Ficha de partido: 24.10.1979: Valencia CF 1 - 1 Glasgow Rangers

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
1 - 1
Glasgow Rang.
Glasgow Rang.

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Mario Kempes (Falta)
23'
Manuel Botubot
29'
Descanso
45'
McLean
48'
José Luis AlbiolOrlando Giménez
71'
Miller
80'
Rainer BonhofPenalty fallado
80'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: Glasgow Rang.

Records vs Glasgow Rang.

Máximo goleador: Mario Kempes (3 goles)
Goleador rival: Edu (1 goles)
Mayor victoria: 3 - 0 (02.11.2010)
Mayor derrota: Ninguna
Más repetido: 1-1 (4 veces)

Crónica

Un estúpido gol cuando se estaba llegando, cumplido el minuto 45 de partido, al descanso ha dado al traste con las ilusiones del Valencia de ganar este encuentro de los octavos de final de la Recopa. Un gol, el marcado por el extremo McLean, que constituyó un auténtico mazazo para el Valencia que ya no levantó cabeza en toda la segunda parte, fallando incluso hasta un «penalty», que podía haberle proporcionado el triunfo.

Quien bien empieza... no acaba bien, como reza el refrán, eso fue lo que le sucedió al Valencia, que sacó toda su fuerza en los comienzos del encuentro para ir perdiéndola poco a poco a medida que transcurría el tiempo y se veía impotente para penetrar en la cerrada y tupida defensa escocesa. Sin embargo, paradójicamente, el primer susto lo proporcionó el Rangers, en un disparo de Cooper en el minuto 20, que obligó a Pereira a rectificar su estirada sobre la marcha para poder atajarlo debido al efecto endiablado que llevaba.

Pero a partir de ahí el mando correspondió al cuadro local, que no sólo dominó sino que llevó el peligro a la puerta defendida por McCloy. Hubiera sido el momento oportuno para, después del tanto de Kempes en el minuto 23, aprovechar el desfondamiento de los rivales para apuntillarles definitivamente. Pudieron lograrlo Saura (minuto 33), Kempes (en el 34) y Solsona (en el 39), en un balón que pretendió picar por encima del gigantesco guardameta escocés, pero que le salió mal y desviado. De todas formas tampoco estaba mal el 1-0, con que todos creíamos que se llegaría al descanso. Pero...

Los escoceses, que salvo este disparo inicial, de Cooper que acongojó a la parroquia, no habían dado ni una sola señal de vida en el área valencianista, tuvieron la inmensa fortuna de encontrarse con un tanto que ni merecían ni buscaban, dedicados única y exclusivamente a congelar el esférico, retrasarlo lo más posible y dejar pasar los minutos dando incluso por bueno el 1-0 que en aquellos momentos señalaba el marcador. Pero el fallo se concatenó contra el valencia. Primero fue un balón tonto que perdió Arias en un ángulo del área, luego que el esférico, rebotado, llegara hasta el desmarcado McClean que tiró al tun-tun desde unos cinco metros fuera del área, el balón botó delante del sorprendido Pereira y se fue a las mallas.

demás, el Valencia se equivocó de medio a medio. Parecía como si no supiese jugar más que enviado balones bombeados, lo que, dada la altura del gigantesco McCloy era como querer hacer andar a un coche sin carburante, o penetrando por el centro, con lo que lo único que lograban era producir innumerables jugadas embarulladas y dar facilidades para que la defensa escocesa pudiera alejar el balón. El gol local sólo podía legar por alguna genialidad o una equivocaciónde los escoceses. Y como éstos no cometieron ninguna en su obsesiva labor defensiva, únicamente quedaba abierta la espita para que Solsona, Kempes y el alemán Bonhof, se sintieran picados por la mosca de la genialidad.

Fue el argentino el que lo logró. Sacó una de sus clásicas faltas desde la corona del área y la envió directamente al fondo de las mallas sin que se enterara el portero que se quedó viendo visiones. Pero ahí se acabó toda la cera que ardía. Porque el Valencia, como una gaseosa abierta, fue perdiendo gas en la segunda parte, pese a tener todo a su favor. El centro del campo (Kempes, Solsona y Bonhof) eran prácticamente unos delanteros más, con lo que entre defensores y atacantes se encontraban en las inmediaciones de la puerta del Rangers hasta 15 y 16 jugadores lo que producía todos los atolondramientos, rebotes y barullos que el lector quiera imaginarse.

Por si todo fuera poco, encima ni siquiera de penalty pudo marcar el Valencia el tanto de la victoria. Una clara falta de Jonhstone a Felman (antes se le había reclamado a Linemayer otro penalty, que lo fue, a Giménez) intentó convertirla Bonhof. Pero su lanzamiento, muy fuerte, pero completamente por el centro, tropezó con el gigantesco cuerpo de McCloy, y éste repelió el balón. Ya la gaseosa no tenía ni tan siquiera fuerza y los once minutos que faltaban pasaron con más pena que gloria.

Y es que está visto que cuando un equipo español (el Valencia en este caso) se le cierran atrás, y le dejan incluso todo el campo para que domine, no sabe qué hacer. En ningún momento exceptuando 17 minutos de la primera parte (los que van del 22 al 39) tuvo ideas ni supo qué hacer con el balón. Era un auténtico suplicio verles retrasar una y otra vez el cuero a la espera de centrar sobre puerta o querer entrar con el balón controlado por el centro de la defensa. Y pese a que una y otra vez tropezaban con la zaga escocesa, una y otra vez volvían a intentarlo de forma empecinada sin querer enviar el juego por las alas y sin darse cuenta que la única forma de abrir aquella olla a presión que era el área del Rangers era colarse por las bandas y provocar la salida del amontonamiento.