Ficha de partido
RCD Espanyol
0 - 2
Valencia CF
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
José Vilanova
34'
Descanso
45'
Severiano Goiburu
68'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: RCD Espanyol
Records vs RCD Espanyol
Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (28 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)
Crónica
Dos cosas destacaron poderosamente en la tarde de ayer: el poco interés que en el público despertó el primer partido de Copa y lo justificado que, los hechos vinieron a demostrar, era ese desinterés. El partido entró por derecho propio en la categoría de los malos. Claro que no todo fue malo y que hubo algo regular, bueno y aun excelente, pero fueron esos momentos excepcionales lo que permitieron hacer que la monotonía destacara mayormente.
Por los vencedores, una innegable unidad de valores y de clase, a lmismo tiempo una forma, sino excepcional, por lo menos buena. Sin huecos en sus líneas y con algunos puestos magníficamente cubiertos, el Valencia tuvo siempre el partido en la mano y acertó a cerrarla a tiempo para llevarse, a tierras del Turia, esos dos puntos que tan preciosos son si se atiende a quién han sido arrebatados y dónde, porque es indudable que, por lo menos sobre el papel, la labor más difícil que se presentaba al Valencia en esta Copa era batir al Español en su propio feudo de Sarriá.
Ante poco público, con mucho sol y a las órdenes de Cruella, que hizo un arbitraje discreto, se ha disputado este primer partido de la Copa. El primer tanto se produjo a los 34 minutos de juego, al rematar Vilanova un excelente centro de Richart. Poco después, un gran tiro de Goiburu fue desviado a corner por Martorell y antes de llegar al descanso, un pase de Prat a Chas motivó un cañonazo grande de éste que Antolín se encontró materialmente en las manos.
El segundo tiempo fue más movido y si bien el Valencia generalmente presionó, es de justicia reconocer que, algunas ocasiones, sólo la excelente labor de Antolín, bien apoyado por la defensa pudo evitar que el Español marcara. El segundo tanto valenciano, y último del encuentro, se produjo a los 23 minutos del tiempo al centrar Doménech adelantado, recogiendo Goiburu, quien, sobre la marcha, dispara fuerte repeliendo Martorell, que no consigue blocar, dejando al delantero blanco la oportunidad de marcar el tanto. A partir de entonces el juego se hizo más animado, hubo buenos ataques por ambos bandos, pero no ocurrió más, como no sea las muchas palmas que escuchó Antolín, quien a última hora anduvo entre lo genial y lo chambón.
Por los vencedores, una innegable unidad de valores y de clase, a lmismo tiempo una forma, sino excepcional, por lo menos buena. Sin huecos en sus líneas y con algunos puestos magníficamente cubiertos, el Valencia tuvo siempre el partido en la mano y acertó a cerrarla a tiempo para llevarse, a tierras del Turia, esos dos puntos que tan preciosos son si se atiende a quién han sido arrebatados y dónde, porque es indudable que, por lo menos sobre el papel, la labor más difícil que se presentaba al Valencia en esta Copa era batir al Español en su propio feudo de Sarriá.
Ante poco público, con mucho sol y a las órdenes de Cruella, que hizo un arbitraje discreto, se ha disputado este primer partido de la Copa. El primer tanto se produjo a los 34 minutos de juego, al rematar Vilanova un excelente centro de Richart. Poco después, un gran tiro de Goiburu fue desviado a corner por Martorell y antes de llegar al descanso, un pase de Prat a Chas motivó un cañonazo grande de éste que Antolín se encontró materialmente en las manos.
El segundo tiempo fue más movido y si bien el Valencia generalmente presionó, es de justicia reconocer que, algunas ocasiones, sólo la excelente labor de Antolín, bien apoyado por la defensa pudo evitar que el Español marcara. El segundo tanto valenciano, y último del encuentro, se produjo a los 23 minutos del tiempo al centrar Doménech adelantado, recogiendo Goiburu, quien, sobre la marcha, dispara fuerte repeliendo Martorell, que no consigue blocar, dejando al delantero blanco la oportunidad de marcar el tanto. A partir de entonces el juego se hizo más animado, hubo buenos ataques por ambos bandos, pero no ocurrió más, como no sea las muchas palmas que escuchó Antolín, quien a última hora anduvo entre lo genial y lo chambón.