Ficha de partido: 31.10.2006: Shakhtar Donetsk 2 - 2 Valencia CF

Ficha de partido

Sh. Donetsk
Sh. Donetsk
2 - 2
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Jadson
2'
Fernando MorientesAsist: David Villa
18'
Fernandinho
27'
Descanso
45'
Brandao
46'
Hubschmann
53'
David Villa
54'
Srna
65'
Roberto AyalaAsist: Fernando Morientes
68'
MaricaBrandao
74'
Joaquín SánchezFernando Morientes
75'
Lewandowski
75'
Matuzalem
83'
Hugo VianaDavid Navarro
86'
DuljajFernandinho
88'
Mario RegueiroDavid Villa
89'
Miguel Ángel Angulo
90'
Final del partido
91'

Estadio



Nombre: Olympiyskiy
Aforo: 25.831 espectadores
Ubicación: Donetsk (Donetsk) 
Inauguración: 13/08/1958

Rival: Sh. Donetsk

Records vs Sh. Donetsk

Máximo goleador: David Villa (2 goles)
Goleador rival: Jadson (1 goles)
Mayor victoria: 2 - 0 (18.10.2006)
Mayor derrota: Ninguna
Más repetido: 2-0 (1 veces)

Crónica

Del mal el menos. El Valencia emergió de los infiernos en Donetsk en cuestión de cuarenta y cinco minutos. Tras un primer tiempo lamentable, en el que estuvo perdido o, mejor, no estuvo, sacó la casta después y, sin hacer un gran fútbol, limitándose tan solo a dejar constancia de su potencial, fue otro y puso remedio al desbarajuste previo. El empate, objetivo mínimo inicial, le mete en los octavos de la Liga de Campeones. Pero se impone un análisis a fondo que aporte soluciones para desterrar la extraña dinámica en la que está inmerso el equipo.

El partido no pudo empezar peor para el Valencia. No se había cumplido el segundo minuto de juego cuando el Shakhtar, por medio de Jadson, a balón parado, clavó el balón en la red de Cañizares. Y nunca sabremos si por el madrugador gol o porque el equipo de Quique va en picado, lo cierto es que se perdió sobre el campo y sufrió como hace tiempo que no lo hacía. Y el descanso quedaba muy lejos. El primer cuarto de hora fue un suplicio. Tras el primer gol, Matuzalem, minuto diez, mandó el balón al poste. Cinco después, Cañizares salvó otro lanzamiento. La fortuna se alió con el Valencia y, como queriendo echarle una mano, medió para que Morientes tocara lo justo, tras lanzamiento de falta de Villa, y el ariete sumara un nuevo gol en Europa, superando la treintena.

Pero ni por esas se recompuso el Valencia. El empate surtió el efecto contrario. Encorajinó a los aguerridos jugadores locales quienes, con los brasileños aportando la calidad, comenzaron a tocarla una y otra vez, a abrir el juego a las bandas, a meter centros al área ante la mirada atónita de los valencianistas, impotentes y con la posición en el campo perdida. El Shakhtar, sorprendentemente, pasaba por encima de un Valencia convertido en una caricatura. Los de Quique cedieron excesivos metros. Muy atrás, dejaban maniobrar casi a placer a sus rivales. Ni la presencia en la alineación de Angulo por Joaquín y de Albiol en el lugar de Pallardó fueron solución, entre otras cosas porque los de Quique no eran un equipo. Arriba no se presionó donde se debía, en la medular se imponían los locales en número y en garra, igual que en ataque superaban a la zaga valenciana, incapaz de ordenarse sobre todo cuando los ucranianos metían tres puntas.

Ante tremendo desbarajuste, antes de la media hora llegó el segundo gol local, con el Valencia a la deriva. Srna, lateral diestro local se incorporaba al ataque –como Rat por la izquierda–, Fernandinho, el exterior de esa banda, podía caer hacia el centro, Matuzalem también ganaba metros y, con Aghahowa y Brandao más avanzados, los ucranianos atacaban con todo. Lo mejor que le pudo pasar al Valencia fue llegar al intermedio con una desventaja mínima, pues el Shakhtar tuvo pasta para hacer al menos un par de goles más.

El inicio de la segunda mitad ofreció un panorama diferente. Desde que se puso la pelota en juego el Valencia la tuvo más. Mucho más. Defendía más arriba y los locales se encontraban a gusto defendiendo su parcela. El general adelantamiento de líneas permitió a los de Quique llegar con fluidez. Empezaron a crear cierto peligro, tímidamente, pero en cantidad comparado con lo del primer tiempo. Tras veintidós minutos de este periodo, córner que ejecutó Villa y, tras peinar Morientes, Ayala se lanzó en plancha, con la fe que le caracteriza, y con la testa puso las tablas en el marcador y las cosas en su lugar más acorde.