Ficha de partido: 21.10.1923: Gimnástico CF 2 - 2 Valencia CF

Ficha de partido

Gimnástico CF
Gimnástico CF
2 - 2
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Eduardo Cubells (Pen.)
27'
Arróniz
40'
Descanso
45'
Eduardo Cubells (Pen.)
59'
Harker
78'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Stadium
Aforo: 3.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: -

Rival: Gimnástico CF

Records vs Gimnástico CF

Máximo goleador: Eduardo Cubells (31 goles)
Goleador rival: Silvino (9 goles)
Mayor victoria: 10 - 0 (29.08.1920)
Mayor derrota: 0 - 2 (04.09.1921)
Más repetido: 1-1 (8 veces)

Crónica

A la hora de comenzar el encuentro el grandioso "Stadium Valenciano" presentaba un aspecto sorprendente; miles de espectadores (se calcula en unos 20.000) ocupaban todas las localidades. A las órdenes del colegiado madrileño, señor Contreras, formaron los equipos, al propio tiempo que se les tributaba una ovación.

El encuentro fué bueno sin llegar, desde leugo, a lo extraordinario. La nerviosidad frecuente en estos partidos de campeonato, máximo cuando las fuerzas están igualadas, predominó en los primeros momentos. Luego se niveló mucho la lucha y asistimos a un encuentro reñidísimo y extremadamente duro, incluso violento en muchas ocasiones, debido a la tolerancia del árbitro unas veces, y otras (precisamente las más) a la poca energía que demostró, al no castigar con todo el rigor que merecían, las demasías cometidas por algunos de los jugadores. Consecuencia de esta tolerancia fueron las frecuentes caidas y encontronazos, en uno de los cuales, Reverter sufrió una fuerte distensión en un tobillo que le obligó a retirarse del campo y no volver a salir; y que Aurelio sufriese un choque con Mariano, que afortunadamente no tuvo consecuencias, pudiendo continuar jugando durante la segunda parte.

En el primer tiempo y en los comienzos del mismo, marcó el Valencia su primer goal consecuencia de un penalty con que fué castigada una carga de Ventura a Montes, al intentar éste rematar un centro. El empate lo consiguió el Gimnástico al final, por mediación de Arróniz, que lanzó un shoot fuerte y cruzado.

El segundo tiempo tuvo tres fases. Una, de dominio del Valencia, cuya línea delantera, muy bien apoyada por sus medios, atacó muy fuerte, entablándose un duelo entre estos y la pareja de defensas del Gimnástico, excelentemente ayudada por su medio centro. Y de esta lucha épica que en más de una ocasión fué favorable al Valencia, salió un héroe; Boro, el goal-keeper del Gimnástico, que se mostró superiorísimo, haciendo toda clase de paradas, siendo ovacionadísimo. No obstante, el Valencia a consecuencia de otro penalty con que se castigaron unas manos de Cervera, se apuntó el segundo tanto.

La segunda fase, fué de lucha nivelada pero reñidísima; los unos por asegurarse la ventaja; y los otros por conseguir el empate. En estas condiciones, el juego desarrollado fué tan duro y violento como en el anterior tiempo. El final del encuentro constituyó un dominio aunque ligero de los Gimnásticos, quienes acentuándolo cada vez más, consiguieron al fin el empate, al rematar Marco y Harker un prcioso centro de Arróniz.

El club decano Gimnástico F.C. salió al campo con un entusiasmo y fe en el triunfo, dignos de elogio; y con esas condiciones tan necesarias para alcanzar la victoria puestas al servicio de la ciencia, hicieron un juego muy bueno, rindiendo un esfuerzo muy superior a cuanto podía esperarse. Fué una exhibición brillantisima que desconcertó en más de una ocasión a los campeones. Por todo ello, cuantos elogios se les tibuten nos parecen pocos, y así nos congratulamos en hacerlo constar, pero un gran defecto pusieron de manifiesto; defecto que además de perjudicarles a ellos mismos en más de una ocasión pudo serles catastrófico de haber actuado un árbitro enérgico. El defecto que señalamos y que empaña precisamente su actuación puesto que de los hechos parece deducirse que fué más bien una táctica, es el juego violentísimo que desarrollaron la mayoría de sus actuantes, singularmente Ventura, Molina y Enrique, y a esto, francamente, no hay derecho. Nada de particular tiene jugar duro, máxime cuando se trata de campeonato; pero de ahí a repartir trastazos como táctica, media un abismo.

Por lo demás, son acreedores a múltiples elogios. Boro en la puerta, estuvo hecho un coloso; Ventura y Civera ratificando una vez más, que son la mejor pareja de zagueros; y Molina en el centro medio jugando muchísimo. Los restantes bien, especialmente Arroniz, Silvino y Marco.

El Valencia estuvo bien, aunque sin hacer nada extraordinario. El alinearse sin Peral y la retirada de Reverter a los veinte minutos de juego fueron circunstancias que influyeron grandemente en su actuación, máxime cuando al ocupar Hipólito el centro medio, quedó el ataque muy debilitado. Además la inseguridad de los defensas motivó que los medios alas tuviesen que retroceder con frecuencia a subsanar fallos, y en estas condiciones era difícil sostener un ataque que ya de por si no resultaba fícil ante unos adversarios como los que tuvo. De todas formas quizá habrían podido hacer más, si en sus equipiers hubiera existido mayor acometividad y algo menos de resignación por parte de algunos de sus elementos ante el juego desplegado por los adversarios (y conste que por nuestra parte elogiamos esa correción y que si a elio nos referimos, es desde el punta de vista critico) hecho verdaderamonte raro dada la corpulencia y temperamento de algunos de los componentes.

De los jugadores, muy bien Mariano (aunque en el primer goal quizá pudo hacer más para pararlo), Marín, Hipólito (cuando actuó de centro medio) y Estevan. Los defensas flojos duarnte casi todo el partido excepto al final que mejoraron su actuación con respecto al ataque. Cordellat muy valiente y centrando superiormente. Rino, flojísimo, y Cubells con mucho entusiasmo, pero completamente equivocado en su táctica de entregar poco juego a Montes.

Dejamos a este jugador para el final porque merece párrafo aparte: El excelente delantero centro fué el blanco de sus adversarios, asediado constantemente y recibiendo continuós golpes siguió jugando constantemente sin alterarse ni molestarse, prueba de lo cual fué que escasamente le pitaron algún foul en todo el encuentro. Fué toda una muestra de cordura y sensatez.

El arbitraje del señor Contreras tuvo la desgracia de dejar descontentos a los dos bandos. Su falta de energía para castigar el juego sucio quedó patentemente demostrada, y por otra parte sus fallos (uno de ellos fué un penalty contra el Gimnástico que anulado muy justamente por off-side, se negó a que se repitiese la jugada) estuvieron faltos de oportunidad en más de una ocasión.