Ficha de partido
Valencia CF
1 - 0
Celta de Vigo
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Quino SierraAsist: Miguel Ángel Adorno
28'
Descanso
45'
VillarCastro
71'
Sergio ManzaneraQuino Sierra
75'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Celta de Vigo
Records vs Celta de Vigo
Máximo goleador: Mundo Suárez (23 goles)
Goleador rival: Hermida (9 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (25 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (28.04.1946)
Mayor derrota: 1 - 5 (17.12.1950)
Más repetido: 1-1 (21 veces)
Crónica
El Valencia ha seguido en la línea de sus grises actuaciones a que nos tiene acostumbrados y sólo ha ganado al Celta por 1-0. A pesar de que el cuadro gallego ha sido el más flojo que se ha visto esta temporada en el «Luis Casanova», ha bastado que su guardameta estuviese en vena de aciertos y que su cobertura ofreciera una cierta solidez para que la endémica inutilidad artillera del Valencia haya vuelto a brillar por todo lo alto. Un encuentro que pudo terminar lógicamente en goleada, a tenor de las perspectivas del encuentro, acabó en un misérrimo 1-0. Y en los minutos finales, incluso se llegó a pasar algún susto, y eso que la vanguardia céltica no ha existido como línea ni casi individualmente.
Los 90 minutos han sido de presión tan insistente como negativa del Valencia que ha llegado a lanzar hasta 18 córners contra sólo el cuadro contrario. Las cifras son elocuentes para ahorrarnos más detalles sobre lo que ha sido este partido, jugado en una sola dirección y con la pelota sin salir prácticamente del área viguesa. Pues bien, las docenas de balones que han estado danzando ante el meta céltico apenas si se han cristalizado en un sólo gol. Luego a los 26 minutos, cuando Adorno hilvanó una buena jugada, el balón lo desvió ligeramente Forment y fue a los pies de Quino que, de gran tiro cruzado envió el balón a la red fuera del alcance de Alarcia. Este gol animó al público y también al equipo.
Pero sus posteriores esfuerzos no fructificaron por la torquedad desangelada de que los atacantes valencianos dieron muestras, lo que dio origen a que en los graderíos (hubo casi lleno completo) se oyeran palmas de tango y protestas en algunas ocasiones. La goleada que se presagiaba, dada la debilidad del contrario, agazapado ante su puerta, formando un muro humano, no se produjo. Y como el Celta no varió el sistema, y sus tímidos contraataques apenas si dejaron sentir una pequeña amenaza, el partido fue deslizándose por el tobogán del aburrimiento. Sólo hacia el final, y dada la mínima diferencia en el marcador, algunos asaltos un poco más decididos del Celta, pusieron la piel de gallina a la «hinchada» local.
Sin embargo, no se varió el marcador. El Celta no mereció mejor suerte que la que conquistó. La de salir derrotado por un sólo tanto. Vino en busca de un empate, que aliviara su comprometida situación, pero sus ambiciones no pasaron de ahí. Y tenía la lección tan aprendida que incluso después del gol de Quino no supo cambiar la táctica para buscar un resultado más halagüeño.
En fin, un partido que prometía mucho y que quedó en nada. Alarcia fue la figura de su equipo, de un Celta que por lo que aquí ha exhibido, tendrá que apretarse el cinturón en las últimas tres jornadas de esta Liga. Arbitró correctamnte el catalán señor Tomeu.
Los 90 minutos han sido de presión tan insistente como negativa del Valencia que ha llegado a lanzar hasta 18 córners contra sólo el cuadro contrario. Las cifras son elocuentes para ahorrarnos más detalles sobre lo que ha sido este partido, jugado en una sola dirección y con la pelota sin salir prácticamente del área viguesa. Pues bien, las docenas de balones que han estado danzando ante el meta céltico apenas si se han cristalizado en un sólo gol. Luego a los 26 minutos, cuando Adorno hilvanó una buena jugada, el balón lo desvió ligeramente Forment y fue a los pies de Quino que, de gran tiro cruzado envió el balón a la red fuera del alcance de Alarcia. Este gol animó al público y también al equipo.
Pero sus posteriores esfuerzos no fructificaron por la torquedad desangelada de que los atacantes valencianos dieron muestras, lo que dio origen a que en los graderíos (hubo casi lleno completo) se oyeran palmas de tango y protestas en algunas ocasiones. La goleada que se presagiaba, dada la debilidad del contrario, agazapado ante su puerta, formando un muro humano, no se produjo. Y como el Celta no varió el sistema, y sus tímidos contraataques apenas si dejaron sentir una pequeña amenaza, el partido fue deslizándose por el tobogán del aburrimiento. Sólo hacia el final, y dada la mínima diferencia en el marcador, algunos asaltos un poco más decididos del Celta, pusieron la piel de gallina a la «hinchada» local.
Sin embargo, no se varió el marcador. El Celta no mereció mejor suerte que la que conquistó. La de salir derrotado por un sólo tanto. Vino en busca de un empate, que aliviara su comprometida situación, pero sus ambiciones no pasaron de ahí. Y tenía la lección tan aprendida que incluso después del gol de Quino no supo cambiar la táctica para buscar un resultado más halagüeño.
En fin, un partido que prometía mucho y que quedó en nada. Alarcia fue la figura de su equipo, de un Celta que por lo que aquí ha exhibido, tendrá que apretarse el cinturón en las últimas tres jornadas de esta Liga. Arbitró correctamnte el catalán señor Tomeu.