Inicio del partido

0'

Escudero

10'

Sócrates Belenguer

31'

Miguel

41'

Descanso

45'

Final del partido

90'

Habían planteadas dos actitudes en contraste. La del equipo madrileño, que nada tenía que ventilar ya en el torneo, como no fuera el honor deportivo y la honrilla de la victoria, frente a la lógica y legítima aspiración del Valencia por conquistar el título.

Al gol inicial de Pasieguito, invalidado por Fombona por mano previa de Sócrates, respondió Escudero con un tiro cruzado que se coló en la meta de Quique cuando iban nueve minutos de juego. Pasó un momento el partido en que el Valencia funcionaba sólo por su línea delantera, única que respondía. A los treinta y dos minutos, una falta de Verde a Seguí la sacó Puchades, centró Seguí y Sócrates remató de cabeza fusilando el empate. Con la igualada, el Valencia se envalentonó. Y hasta dominó. Y mas aún, estuvo a punto de marcar en dos ocasiones. Una de ellas, sobre todo, en que Seguí quedó solo ante Menéndez y tiró el balón por arriba del larguero.

Miguel resolvió el partido en una internada cuando faltaban cinco minutos para el descanso. Se cruzó mucho, tiró fuerte, y Quique, bien colocado junto a su poste izquierdo, pudo haber detenido el disparo, que no tenía más que fuerza y rapidez. Pero el balón le tocó en su brazo, tomó efecto y se fue recto hacia la red por el poste opuesto. Con el 1-2 en el tanteador, el marcador simultáneo señalando el 0-2 en Sarria y esto que debiera haber espoleado el ánimo valencianista, hizo todo lo contrario. Lo hundió más. Hizo que se jugara con más rabia quizá, y hasta con más coraje e ímpetu, pero sin acierto, orden ni compenetración en sus filas, sin la debida coordinación, de que antes hablaba. Se jugó contra reloj.

Gran partido del Atlético. No por haber logrado la victoria, sino por su actuación. Magnífico Menéndez, hasta convertirse en la figura del partido. Muy bien la defensa, donde destacó Tinte. Extraordinarios Agustín y Galbis, especialmente esta último, en una labor francamente meritoria y estimable. Y delante el fútbol orientador y eficaz de esos dos interiores que no por veteranos son menos sabios; la movilidad y eficacia de Pérez Payá iniciando siempre la jugada desde su línea de medios para llevar la pelota a la zona peligrosa.

No hizo el Valencia el fútbol que debía en este encuentro, unánimemente calificado como el más trascendental de la temporada y el de peor resultado en Mestalla. Le falló Quique en el segundo gol, fallaron también los medios volantes, en especial Puchades, jugador base de triunfos pretéritos. Monzó fue el único baluarte de la defensa, donde Mir marcó a distancia a Escudero, y a Díaz ss le escapó mucho Miguel. Le falló también Pasieguito, a pesar de su movilidad. Sólo Seguí y Buqué actuaron muy bien. Sócrates, inteligentemente, y Fuertes, cuando abandonó su puesto de extremo para convertirse en centro delantero.