Ficha de partido: 31.08.1963: AC Fiorentina 3 - 2 Valencia CF

Ficha de partido

AC Fiorentina
AC Fiorentina
3 - 2
(Prorroga)
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Descanso
45'
Vicente GuillotRoberto Gil
45'
Waldo MachadoAsist: Vicente Guillot
65'
Seminario
78'
Inicio pr�rroga
90'
Héctor Núñez
103'
Bartu
107'
Hamrim
112'
Final del partido
120'

Estadio



Nombre: Ramón de Carranza
Aforo: 15.500 espectadores
Ubicación: Cádiz (Cádiz) 
Inauguración: 03/09/1955

Rival: AC Fiorentina

Records vs AC Fiorentina

Máximo goleador: Carlos Arroyo (1 goles)
Goleador rival: Hamrim (1 goles)
Mayor victoria: 5 - 0 (13.08.1987)
Mayor derrota: 0 - 1 (01.03.2000)
Más repetido: 0-1 (2 veces)

Crónica

Con la misma expectación del inaugural de la tarde de este Trofeo Carranza, se jugó el Valencia - Florentina, que acabó duramente y que tras un partido emocionante fue preciso recurrir a la consabida prórroga, visto el 1—1 con que había finalizado el tiempo reglamentario.

El primer tiempo, con ventaja técnica y de velocidad levantina, además de la que proporcionaba Eolo, que soplaba fuerte, no pudo el Valencia resolver el pleito y eso que ocasiones las tuvo a modo, Albertossi, el meta italiano, lo paró todo, en una fenomenal actuación. Los levantinos tuvieron un primer tiempo espléndido, con juego alegre, de calidad, en el que hicieron hasta encaje de bolillos, pero todo quedaba en fuegos de artificio, aunque, parecía, en algunas ocasiones, en que sus jugadas ante la puerta adversaria se convertirían en goles. La seguridad de su zaga y la fuerza de Paquito y Sastre en la línea medular mantuvieron el dominio sobre los italianos, pero sin lograr un solo gol.

El segundo tiempo señaló un bajón claro valenciano y como la Fiorentina atacaba cada vez más e iba hilvanando mejor sus avances, aunque el único tanto valenciano pudo frenar su ímpeti, terminó en el gol del empate a cargo de Seminario, que fue el mejor elemento de los transalpinos y, por encima de todos, sobre el terreno.

Y así llegamos si final del choque normal, que obligó a la consabida prórroga, imponiéndose a mediados de la segunda fase una dureza completamente innecesaria, porque el partido discurría con plena deportividad, pero que terminó, esta propia dureza, perjudicando a las huestes valencianas, que no podian ya contener las réplicas italianas.

El Valencia estuvo irregular, pero, pese a ello, el primer tiempo debió resolverlo ya claramente, y con él, el partido, pero Waldo y Suco, que jugaron mucho y bien, no lograron hacerlo así hasta mediados del segundo período, que es donde marcaron un gol, por cierto de bella factura. Guillot, que sustituyó a Roberto, en la segunda mitad, estuvo muy cascabelero, pero ineficaz. Núñez también se hartó de jugar bien, pero sin eficacia profundizadora, y Sánchez Lage se limitó a demostrar su clase, pero en mitad del campo.

Hacia el final, con un Guillot más apagado de lo que creíamos, acusó el Valencia fuerte cansancio, que en la prórroga aún se hizo mayor, no pudiendo con el superior tren de juego de los italianos. La «Fiore», macizo, fuerte, con fuelle suficiente y con un fútbol duro y efectivo, empezó su acción lentamente, para ir subiendo el ritmo a medida que transcurría el partido, singularmente en el segundo tiempo, y más tarde, en la prórroga, a la que llegó con pleno dominio de las facultades físicas.

Gustaron los italianos, precisamente a partir de este segundo periodo de los noventa minutos y por descontado, en esa prórroga en la que hicieron frente a un sistema ilógico del Valencia, de imponer un juego de cierta dureza que, en realidad, se convirtió en arma que había de terminar con los colores blancos. El mejor de este equipo fue Seminario, al que se le trató con excesiva dureza, pues, fue el delantero más incisivo, más batallador, más luchador y más efectivo del equipo italiano; para él fueron las mejores ovaciones y también la mayor parte de la leña que se repartió y Albertossi estuvo imponente en la defensa de sus redes, también brilló el juego del sueco Hamrin, sobre todo en la última fase de la prórroga, en la que estuvo sencillamente sensacional, por velocidad y reflejos, gustando, asimismo, el juego de Lojacono, aunque un poco lento y también el del turco Bartu.