Ficha de partido: 18.01.1986: Valencia CF 1 - 1 Sporting de Gijón

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
1 - 1
Sporting Gijón
Sporting Gijón

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Descanso
45'
Wilmar CabreraAsist: Paco Ferrando
46'
ZurdiMarcelino
61'
QuiniLlabres
65'
Quini
73'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: Sporting Gijón

Records vs Sporting Gijón

Máximo goleador: Vicente Seguí (7 goles)
Goleador rival: Quini (13 goles)
Mayor victoria: 8 - 0 (29.11.1953)
Mayor derrota: 1 - 6 (20.01.1982)
Más repetido: 1-1 (15 veces)

Crónica

Floja entrada en el Luis Casanova, menos de la mitad de su aforo, posiblemente por la presencia de las cámaras de TVE que retransmitiero enn directo el encuentro. La recaudación, 565.000 pesetas, lo dice todo. El colegiado canario Jiménez Moreno tuvo una buena actuación.

Goles: 1-0. Primer minuto de juego de la segunda parte. Rápido avance del Valencia con pase final de Ferrando a Cabrera, quien de tiro cruzado bate a Ablanedo. 1-1. Minuto 75. Eloy aprovecha un error de Boro para profundizar hasta la línea de banda, desde donde centra, la defensa del Valencia acierta a despejar y Quini, en el sitio preciso y con su serenidad habitual, bate a Bermell de colocado disparo.

El Valencia sigue sin ganar un partido y aunque el gol tempranero de la segunda mitad pareció marcar un cambio de actitud en sus jugadores que bordaron unos veinte minutos ciertamente brillantes, bastó la reaparición del Brujo Quini para amargarles la noche y firmar ese 1-1 que aumenta las incertidumbres blancas en esta segunda y definitiva vuelta de la Liga.

El partido tuvo varias alternativas, con un primer tiempo de mejor juego asturiano. El Sporting, bien conjuntado, llevó por la calle de la amargura a un Valencia desconcertado, nervioso e impreciso que no consiguió apenas ligar jugada. El mal del Sporting fue su ceguera ante el gol, cosa sabida, y que quedó patente en la noche valenciana sobre todo en la primera mitad, cuando sus jugadores fueron incapaces de materializar las numerosas ocasiones que se les presentaron. La más clara un remate de Jaime, elevando el balón por encima de Bermell, que conjuró la defensa valencianista a falta de cuatro minutos para el descanso.

Sin embargo, en la segunda parte y con el rápido gol de Cabrera, el Valencia cambió por completo. Sin duda la lección que sus jugadores debieron recibir en el vestuario hizo que a su vuelta al terreno de juego parecieran un equipo desmelenado, que salió a comerse a su rival con una fuerza y velocidad de la que había carecido durante todo el primer acto. Así el juego tuvo un constante color blanco que pudo determinar la suerte del cotejo en veinte prineros minutos primorosos. Sólo una tremenda bolea de Mino, desde el centro del campo, que se estrelló sorprendentemente en el larguero de Bermell, fue la fe de vida gijonesa. Llegó un poco después un gol de Cabrera que anuló el árbitro, con la bronca correspondiente por parte del público y después, aunque el Valencia continuó jugando con mucho ímpetu, fue perdiendo fuerza y el Sporting consiguió restablecer la igualdad en el juego aunque seguía adoleciendo de malicia ante el gol. Pero la presencia de Quini lo cambió todo. Su primer balón claro en el área local acabó en el fondo de las mallas blancas y aún tuvo tiempo el Brujo de enviarle una vaselina a Bermell que éste despejó a córner en última instancia y de engatillar un remate que superado el meta, despejó Juárez cuando el balón iba a colarse.

Quini fue sin duda el gran protagonista del tramo final del partido, pero éste quedó visto para sentencia cuando el 1-1 subió al marcador. Porque el Sporting estuvo más atento de congelar el balón que de intentar verdaderas aventuras ofensivas y porque el Valencia había gastado antes toda su pólvora en una racha de tres o cuatro ocasiones (remates de Subirats y Urruti), que entre la mala puntería propia y los aciertos de Ablanedo no se transformaron en el segundo gol que, sin duda, le hubiese dado el triunfo al equipo de Valdez. Un triunfo que desde hace cinco jornadas, cinco, se le viene negando.