Ficha de partido
Valencia CF
0 - 3
Athletic Club
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Koikili
12'
Yeste
33'
Iraola
42'
Descanso
45'
Santi Cañizares
47'
Javi MartínezOrbaiz
53'
Llorente
60'
Nikola ZigicFernando Morientes
61'
Raúl Albiol
61'
Vicente RodríguezManuel Fernandes
62'
MurilloGabilondo
68'
David AlbeldaEdu Gaspar
70'
Llorente
70'
GarmendiaYeste
75'
Miguel Brito
79'
Murillo
85'
Llorente
92'
Final del partido
93'
Estadio
Rival: Athletic Club
Records vs Athletic Club
Máximo goleador: Mundo Suárez (19 goles)
Goleador rival: Zarra (20 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (30 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (03.04.1949)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.10.1954)
Más repetido: 1-1 (23 veces)
Crónica
Unos cuantos años después, la afición del Valencia desempolvó anoche los pañuelos para mostrar su descontento con la gestión de Juan Soler al frente del Valencia. La paciencia de la parroquia valencianista comienza a agotarse después de otra demostración de desconcierto de su equipo, superado en todos los frentes por el correoso Athletic, un conjunto que destapó las limitaciones estructurales del Valencia, que ya ni siquiera es capaz de intimidar en Mestalla. Terreno prohibido en épocas pasadas, el viejo recinto de la Avenida de Suecia se ha convertido en un lugar de agradable peregrinaje para los rivales de turno.
El efecto gaseosa duró unos minutos, si así se le puede llamar a la prometedora aparición del Valencia en el partido. A los tres minutos Silva tuvo la ocasión de despejar una noche mentalmente muy comprometida. Sólo en el área pequeña, el canario envió fuera un centro de Morientes tras una combinación con Joaquín. No volverían a haber más noticias del Valencia en el remate en el primer tiempo, una confirmación del embotamiento general que vive el conjunto de Koeman.
El técnico holandés adelantó la defensa para ahogar el impulsivo juego ofensivo del Athletic, que sigue siendo el equipo más inglés de la liga española en lo que al ímpetu se refiere. Ahora se entiende la obsesión del club vasco por contratar a Caparrós, un especialista en calentar la sangre de sus futbolistas. Es recibir la pelota el Athletic y salir disparado hacia el área contraria, bien triangulando con una velocidad sorprendente o buscando la figura de Yeste, incrustado ayer entre Marchena y Albiol. Un ejemplo de verticalidad que pronto comenzó a dar serios problemas a la defensa del Valencia. Primero con un gol anulado a Gabilondo y seguidamente con un lejano disparo de Etxebarría que puso a prueba a Cañizares.
Al estilo alegre del Athletic,el Valencia replicó mínimamente con un estilo mucho más rígido. Nada nuevo para la grada, que se ha acostumbrado a vivir de las galopadas de Joaquín Desorden Koeman debe estar dándose golpes contra una pared si sigue empeñado en que su equipo construya el juego a base de rápidos pasecitos en el medio campo, donde todo el mundo sigue esperando acontecimientos. Ausente ayer Albelda, Fernandes retrató la tristeza con la que interpreta hoy en día el fútbol el Valencia. Y a Edu, por mucho que insista Koeman, no se le puede pedir mucho más. Si lo que se le exige es ritmo, el brasileño no está ahora para muchos trotes. Su aportación para los desplazamiento de balón es irrebatible, pero no es lo que necesita el Valencia.
Total, que el Athletic, un equipo a años luz en términos cualitativos, le dio una lección de armonía al conjunto de Mestalla y le enseñó que el fútbol es mucho más fácil de lo que parece. El grupo de Caparrós encontró su justo premio en un lanzamiento de falta, donde cuenta con un especialista. Yeste salvó la barrera y colocó la pelota en la escuadra. Un golpe esperado que destapó la fragilidad colectiva del Valencia. Al igual que ante el Schalke, el conjunto de Koeman pisó el acelerador en la segunda parte. El holandés puso en escena toda su artillería, con Vicente en la izquierda, Silva y Villa por el centro y Zigic asomando la cabeza entre la defensa rival a la caza de algún centro. Juegos de artificio ante un rival al que le gustan este tipo de situaciones, que se recrea defendiendo su terreno y armando, de vez en cuando, algún contragolpe. Una fórmula mucho más sencilla cuando enfrente reina el desconcierto.
Fundido Edu y Fernandes ausente, como siempre, el Athletic sólo tuvo que apretar un poco para matar el partido. Llorente sacó tajada a la confusión del rival para terminar otra ordenada acción de su equipo.
Momento para que el público sacara los pañuelos y diera su veredicto a Juan Soler, quien presenció desde el palco como Mestalla celebraba el tercer tanto del Athletic. Verlo para creerlo.
El efecto gaseosa duró unos minutos, si así se le puede llamar a la prometedora aparición del Valencia en el partido. A los tres minutos Silva tuvo la ocasión de despejar una noche mentalmente muy comprometida. Sólo en el área pequeña, el canario envió fuera un centro de Morientes tras una combinación con Joaquín. No volverían a haber más noticias del Valencia en el remate en el primer tiempo, una confirmación del embotamiento general que vive el conjunto de Koeman.
El técnico holandés adelantó la defensa para ahogar el impulsivo juego ofensivo del Athletic, que sigue siendo el equipo más inglés de la liga española en lo que al ímpetu se refiere. Ahora se entiende la obsesión del club vasco por contratar a Caparrós, un especialista en calentar la sangre de sus futbolistas. Es recibir la pelota el Athletic y salir disparado hacia el área contraria, bien triangulando con una velocidad sorprendente o buscando la figura de Yeste, incrustado ayer entre Marchena y Albiol. Un ejemplo de verticalidad que pronto comenzó a dar serios problemas a la defensa del Valencia. Primero con un gol anulado a Gabilondo y seguidamente con un lejano disparo de Etxebarría que puso a prueba a Cañizares.
Al estilo alegre del Athletic,el Valencia replicó mínimamente con un estilo mucho más rígido. Nada nuevo para la grada, que se ha acostumbrado a vivir de las galopadas de Joaquín Desorden Koeman debe estar dándose golpes contra una pared si sigue empeñado en que su equipo construya el juego a base de rápidos pasecitos en el medio campo, donde todo el mundo sigue esperando acontecimientos. Ausente ayer Albelda, Fernandes retrató la tristeza con la que interpreta hoy en día el fútbol el Valencia. Y a Edu, por mucho que insista Koeman, no se le puede pedir mucho más. Si lo que se le exige es ritmo, el brasileño no está ahora para muchos trotes. Su aportación para los desplazamiento de balón es irrebatible, pero no es lo que necesita el Valencia.
Total, que el Athletic, un equipo a años luz en términos cualitativos, le dio una lección de armonía al conjunto de Mestalla y le enseñó que el fútbol es mucho más fácil de lo que parece. El grupo de Caparrós encontró su justo premio en un lanzamiento de falta, donde cuenta con un especialista. Yeste salvó la barrera y colocó la pelota en la escuadra. Un golpe esperado que destapó la fragilidad colectiva del Valencia. Al igual que ante el Schalke, el conjunto de Koeman pisó el acelerador en la segunda parte. El holandés puso en escena toda su artillería, con Vicente en la izquierda, Silva y Villa por el centro y Zigic asomando la cabeza entre la defensa rival a la caza de algún centro. Juegos de artificio ante un rival al que le gustan este tipo de situaciones, que se recrea defendiendo su terreno y armando, de vez en cuando, algún contragolpe. Una fórmula mucho más sencilla cuando enfrente reina el desconcierto.
Fundido Edu y Fernandes ausente, como siempre, el Athletic sólo tuvo que apretar un poco para matar el partido. Llorente sacó tajada a la confusión del rival para terminar otra ordenada acción de su equipo.
Momento para que el público sacara los pañuelos y diera su veredicto a Juan Soler, quien presenció desde el palco como Mestalla celebraba el tercer tanto del Athletic. Verlo para creerlo.