Inicio del partido

0'

DannerWinfried Schafer

45'

Descanso

45'

Juan Carlos ÁlvarezRicardo Arias

45'

HeidenreichNiezsen

74'

Final del partido

90'

Nadie, ni siquiera el hincha más optimista, pudo llegar a pensar que el Valencia cuajaría, ante el Borussia, en el tercer y decisivo partido del torneo, una actuación tan brillante, ni mucho menos que mereciera el honor de conquistar la victoria sobre uno de los mejores equipos de Europa del momento, como es el once "borusser".

La realidad, pues, superó con creces a la ilusión de al cuajar nuestro equipo un primer tiempo verdaderamente formidable. Nadie daba crédito a lo que veían sus ojos, pero la verdad es que el Valencia alcanzó unos niveles tan altos que a nadie hubiera extrañado que ese primer tiempo hubiera terminado con dos goles de ventaja a su favor. Uno, por ejemplo, en el minuto cinco, en el que el paraguayo Cabral estrelló un la pelota en el poste iz quierdo del marco del fenomenal Kneib, y el otro en cualquiera de las muchas jugadas de ataque o en cualquiera de los tiros que prodigó Mario Kempes (con mucho, el mejor jugador del torneo), el joven Eloy o el veterano Valdez. Pero la suerte le volvió la espalda en los momentos supremos y el marcador se quedó sin estrenar.

Tan formidable fue la actuación valencianista que, aparte de las muchas situaciones de gol que los hombres de Marcel Domingo crearon, la zaga, que estuvo perfecta de colocación, fuerza y sentido, impidió que tres hombres de la máxima categoría deportiva como son Simonsen y Heynkes, los dos mejores extremos de Alemania, y el ariete Niezsen, de extraordinaria movilidad, conectaran en el primer tiempo remate alguno en el marco del brillante Pereira. Éste sólo tuvo que intervenir, decisivamente, en una ocasión al arrojarse a los pies de Winfried Schafer en el minuto 40.

Hubo fuerza y ritmo, entusiasmo y decisión, juego y sistema, armonía y enjundia. Todos los jugadores blancos rayaron a gran altura, pese a que Diarte actuó con más voluntad que acierto. El más brillante fue, sin duda, Mario Kempes, que estuvo en todas las jugadas y en todas las zonas del campo.

En la segunda mitad, el Borussia cambió su sistema táctico. El marcaje a Kempes, por parte de Bonhof, fue más férreo que el que ejerció sobre Diarte y los ataques fueron más frecuentes. La defensa blanca, no obstante, no permitió que los alemanes pisaran terreno peligroso, limitándose éstos a disparar desde gran distancia, sin gran peligro.

Acusó el Valencia el esfuerzo y el calor. Y entre ello y que se dejó dominar para salir al contragolpe, Eloy y Kempes, en meteóricas jugadas, pudieron hacer funcionar el marcador. Eloy, en los minutos 19 y 34, y Kempes en el 25. Por contra, una gran parada de Pereira, en el minuto 41, a tiro sesgado del internacional Withkamp.

En la última fase del encuentro, el Borussia congeló el juego buscando el empate a cero para que el goal average le diese el triunfo y el trofeo. Así sucedió, y tras el partido, el alcalde de Valencia, Miguel Ramón Izquierdo, hizo entrega de la monumental joya de orfebrería valenciana a Vogts, capitán del Borussia de Moenchengladbach.

No porque el Valencia le dominara unas veces y le apabullara otras, dejó el Borussia de demostrar su calidad individual y colectiva, ya que en muchas fases del encuentro estuvo muy brillante.

Para nuestro gusto, fue el veterano defensa internacional Vogts el mejor jugador del equipo, seguido de Rainer Bonhof (que desgraciadamente no vendrá al Valencia esta temporada) y los dos zagueros centrales. El guardameta Kneib hizo varias paradas que evitaron dos o tres goles. Los tres hombres de ataque manifestaron esporádicamente su condición de primerísimas figuras del fútbol europeo y los del centro del campo brillaron por su capacidad de trabajo.

En suma, un formidable broche de oro fue este Valencia-Borussia. Cerró el VII Trofeo Valencia-Naranja con inusitada brillantez. Como corresponde a un torneo de máxima categoría.