Ficha de partido
Valencia CF
0 - 0
Real Madrid
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Mejía
18'
Raúl Albiol
37'
Descanso
45'
RonaldoRaúl
62'
Francisco RufeteMiguel Ángel Angulo
64'
Miguel Ángel MistaMario Regueiro
66'
RobinhoZidane
74'
Miguel Ángel Mista
75'
CassanoBaptista
77'
Guti
78'
Fabio AurelioPablo Aimar
80'
Santi Cañizares
89'
RonaldoPenalty fallado
90'
Carlos Marchena
91'
Final del partido
92'
Estadio
Rival: Real Madrid
Records vs Real Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (13 goles)
Goleador rival: Raúl (17 goles)
Más partidos: Vicente Asensi (28 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (09.06.1999)
Mayor derrota: 1 - 7 (23.08.1990)
Más repetido: 1-2 (27 veces)
Crónica
El Valencia recuperó la segunda plaza, pero no dejó un buen sabor de boca. Tuvo la ocasión de rematar a un Real Madrid primitivo y lo dejó escapar con vida. El miedo a perder pasó factura a los blanquinegros, además de la calamitosa actuación del árbitro, que no pitó un penalti de Sergio Ramos y vio pena máxima en una acción en la que Ronaldo se llevó el balón con la mano. Cañizares evitó la injusticia.
Cañizares ha tomado el testigo de Villa. El arquero blanquinegro se ha convertido en el argumento más fiable del Valencia ante la falta de gol del asturiano. Ayer evitó que un Real Madrid errático se llevara la gloria de Mestalla. Hubiera sido injusto. Cañizares quiso ser el justiciero y volvió a demostrar a Luis Aragonés, presente en la grada, que actualmente no hay mejor portero que él. El arquero adivinó la intención de Ronaldo, que segundos antes se había ayudado de la mano para fabricar el penalti. Fue su única acción del choque, pero hubiera sido suficiente. Nadie salió contento de Mestalla. Ni el Valencia ni la afición, que vio como el árbitro escamoteaba un penalti al conjunto de Quique por unas manos clarísimas de Sergio Ramos. El colegiado se inhibió y dejó que su juez de línea le auxiliara con una falta de Villa inexistente. Fue una acción que pudo marcar el futuro del partido. Eso sí, el Valencia mereció ganar. Fue quien más lo intentó. En la segunda parte se abalanzó sobre la defensa madridista pero Casillas tampoco sufrió demasiado. Al conjunto blanquinegro se le ha agotado la pólvora. Las Fallas se la han llevado toda. Villa acusa el cansancio y Aimar se ha quedado sin magia. Así es difícil que el Valencia torture a sus rivales como lo hacía en jornadas preferentes. Mantiene un dominio posicional sobre el contrario pero no profundiza como antaño.
Pero los tres puntos estuvieron en su mano. Ocasiones tuvo. Una opción de Baraja a escasos segundos de iniciado la segunda fase y dos ocasiones de Fabio Aurelio momentos antes del penalti sobre Ronaldo fueron sus mejores acciones. El Real Madrid, junto con la acción de la pena máxima, sólo puso en aprietos al Valencia en un cabezazo de Julio Baptista, pero nuevamente Cañizares apareció como un gigante. Al Valencia le costó entrar en el partido. Necesitó veinticinco minutos para encontrar sus orígenes. Hasta ese momento prefirió verlas venir, dejar que el Real Madrid presentara sus credenciales. El conjunto madridista tocaba y tocaba el balón. El Real Madrid combina la vistosidad de los atacantes con la vulgaridad de la retaguardia. Una vez avistada la debilidad rival, Villa y Aimar comenzaron a afilar las uñas. Y en una de las dentelladas llegó la jugada polémica de la noche con el penalti no señalado. Mestalla se tiñó de blanco. Los pañuelos y los gritos atronaban.
Pero el Valencia no se desanimó. Siguió a lo suyo. Empezó a presionar más arriba, a turbar la tranquilidad de Mejía y Sergio Ramos. Aimar y Villa consiguieron dejar en evidencia a los centrales madridistas en más de una ocasión. Pero sin puntería, esa que en otras ocasiones han dado triunfos vitales. En la segunda fase ambos técnicos se decidieron a sacar sus hombres más incisivos. Ronaldo, Robinho y Cassano se apuntaron en ataque, mientras Mista acompañaba a Villa en la zona de vanguardia blanquinegra. Poca cosa, la verdad. Aimar se metió en la zona izquierda y ya desapareció completamente hasta que Quique decidió sustituirlo y llevarse una bronca. Los centrocampistas mareaban el balón buscando esa acción que les diera el triunfo, pero sólo un crack como Ronaldo pudo conseguirlo. Pero enfrente se encontró otro superclase como Cañizares, que evitó que la injusticia triunfara en Mestalla.
Cañizares ha tomado el testigo de Villa. El arquero blanquinegro se ha convertido en el argumento más fiable del Valencia ante la falta de gol del asturiano. Ayer evitó que un Real Madrid errático se llevara la gloria de Mestalla. Hubiera sido injusto. Cañizares quiso ser el justiciero y volvió a demostrar a Luis Aragonés, presente en la grada, que actualmente no hay mejor portero que él. El arquero adivinó la intención de Ronaldo, que segundos antes se había ayudado de la mano para fabricar el penalti. Fue su única acción del choque, pero hubiera sido suficiente. Nadie salió contento de Mestalla. Ni el Valencia ni la afición, que vio como el árbitro escamoteaba un penalti al conjunto de Quique por unas manos clarísimas de Sergio Ramos. El colegiado se inhibió y dejó que su juez de línea le auxiliara con una falta de Villa inexistente. Fue una acción que pudo marcar el futuro del partido. Eso sí, el Valencia mereció ganar. Fue quien más lo intentó. En la segunda parte se abalanzó sobre la defensa madridista pero Casillas tampoco sufrió demasiado. Al conjunto blanquinegro se le ha agotado la pólvora. Las Fallas se la han llevado toda. Villa acusa el cansancio y Aimar se ha quedado sin magia. Así es difícil que el Valencia torture a sus rivales como lo hacía en jornadas preferentes. Mantiene un dominio posicional sobre el contrario pero no profundiza como antaño.
Pero los tres puntos estuvieron en su mano. Ocasiones tuvo. Una opción de Baraja a escasos segundos de iniciado la segunda fase y dos ocasiones de Fabio Aurelio momentos antes del penalti sobre Ronaldo fueron sus mejores acciones. El Real Madrid, junto con la acción de la pena máxima, sólo puso en aprietos al Valencia en un cabezazo de Julio Baptista, pero nuevamente Cañizares apareció como un gigante. Al Valencia le costó entrar en el partido. Necesitó veinticinco minutos para encontrar sus orígenes. Hasta ese momento prefirió verlas venir, dejar que el Real Madrid presentara sus credenciales. El conjunto madridista tocaba y tocaba el balón. El Real Madrid combina la vistosidad de los atacantes con la vulgaridad de la retaguardia. Una vez avistada la debilidad rival, Villa y Aimar comenzaron a afilar las uñas. Y en una de las dentelladas llegó la jugada polémica de la noche con el penalti no señalado. Mestalla se tiñó de blanco. Los pañuelos y los gritos atronaban.
Pero el Valencia no se desanimó. Siguió a lo suyo. Empezó a presionar más arriba, a turbar la tranquilidad de Mejía y Sergio Ramos. Aimar y Villa consiguieron dejar en evidencia a los centrales madridistas en más de una ocasión. Pero sin puntería, esa que en otras ocasiones han dado triunfos vitales. En la segunda fase ambos técnicos se decidieron a sacar sus hombres más incisivos. Ronaldo, Robinho y Cassano se apuntaron en ataque, mientras Mista acompañaba a Villa en la zona de vanguardia blanquinegra. Poca cosa, la verdad. Aimar se metió en la zona izquierda y ya desapareció completamente hasta que Quique decidió sustituirlo y llevarse una bronca. Los centrocampistas mareaban el balón buscando esa acción que les diera el triunfo, pero sólo un crack como Ronaldo pudo conseguirlo. Pero enfrente se encontró otro superclase como Cañizares, que evitó que la injusticia triunfara en Mestalla.