Ficha de partido
Valencia CF
1 - 1
Dep. Coruña
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Carlos Marchena
8'
Miguel Brito
39'
David VillaAsist: Miguel Ángel Angulo
43'
De GuzmánAndrade
44'
SenelScaloni
44'
VíctorSergio
44'
Descanso
45'
David NavarroPablo Aimar
58'
Manuel Pablo
65'
Víctor (Pen.)
69'
Patrick KluivertMiguel Brito
74'
Duscher
80'
Fabio AurelioMario Regueiro
88'
De Guzmán
90'
Miguel Ángel Angulo
92'
SergioArizmendi
92'
Final del partido
93'
Estadio
Rival: Dep. Coruña
Records vs Dep. Coruña
Máximo goleador: David Villa (10 goles)
Goleador rival: Bebeto (5 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (20 partidos)
Mayor victoria: 7 - 1 (23.01.1949)
Mayor derrota: 1 - 5 (19.02.1950)
Más repetido: 2-1 (14 veces)
Crónica
26.01.2006
De la alegría a la indignación. El Valencia acababa de marcar e igualar la eliminatoria, pero en la zona de la Grada de la Mar un desalmado decidió que no era momento de fijarse en el goleador Villa y sí en Egido Rozas, uno de los auxiliares al que alcanzó de un monedazo. La sangre brotaba de la ceja del ayudante de Megía Dávila y el árbitro no dudó en suspender el partido. Hasta el linier se acercó el médico del Valencia, Antonio Giner, pero no le dio tiempo a revisar la brecha, ya que el colegiado rápidamente se dirigió hacia el túnel de vestuarios señalando que el choque se había acabado. “¡Nos vamos!”, proclamó Megía Dávila.
En un principio nadie sabía lo que iba a ocurrir, si había pitado el final de la primera parte, ya que se cumplía el minuto 45, o el partido se daba por finalizado. Tras unos minutos de incertidumbre en el túnel de vestuarios, con los jugadores de ambos equipos discutiendo, el colegiado decidió suspender el choque definitivamente. Voro, el delegado valencianista, accedió minutos antes al vestuario para intentar convencerle de que continuara el partido para evitar problemas con los aficionados, pero fue imposible. La decisión estaba tomada y ahora habrá que esperar a lo que dictamine hoy el Comité de Competición, que anoche anunció que se reuniría de urgencia para ver qué ocurre, cuándo continúa el choque y si Mestalla sufre alguna sanción. En caso de que así ocurra, el Valencia se expone, en el peor de los casos, a un cierre de su feudo durante cuatro partidos, lo que evitaría que los encuentros contra el Zaragoza, Barcelona, Getafe y Real Madrid los disputara el equipo ante su afición. Pero Soler no lo va a poner fácil.
Anoche, el máximo mandatario blanquinegro ya anunció que han existido otros precedentes en los campos españoles, caso del Camp Nou, y todavía nada ha ocurrido, por lo que defenderá los intereses del Valencia hasta donde haga falta. Además, el presidente también dejó caer que la moneda pudo ser lanzada desde la zona que ocupaban los seguidores gallegos llegados hasta Valencia. Pero tras el lamentable espectáculo en el césped, la noticia se trasladó a la calle. Cuando el animador del Valencia, José Manuel Parra, anunció por megafonía que se suspendía el choque, los aficionados expresaron su indignación, aunque también censuraron que algún desalmado provocara el aplazamiento del partido. En torno a unas 5.000 personas se congregaron en la puerta cero de Mestalla, aunque tras unos cinco minutos de gritos e insultos contra el árbitro, el Deportivo y la Federación, decidieron disolverse expectantes por lo que ocurrirá.
Y es que ambos equipos querían que continuara el choque. El presidente del Valencia, Juan Soler, señaló que el cuarto árbitro podría haber sustituido al auxiliar agredido y acabar la eliminatoria. El Dépor también intentó que se finiquitara el choque para evitar un nuevo viaje, aunque Patxi Dopico, vicepresidente del club gallego, anunció que aceptaban lo que había decidido el colegiado. Finalmente, los jugadores coruñeses salieron por una de las puertas que dan a la avenida de Aragón. Acompañados por miembros del cuerpo de seguridad, cruzaron el césped para evitar problemas con aficionados que pudieran estar en los alrededores de Mestalla.
01.02.2006
La Audiencia Provincial apeló a la lógica para que se disputara el partido de ayer, pero otro juez, en este caso el deportivo, no tuvo reparos en dictar una sentencia injusta que echó por la fuerza al Valencia de la Copa del Rey. Mientras el equipo de Quique, con un hombre menos, se esforzaba y se dejaba la vida por conseguir un segundo tanto, Megía Dávila enmudeció todavía más un recinto vacío al señalar un supuesto agarrón de Albelda a Senel. ¡Increíble! Si quiso ser protagonista, lo logró. Al igual que Iturralde González se inventó un penalti en el partido de ida en Riazor, ayer el colegiado hizo lo mismo. ¿Corporativismo?
Daba la sensación de que Megía Dávila no quería dejar el protagonismo que adquirió en la primera parte del choque. Es un colegiado que se siente a gusto en situaciones conflictivas. Y no podía salir de Mestalla sin que todos al día siguiente hablaran de él. Lo logró, pero por delante se llevó al Valencia. Y fue una pena, porque los jugadores de Quique lo hicieron todo bien. El técnico blanquinegro estudió perfectamente el partido. Se la jugó con valentía, con dos hombres en punta, pero cuando más cerca estaba el segundo tanto del Valencia, el árbitro dijo basta. En una jugada donde Albelda y Senel peleaban por un balón que Butelle estaba a punto de atrapar, sonó el silbato. ¿Fuera de juego? ¿Falta a favor del Valencia? Pues no. Penalti. Y ahí se acabó todo. Víctor engañó al portero blanquinegro y dejó a todos congelados.
Bueno, a todos no. Mestalla estaba casi vacío, pero se podía sentir el calor de la afición, que llenó los aledaños al estadio. La indignación se apoderó de todos y los gritos empezaron a hacerse más insistentes. Era una nueva decisión absurda que dejaba al Valencia sin opciones en una competición en la que las esperanzas eran muchas. Al equipo nada se le puede reprochar. Derrochó más valentía con un hombre menos que el Deportivo con todos sus jugadores. Y si hubo algún equipo con ocasiones para anotar ese fue el Valencia. Además, al inicio, en los escasos segundos del primer tiempo, Manuel Pablo tocó el balón con la mano dentro del área, pero ahí Megía Dávila demostró una esperada ceguera.
En la segunda parte, Quique mantuvo el esquema mientras pedía a los jugadores de la defensa y del centro del campo que buscaran a Villa, su arma letal. Así lo hicieron y el asturiano comenzó su particular martirio a los defensas del Deportivo. Albelda estuvo cerca de marcar justo un minuto después del ¿penalti? Ya con el tanto en contra, los jugadores blanquinegros no se desanimaron. Se sabían superiores y así lo demostraron. Quique dejó atrás a tres jugadores y lanzó todas sus naves hacia el área coruñesa. Y las opciones locales siguieron, especialmente una de Regueiro que Kluivert también pudo rematar. Pero no había suerte. Mientras, Caparrós atrincheró a su equipo con cinco defensas.
Pero mientras, la retaguardia del Dépor aumentaba, la vanguardia valencianista también era más numerosa. Ya sólo había que lanzar balones al área y apelar a la fortuna. En una de ellas, Kluivert casi acierta y Fabio Aurelio, ya en la prolongación, también lo intentó. Así finalizó una eliminatoria en la que dos árbitros han decidido dejar al Valencia sin la opción de ganar un título. Sendos penaltis que sólo ellos vieron y una suspensión que al único equipo que perjudicó fue al de Mestalla, que, pese a todo, demostró estar a la altura que se esperaba.
De la alegría a la indignación. El Valencia acababa de marcar e igualar la eliminatoria, pero en la zona de la Grada de la Mar un desalmado decidió que no era momento de fijarse en el goleador Villa y sí en Egido Rozas, uno de los auxiliares al que alcanzó de un monedazo. La sangre brotaba de la ceja del ayudante de Megía Dávila y el árbitro no dudó en suspender el partido. Hasta el linier se acercó el médico del Valencia, Antonio Giner, pero no le dio tiempo a revisar la brecha, ya que el colegiado rápidamente se dirigió hacia el túnel de vestuarios señalando que el choque se había acabado. “¡Nos vamos!”, proclamó Megía Dávila.
En un principio nadie sabía lo que iba a ocurrir, si había pitado el final de la primera parte, ya que se cumplía el minuto 45, o el partido se daba por finalizado. Tras unos minutos de incertidumbre en el túnel de vestuarios, con los jugadores de ambos equipos discutiendo, el colegiado decidió suspender el choque definitivamente. Voro, el delegado valencianista, accedió minutos antes al vestuario para intentar convencerle de que continuara el partido para evitar problemas con los aficionados, pero fue imposible. La decisión estaba tomada y ahora habrá que esperar a lo que dictamine hoy el Comité de Competición, que anoche anunció que se reuniría de urgencia para ver qué ocurre, cuándo continúa el choque y si Mestalla sufre alguna sanción. En caso de que así ocurra, el Valencia se expone, en el peor de los casos, a un cierre de su feudo durante cuatro partidos, lo que evitaría que los encuentros contra el Zaragoza, Barcelona, Getafe y Real Madrid los disputara el equipo ante su afición. Pero Soler no lo va a poner fácil.
Anoche, el máximo mandatario blanquinegro ya anunció que han existido otros precedentes en los campos españoles, caso del Camp Nou, y todavía nada ha ocurrido, por lo que defenderá los intereses del Valencia hasta donde haga falta. Además, el presidente también dejó caer que la moneda pudo ser lanzada desde la zona que ocupaban los seguidores gallegos llegados hasta Valencia. Pero tras el lamentable espectáculo en el césped, la noticia se trasladó a la calle. Cuando el animador del Valencia, José Manuel Parra, anunció por megafonía que se suspendía el choque, los aficionados expresaron su indignación, aunque también censuraron que algún desalmado provocara el aplazamiento del partido. En torno a unas 5.000 personas se congregaron en la puerta cero de Mestalla, aunque tras unos cinco minutos de gritos e insultos contra el árbitro, el Deportivo y la Federación, decidieron disolverse expectantes por lo que ocurrirá.
Y es que ambos equipos querían que continuara el choque. El presidente del Valencia, Juan Soler, señaló que el cuarto árbitro podría haber sustituido al auxiliar agredido y acabar la eliminatoria. El Dépor también intentó que se finiquitara el choque para evitar un nuevo viaje, aunque Patxi Dopico, vicepresidente del club gallego, anunció que aceptaban lo que había decidido el colegiado. Finalmente, los jugadores coruñeses salieron por una de las puertas que dan a la avenida de Aragón. Acompañados por miembros del cuerpo de seguridad, cruzaron el césped para evitar problemas con aficionados que pudieran estar en los alrededores de Mestalla.
01.02.2006
La Audiencia Provincial apeló a la lógica para que se disputara el partido de ayer, pero otro juez, en este caso el deportivo, no tuvo reparos en dictar una sentencia injusta que echó por la fuerza al Valencia de la Copa del Rey. Mientras el equipo de Quique, con un hombre menos, se esforzaba y se dejaba la vida por conseguir un segundo tanto, Megía Dávila enmudeció todavía más un recinto vacío al señalar un supuesto agarrón de Albelda a Senel. ¡Increíble! Si quiso ser protagonista, lo logró. Al igual que Iturralde González se inventó un penalti en el partido de ida en Riazor, ayer el colegiado hizo lo mismo. ¿Corporativismo?
Daba la sensación de que Megía Dávila no quería dejar el protagonismo que adquirió en la primera parte del choque. Es un colegiado que se siente a gusto en situaciones conflictivas. Y no podía salir de Mestalla sin que todos al día siguiente hablaran de él. Lo logró, pero por delante se llevó al Valencia. Y fue una pena, porque los jugadores de Quique lo hicieron todo bien. El técnico blanquinegro estudió perfectamente el partido. Se la jugó con valentía, con dos hombres en punta, pero cuando más cerca estaba el segundo tanto del Valencia, el árbitro dijo basta. En una jugada donde Albelda y Senel peleaban por un balón que Butelle estaba a punto de atrapar, sonó el silbato. ¿Fuera de juego? ¿Falta a favor del Valencia? Pues no. Penalti. Y ahí se acabó todo. Víctor engañó al portero blanquinegro y dejó a todos congelados.
Bueno, a todos no. Mestalla estaba casi vacío, pero se podía sentir el calor de la afición, que llenó los aledaños al estadio. La indignación se apoderó de todos y los gritos empezaron a hacerse más insistentes. Era una nueva decisión absurda que dejaba al Valencia sin opciones en una competición en la que las esperanzas eran muchas. Al equipo nada se le puede reprochar. Derrochó más valentía con un hombre menos que el Deportivo con todos sus jugadores. Y si hubo algún equipo con ocasiones para anotar ese fue el Valencia. Además, al inicio, en los escasos segundos del primer tiempo, Manuel Pablo tocó el balón con la mano dentro del área, pero ahí Megía Dávila demostró una esperada ceguera.
En la segunda parte, Quique mantuvo el esquema mientras pedía a los jugadores de la defensa y del centro del campo que buscaran a Villa, su arma letal. Así lo hicieron y el asturiano comenzó su particular martirio a los defensas del Deportivo. Albelda estuvo cerca de marcar justo un minuto después del ¿penalti? Ya con el tanto en contra, los jugadores blanquinegros no se desanimaron. Se sabían superiores y así lo demostraron. Quique dejó atrás a tres jugadores y lanzó todas sus naves hacia el área coruñesa. Y las opciones locales siguieron, especialmente una de Regueiro que Kluivert también pudo rematar. Pero no había suerte. Mientras, Caparrós atrincheró a su equipo con cinco defensas.
Pero mientras, la retaguardia del Dépor aumentaba, la vanguardia valencianista también era más numerosa. Ya sólo había que lanzar balones al área y apelar a la fortuna. En una de ellas, Kluivert casi acierta y Fabio Aurelio, ya en la prolongación, también lo intentó. Así finalizó una eliminatoria en la que dos árbitros han decidido dejar al Valencia sin la opción de ganar un título. Sendos penaltis que sólo ellos vieron y una suspensión que al único equipo que perjudicó fue al de Mestalla, que, pese a todo, demostró estar a la altura que se esperaba.