de adaptarse y volvió su ciudad natal, donde vistió la camiseta del Club Atlético Universitario de Córdoba. Su progresión era buena y en el verano de 1992 llega su primera gran oportunidad, ya que firma su primer contrato profesional con el Racing Club de Avellaneda. En el club albiceleste, Claudio permanece durante cuatro exitosas temporada, en las que se convierte en el ídolo de los aficionados, disputando un total de 162 partidos en los que marca 42 goles. En el verano de 1996 fue convocado con su selección para disputar los Juegos Olímpicos de Atlanta, perdiendo la final ante Nigeria por 3-2.
Fue ese verano cuando le llegó la gran oportunidad de su vida. Su progresión no había pasado desapercibida para los ojeadores de los grandes clubes europeos, pero fue el Valencia CF quien se hizo con su fichaje a cambio de 4 millones de euros. Pero su aterrizaje en el club de Mestalla no fue fácil, ya que llegaba a un club que acababa lograr el subcampeonato de Liga y se hallaba en plena efervescencia tras la salida de Mijatovic, la llegada de Romario y los problemas entre Luis Aragonés y el presidente, que acabaron con la dimisión del técnico madrileño y la llegada de Jorge Valdano. En su primer curso sólo marcó 5 goles en 31 partidos, y sus alocadas carreras por la banda izquierda no terminaban de ser encauzadas hacia un objetivo claro. Fue la llegada del técnico italiano, Claudio Ranieri, y su cambio radical en el esquema de juego, la que le dotó de los galones necesarios para triunfar.
Sus carreras se convirtieron de pronto en afilados puñales para las defensas rivales. Asistido hasta la saciedad por Gaizka Mendieta, ambos formaron un tándem difícil de sostener para los contrarios. Su presencia en estadios como el Camp Nou era temida en cada visita, y prácticamente todos los defensas y porteros de la Liga y de Europa sufrieron para sostener a un futbolista cuya verticalidad y hambre parecían no tener límites. Mestalla vibraba con cada carrera y celebraba sus goles con una felicidad como hacía años no se recordaba. Su rendimiento fue mejorando año a año. El tercer curso fue el de su consagración, con 37 goles y 13 asistencias, ayudando a conseguir la clasificación para la Champions League por primera vez en la historia del club y conquistando la ansiada Copa del Rey, en cuya final marcó dos de los tres goles del equipo. Para la posteridad quedará por siempre aquella inolvidable carrera por el Estadio Olímpico de Sevilla que finalizó con el tercer gol y el éxtasis absoluto de la grada.
Su cuarta y última campaña fue también excelente. Convertido ya en icono para la afición valencianista, marcó 18 goles y dio 21 asistencias en una larguísima temporada. Se hartó de marcarle goles al Barcelona e incluso hizo auténticas obras de arte, como el golazo que le marcó al PSV Eindhoven en la Champions League, con una inverosímil volea desde fuera del área que se coló por toda la escuadra. Llegó la final y la derrota frente al Real Madrid, y finalizada la temporada resurgieron los rumores de un traspaso a la Lazio por cantidades astronómicas. Finalmente, ante la incredulidad de los aficionados, Claudio acabó en Italia a cambio de 23 millones de euros.
Sin embargo, su estancia en Italia no fue todo lo satisfactoria que él esperaba. La cerradas defensas del país transalpino nada tenían que ver con el fútbol español, y su velocidad chocaba frontalmente con el catenaccio. Se mantuvo en el club romano durante cuatro temporadas en las que se rumoreó una y otra vez con una posible vuelta al Valencia, algo que nunca sucedió. Marcó 38 goles en 102 partidos, pero poco a poco su explosividad se fue apagando y finalizado el curso de 2004 marchó a México para jugar con el Club América, donde anotó 28 tantos en 100 partidos y conquistó el título de Liga. Tras un breve retorno a Racing (10 goles en 34 partidos en 2007), marchó a los Estados Unidos para emprender su última aventura en la MLS. Jugó dos temporadas en los Kansas City Wizards, donde hizo 15 goles en 65 partidos, para finalizar su carrera profesional en los Colorado Rapids, club con el que conquistó el título de Liga antes de colgar sus botas de forma definitiva en el verano de 2010.
Pero curiosamente Claudio comenzó su trayectoria deportiva jugando al baloncesto, como base. Poco a poco fue interesándose por el fútbol, y tras jugar en varios equipos de aficionados, llegó a Independiente de Río Tercero en el año 1988, consiguiendo el Campenato Nacional Infantil en 1989. Tras un corto paso por el Atlético Huracán de Córdoba, regresó a Independiente en 1990. El verano siguiente, el empresario Manuel Patiño le llevó a las categorías inferiores del Club Estudiantes de La Plata, donde jugó en la sexta división, pero no terminó de adaptarse y volvió su ciudad natal, donde vistió la camiseta del Club Atlético Universitario de Córdoba. Su progresión era buena y en el verano de 1992 llega su primera gran oportunidad, ya que firma su primer contrato profesional con el Racing Club de Avellaneda. En el club albiceleste, Claudio permanece durante cuatro exitosas temporada, en las que se convierte en el ídolo de los aficionados, disputando un total de 162 partidos en los que marca 42 goles. En el verano de 1996 fue convocado con su selección para disputar los Juegos Olímpicos de Atlanta, perdiendo la final ante Nigeria por 3-2.
Fue ese verano cuando le llegó la gran oportunidad de su vida. Su progresión no había pasado desapercibida para los ojeadores de los grandes clubes europeos, pero fue el Valencia CF quien se hizo con su fichaje a cambio de 4 millones de euros. Pero su aterrizaje en el club de Mestalla no fue fácil, ya que llegaba a un club que acababa lograr el subcampeonato de Liga y se hallaba en plena efervescencia tras la salida de Mijatovic, la llegada de Romario y los problemas entre Luis Aragonés y el presidente, que acabaron con la dimisión del técnico madrileño y la llegada de Jorge Valdano. En su primer curso sólo marcó 5 goles en 31 partidos, y sus alocadas carreras por la banda izquierda no terminaban de ser encauzadas hacia un objetivo claro. Fue la llegada del técnico italiano, Claudio Ranieri, y su cambio radical en el esquema de juego, la que le dotó de los galones necesarios para triunfar.
Sus carreras se convirtieron de pronto en afilados puñales para las defensas rivales. Asistido hasta la saciedad por Gaizka Mendieta, ambos formaron un tándem difícil de sostener para los contrarios. Su presencia en estadios como el Camp Nou era temida en cada visita, y prácticamente todos los defensas y porteros de la Liga y de Europa sufrieron para sostener a un futbolista cuya verticalidad y hambre parecían no tener límites. Mestalla vibraba con cada carrera y celebraba sus goles con una felicidad como hacía años no se recordaba. Su rendimiento fue mejorando año a año. El tercer curso fue el de su consagración, con 37 goles y 13 asistencias, ayudando a conseguir la clasificación para la Champions League por primera vez en la historia del club y conquistando la ansiada Copa del Rey, en cuya final marcó dos de los tres goles del equipo. Para la posteridad quedará por siempre aquella inolvidable carrera por el Estadio Olímpico de Sevilla que finalizó con el tercer gol y el éxtasis absoluto de la grada.
Su cuarta y última campaña fue también excelente. Convertido ya en icono para la afición valencianista, marcó 18 goles y dio 21 asistencias en una larguísima temporada. Se hartó de marcarle goles al Barcelona e incluso hizo auténticas obras de arte, como el golazo que le marcó al PSV Eindhoven en la Champions League, con una inverosímil volea desde fuera del área que se coló por toda la escuadra. Llegó la final y la derrota frente al Real Madrid, y finalizada la temporada resurgieron los rumores de un traspaso a la Lazio por cantidades astronómicas. Finalmente, ante la incredulidad de los aficionados, Claudio acabó en Italia a cambio de 23 millones de euros.
Sin embargo, su estancia en Italia no fue todo lo satisfactoria que él esperaba. La cerradas defensas del país transalpino nada tenían que ver con el fútbol español, y su velocidad chocaba frontalmente con el catenaccio. Se mantuvo en el club romano durante cuatro temporadas en las que se rumoreó una y otra vez con una posible vuelta al Valencia, algo que nunca sucedió. Marcó 38 goles en 102 partidos, pero poco a poco su explosividad se fue apagando y finalizado el curso de 2004 marchó a México para jugar con el Club América, donde anotó 28 tantos en 100 partidos y conquistó el título de Liga. Tras un breve retorno a Racing (10 goles en 34 partidos en 2007), marchó a los Estados Unidos para emprender su última aventura en la MLS. Jugó dos temporadas en los Kansas City Wizards, donde hizo 15 goles en 65 partidos, para finalizar su carrera profesional en los Colorado Rapids, club con el que conquistó el título de Liga antes de colgar sus botas de forma definitiva en el verano de 2010.
Posición
Otros equipos
Estudiantes de La Plata, Racing Club de Avellaneda, SS Lazio, América de México, Kansas Wizards, Colorado Rapids
Récords
Mís goles:FC Barcelona (12 goles)
Más partidos: FC Barcelona (15 partidos)
Más tarjetas: FC Barcelona (4 amarillas)
Más expulsiones: Atlético de Madrid (1 rojas)
Edad debut: 22,08 años (FC Colonia)
Edad 1º gol: 22,17 años (Bayern Munich)
Edad ult. gol: 25,86 años (Real Zaragoza)
Edad ult. part.: 25,87 años (Real Madrid)