Ficha de partido: 19.10.1975: RCD Espanyol 1 - 0 Valencia CF

Ficha de partido

RCD Espanyol
RCD Espanyol
1 - 0
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Descanso
45'
José María (Pen.)
48'
Johnny RepVicente Sancayetano
73'
José ManuelCuesta
73'
Salif KeitaFernando Tirapu
73'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Sarriá
Aforo: 44.000 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 18/02/1923 (Demolido en 1997)

Rival: RCD Espanyol

Records vs RCD Espanyol

Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)

Crónica

En una entrevista al presidente blanquiazul, se le preguntaba ayer, si no era de temer, que el equipo pudiese acusar una cierta resaca, como consecuencia de la ceibración de las recientes Bodas de Platino españolistas y el señor Meler decía no creerlo al tiempo que señalaba que todo se había programado con la máxima prudencia para evitar tal tipo de cosas. De todos modos, por el partido contra los ingleses o por el clima que reinó durante la semana, es lo cierto que el Español que vimos actuar contra el Valencia, ofreció la imagen de un equipo un tanto fatigado, falto de estímulos, un poco bajo de tono, como si un cierto tipo de resaca se dejase notar.

Aunque no puede dejar de contabilizarse, la presencia de los hombres que prepara Mestre, que, aun sin hacer honor a esa tan cacareada estampa de un nuevo Valencia, no fueron adversario fácil, por la disciplina con que supieron sujetarse a una rigurosísima tarea de marcaje y por la peligrosidad de sus contragolpes, profundos y rápidos, aunqne con el fallo sustancial de ser deficitario en lo referente a remate. Tirapu sobre José María, Cerveró sobre Amiano, Barrachina sobre Jeremias y Domingo sobre Manolín Cuesta, atendieron de una manera obsesiva a la labor de control que les había sido asignada. Y la verdad es que consiguieron, una y otra vez, yugular los intentos ofensivos de los locales, empeñados por otra parte, en profundizar a base, sobre todo, de la desacreditada fórmula del bombeo de balones sobre el área.

Fue un primer tiempo bastante vulgar, de forcejeo permanente, pero sin que ni unos ni otros acertasen a construir esquemas de juego dignos de mención. Con una cierta simetría, vimos como Solsona y Claramunt, que teóricamente, sólo teóricamente, se emparejaban, se movían en posiciones casi siempre retrasadísimas, intentando dede ellas organizar las acciones de los respectivos equipos. Las únicas situaciones de peligro españolista, nacieron como siempre (y digamos, de paso, que al abusar tanto y tanto de la fórmula, ésta como es lógico, pierde eficacia) a cargo de las profundas galopadas de Ramos por su banda, pero éste, escasamente apoyado debió finalizar todas sus acciones con el centro sobre puerta que de bien poco sirvió.

Las dos situaciones de gol más perfiladas, correspondieron a un buen remate de Manolín Cuesta, que desvió la madera y a un centro mortal de necesidad de Claramunt, que Quino no acertó a rematar y a su espalda, Valdés, recogió el esférico y mandó el balón a las nubes, cuando se encontraba en inmejorable posición. Hacia el final de este primer periodo, Jeremías fue cargado dentro del área por Claramunt y los graderíos reclamaron la pena máxima y ya a partir de aquel momento, estuvieron de uñas con el señor Soto Montesinos, que no quiso señalar ni el libre indirecto que hubiese sido la sanción oportuna.

Apenas iniciado el segundo periodo, Planelles dio un manotazo al esférico, con presumible intencionalidad y el árbitro no vaciló ni un momento en decretar el máximo castigo. José María se encargó de ejecutarlo y logró marcar de un buen disparo a media altura, engañando a Basauri. El gol determinó que los visitantes rectificasen levemente su actitud posicional y así Pianelles, que durante el primer tiempo estuvo estabilizado en el medio campo con Claramunt y Tirapu, subió con mayor frecuencia en apoyo del ataque. Pero el juego apenas si alteró su fisonomía. Se pisaba mucho en el centro del campo y ambas delanteras continuaron actuando sin gran peligrosidad. Con todo, Basauri, detuvo remates de Manolín Cuesta, Amiano y Ortiz Aquino, de un cierto compromiso. Faltando un cuarto de hora para el final, el técnico valencianista intentó jugar la carta (un poco tarde, quizá) de la defensiva a ultranza e incorporó al juego a Keita y Rep, que suplieron a Tirapu y Sancayetano. En efecto, durante esos últuhos quince minutos, el fútbol ofensivo valenciano adquiere una mayor soltura y crea algún aue otro momento de confusión en la cobertura blanquiazul. Pero fue algo más aparente que real y el partido finalizó sin que se alterase la mínima distancia inscrita en el marcador, mínima que a fin de cuentas puede considerarse merecida, puesto que los blanquiazules, aunque sin inspiración y deslabazadamnnte, pusieron a contribución un mayor empeño atacante en todo momento fueron más pródigos en el remate y acreditatron en suma, merecidamente, para hacerse con los doe puntos.

Partido gris, de poca calidad, incluso de poca emoción, pese a lo incierto del tanteo, pero con desenlace lógico al final. Ante un Español, poco vibrante y un tanto desdibujado, "El nuevo Valencia", no se puede decir que diera fe de vida.