Ficha de partido
Valencia CF
2 - 3
Sporting Gijón
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Morán
18'
Neru
38'
Descanso
45'
Fernando MorientesVicente Rodríguez
45'
David Barral
50'
David Barral
55'
David Albelda
58'
Rubén BarajaManuel Fernandes
58'
David Villa (Pen.)
68'
Bilic
70'
Edu GasparDavid Albelda
74'
Rubén Baraja
76'
MatabuenaDavid Barral
77'
Diego Castro
80'
PedroDiego Castro
85'
Kike MateoMorán
88'
Juan MataAsist: Rubén Baraja
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Sporting Gijón
Records vs Sporting Gijón
Máximo goleador: Vicente Seguí (7 goles)
Goleador rival: Quini (13 goles)
Más partidos: Fernando Gómez (25 partidos)
Mayor victoria: 8 - 0 (29.11.1953)
Mayor derrota: 1 - 6 (20.01.1982)
Más repetido: 1-1 (15 veces)
Crónica
El Sporting, muy superior, bloquea tácticamente al Valencia, que suma la segunda derrota seguida en casa. La fiesta preparada para Villa la disfruta el conjunto asturiano.
El Valencia tiene un grave problema en Mestalla, donde los rivales han acertado con la fórmula para desactivar su juego. Así lo han percibido los dos últimos visitantes, Racing y anoche el Sporting, conjuntos de perfil medio que han noqueado al equipo blanquinegro superándole en fútbol y con un grado de ensañamiento goleador preocupante, en una defensa que vuelve a mostrar síntomas de debilidad. El partido lo ganó Manolo Preciado desde la pizarra y el Valencia, maniatado tácticamente, acabó encomendándose a la heroica, recurso poético pero que no camufla las deficiencias colectivas. La fiesta preparada para Villa la disfrutó el Sporting.
El partido llegaba envuelto de una atmósfera festiva y emotiva. El regreso del Sporting, todo un clásico del campeonato, tras una década desterrado en Segunda, el reencuentro de Villa con el equipo de su vida, la presencia carismática de Quini, un Valencia confiado en la posibilidad de acostarse como líder... Muy pronto, sin embargo, el conjunto de Emery comprobaría que el encuentro imaginado no se ajustaría al partido real que impuso Manolo Preciado, técnico visitante, con su sapiencia táctica.
Durante todo el partido el Sporting bloqueó todo atisbo de creación en los locales. Muy bien posicionado, el Valencia no rebasó la agresiva línea de presión sportinguista y se vio forzado a lanzar balonazos largos. El Sporting también se desenvolvió con las ideas muy claras en ataque, interceptando la pelota en campo del Valencia, pivotando sobre Bilic, que distribuía rápido a las internadas de Luis Morán y Castro. En una de esas jugadas el Sporting dio el gran golpe. Una pérdida de pelota y un mal repliegue dejó a Luis Morán solo ante un descolocado Renan, al que batió con facilidad.
El gol en contra no hizo reaccionar al Valencia, al que le siguió costando mucho trenzar un juego fluido. Sólo creó peligro en disparos lejanos de Fernandes y un testarazo aislado de Joaquín. El castigo pudo ser definitivo si Luis Morán, de nuevo protagonista, no llega a estrellar al palo un disparo a bocajarro. Emery buscó más presencia ofensiva con la entrada de Morientes, pero el encuentro siguió siendo el que dictaba el Sporting ante un Valencia igual de espeso y previsible.
A los cinco minutos de la segunda parte el Sporting asestó la estocada definitiva. Barral encaró a su par, se agigantó amagando un regate de bicicleta y sorprendió a Renan, que cometió un grave error al no cubrir el palo corto. Con todo en contra, un lance afortunado hizo creer al Valencia en la remontada. Unos manos inocentes dieron la oportunidad a Villa de materializar de penalti su gol número 100. Quedaban 25 minutos para acometer la remontada. Con Baraja y Edu de ideólogos, con un juego directo el Valencia encerró en su área a un Sporting que vio peligrar el premio a su excelente partido. Empatar habría sido un premio inmerecido, por eso la contra ejecutada por Diego Castro, que dejó en evidencia a la defensa, puso justicia a un marcador a un que Mata puso todavía emoción con su gol en el minuto 90. Los últimos minutos quedaron reservados para la heroica, en los que el Valencia, a pesar de su pobre apuesta, rozó la igualada. Urge reaccionar.
El Valencia tiene un grave problema en Mestalla, donde los rivales han acertado con la fórmula para desactivar su juego. Así lo han percibido los dos últimos visitantes, Racing y anoche el Sporting, conjuntos de perfil medio que han noqueado al equipo blanquinegro superándole en fútbol y con un grado de ensañamiento goleador preocupante, en una defensa que vuelve a mostrar síntomas de debilidad. El partido lo ganó Manolo Preciado desde la pizarra y el Valencia, maniatado tácticamente, acabó encomendándose a la heroica, recurso poético pero que no camufla las deficiencias colectivas. La fiesta preparada para Villa la disfrutó el Sporting.
El partido llegaba envuelto de una atmósfera festiva y emotiva. El regreso del Sporting, todo un clásico del campeonato, tras una década desterrado en Segunda, el reencuentro de Villa con el equipo de su vida, la presencia carismática de Quini, un Valencia confiado en la posibilidad de acostarse como líder... Muy pronto, sin embargo, el conjunto de Emery comprobaría que el encuentro imaginado no se ajustaría al partido real que impuso Manolo Preciado, técnico visitante, con su sapiencia táctica.
Durante todo el partido el Sporting bloqueó todo atisbo de creación en los locales. Muy bien posicionado, el Valencia no rebasó la agresiva línea de presión sportinguista y se vio forzado a lanzar balonazos largos. El Sporting también se desenvolvió con las ideas muy claras en ataque, interceptando la pelota en campo del Valencia, pivotando sobre Bilic, que distribuía rápido a las internadas de Luis Morán y Castro. En una de esas jugadas el Sporting dio el gran golpe. Una pérdida de pelota y un mal repliegue dejó a Luis Morán solo ante un descolocado Renan, al que batió con facilidad.
El gol en contra no hizo reaccionar al Valencia, al que le siguió costando mucho trenzar un juego fluido. Sólo creó peligro en disparos lejanos de Fernandes y un testarazo aislado de Joaquín. El castigo pudo ser definitivo si Luis Morán, de nuevo protagonista, no llega a estrellar al palo un disparo a bocajarro. Emery buscó más presencia ofensiva con la entrada de Morientes, pero el encuentro siguió siendo el que dictaba el Sporting ante un Valencia igual de espeso y previsible.
A los cinco minutos de la segunda parte el Sporting asestó la estocada definitiva. Barral encaró a su par, se agigantó amagando un regate de bicicleta y sorprendió a Renan, que cometió un grave error al no cubrir el palo corto. Con todo en contra, un lance afortunado hizo creer al Valencia en la remontada. Unos manos inocentes dieron la oportunidad a Villa de materializar de penalti su gol número 100. Quedaban 25 minutos para acometer la remontada. Con Baraja y Edu de ideólogos, con un juego directo el Valencia encerró en su área a un Sporting que vio peligrar el premio a su excelente partido. Empatar habría sido un premio inmerecido, por eso la contra ejecutada por Diego Castro, que dejó en evidencia a la defensa, puso justicia a un marcador a un que Mata puso todavía emoción con su gol en el minuto 90. Los últimos minutos quedaron reservados para la heroica, en los que el Valencia, a pesar de su pobre apuesta, rozó la igualada. Urge reaccionar.