Ficha de partido
Real Burgos
1 - 1
Valencia CF
Equipos titulares
10
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Mario KempesAsist: Daniel Solsona
55'
PachínPortugal
61'
Manuel Botubot
70'
Ricardo AriasEufemio Cabral
71'
Navarro
84'
Pachín
86'
Pablo RodríguezDarío Felman
88'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Burgos
Records vs Real Burgos
Máximo goleador: Mario Kempes (5 goles)
Goleador rival: Pachín (3 goles)
Más partidos: Mario Kempes (8 partidos)
Mayor victoria: 5 - 0 (01.11.1992)
Mayor derrota: 1 - 4 (08.05.1977)
Más repetido: 1-1 (4 veces)
Crónica
Media entrada en El Plantío, aproximadamente trece mil espectadores. Excelente temperatura y encuentro ofrecido en directo por televisión. Chino Sánchez campeón europeo de los superligeros, hizo el saque de honor. En el minuto 70 fue amonestado Botubot por golpear sin balón a Navarro y tras consultar el colegiado con el juez de línea. En ese momento cayeron varias botellas al terreno de juego. También en el minuto 84 fue amonestado Navarro, por protestar al árbitro.
Quinto empate. El Burgos sigue abonado a este signo y con este ritmo no va a haber nadie que le apee del reinado. En esta ocasión ha sido un mal menor. Faltaban tres minutos cuando llegó el gol de Pachín. Un respiro importante y también la mano de la justicia, pues el equipo local no merecía salir derrotado esta noche. Había sudado mucho los noventa minutos pra encontrarse con este premio. Cierto que el fútbol no entiende de razonamientos sino de goles. Hoy hubo pocos por uno y otro bando, pues la mayoría de los balones llegaron a los porteros por alto. Quizás en este aspecto el Burgos fue más peligroso, de forma especial en el minuto 61, cuando Manzanedo rechazaba en difícil posición un remate de Pachín, el hombre milagro del Burgos, pues de siempre se ha caracterizado por su olfato goleador en momentos decisivos e importantes. Éste lo era, pues el equipo del Valencia tenía prácticamente metidos en la maleta los dos positivos.
Una bonita jugada, con ayuda en forma de pared por parte de Adorno, y el entusiasmo en los graderíos que se mostraba feliz y satisfecho por el empate tal como se habían desarrollado las cosas. Un mal menor, repetimos. Tampoco el tanto del Valencia fue feo, aunque haya que recriminar la actitud contemplativa de los jugadores locales, sobre todo de Carreño, cuando Solsona se llevó el balón de una banda a otra sin que nadie le obstaculizara. Luego, vino el empine, logró diana en el portal de Gorospe. El goleador argentino consiguió con ello no pasar desapercibido, pues Navajas, en el mejor partido realizado hasta la fecha, le hizo un marcaje impecable teniendo arrestos, además, para empujar en acciones ofensivas a sus compañeros.
Ya lo habíamos presumido, el encuentro iba a tener como protagonista el centro del campo. Y efectivamente allí se desarrolló la lucha con unos marcajes, sin concesiones y casi siempre con ocho hombres. Arsenio se había decidido por el debut de Portugal, mermando la vanguardia, que sólo quedaba con López y Adorno. Repetimos que allí la lucha fue titánica, con derroches ejemplares de energía, donde además no hubo ni vencedores ni vencidos. Hasta el mismo Bonhof, del que habían criticado la falta de coraje, dio ejemplo de batallador, lo mismo que Solsona, un poco suelto en la segunda mitad, lo que le permitiría demostrar la calidad de su fútbol con lanzamientos a Felman y Saura de gran categoría. El Burgos no fue manco tampoco, pues también supo engarzar buen juego y profundizar sobre López y Adorno, sobre todo en el primer periodo, aunque los marcajes de Cervero y Botubot respectivamente, dejaron pocas concesiones.
Esta táctica se rompería en el minuto 55, cuando los valencianistas deshicieron la igualada inicial. Arsenio desistió del fútbol de contención y daba entrada a Pachín en lugar de Portugal. La medida era inevitable y tuvo sus frutos porque el delantero dio ir aire distinto a la vanguardia. Se notaba más alegría y las penetraciones hacia Manzanedo eran de otro signo. Es difícil predecir qué hubiera ocurrido si Pachín hubiera estado desde el comienzo en la alineación. Quizá se hubieran marcado más goles, pero quizá también Gorospe lo hubiera pasado peor, pues era dajar más huecos en el centro del campo. Lo cierto es que hubo tablas y, además, justamente.
Un partido muy bravo, de mucha lucha, sacrificio y con pases de fútbol de calidad sobre todo en los primeros 45 minutos, en que el equilibrio fue la nota dominante. No se creó mucho fútbol ofensivo pero sí ingenioso y elegante en la zona ancha donde se pensó en crear y no en destruir.
Quinto empate. El Burgos sigue abonado a este signo y con este ritmo no va a haber nadie que le apee del reinado. En esta ocasión ha sido un mal menor. Faltaban tres minutos cuando llegó el gol de Pachín. Un respiro importante y también la mano de la justicia, pues el equipo local no merecía salir derrotado esta noche. Había sudado mucho los noventa minutos pra encontrarse con este premio. Cierto que el fútbol no entiende de razonamientos sino de goles. Hoy hubo pocos por uno y otro bando, pues la mayoría de los balones llegaron a los porteros por alto. Quizás en este aspecto el Burgos fue más peligroso, de forma especial en el minuto 61, cuando Manzanedo rechazaba en difícil posición un remate de Pachín, el hombre milagro del Burgos, pues de siempre se ha caracterizado por su olfato goleador en momentos decisivos e importantes. Éste lo era, pues el equipo del Valencia tenía prácticamente metidos en la maleta los dos positivos.
Una bonita jugada, con ayuda en forma de pared por parte de Adorno, y el entusiasmo en los graderíos que se mostraba feliz y satisfecho por el empate tal como se habían desarrollado las cosas. Un mal menor, repetimos. Tampoco el tanto del Valencia fue feo, aunque haya que recriminar la actitud contemplativa de los jugadores locales, sobre todo de Carreño, cuando Solsona se llevó el balón de una banda a otra sin que nadie le obstaculizara. Luego, vino el empine, logró diana en el portal de Gorospe. El goleador argentino consiguió con ello no pasar desapercibido, pues Navajas, en el mejor partido realizado hasta la fecha, le hizo un marcaje impecable teniendo arrestos, además, para empujar en acciones ofensivas a sus compañeros.
Ya lo habíamos presumido, el encuentro iba a tener como protagonista el centro del campo. Y efectivamente allí se desarrolló la lucha con unos marcajes, sin concesiones y casi siempre con ocho hombres. Arsenio se había decidido por el debut de Portugal, mermando la vanguardia, que sólo quedaba con López y Adorno. Repetimos que allí la lucha fue titánica, con derroches ejemplares de energía, donde además no hubo ni vencedores ni vencidos. Hasta el mismo Bonhof, del que habían criticado la falta de coraje, dio ejemplo de batallador, lo mismo que Solsona, un poco suelto en la segunda mitad, lo que le permitiría demostrar la calidad de su fútbol con lanzamientos a Felman y Saura de gran categoría. El Burgos no fue manco tampoco, pues también supo engarzar buen juego y profundizar sobre López y Adorno, sobre todo en el primer periodo, aunque los marcajes de Cervero y Botubot respectivamente, dejaron pocas concesiones.
Esta táctica se rompería en el minuto 55, cuando los valencianistas deshicieron la igualada inicial. Arsenio desistió del fútbol de contención y daba entrada a Pachín en lugar de Portugal. La medida era inevitable y tuvo sus frutos porque el delantero dio ir aire distinto a la vanguardia. Se notaba más alegría y las penetraciones hacia Manzanedo eran de otro signo. Es difícil predecir qué hubiera ocurrido si Pachín hubiera estado desde el comienzo en la alineación. Quizá se hubieran marcado más goles, pero quizá también Gorospe lo hubiera pasado peor, pues era dajar más huecos en el centro del campo. Lo cierto es que hubo tablas y, además, justamente.
Un partido muy bravo, de mucha lucha, sacrificio y con pases de fútbol de calidad sobre todo en los primeros 45 minutos, en que el equilibrio fue la nota dominante. No se creó mucho fútbol ofensivo pero sí ingenioso y elegante en la zona ancha donde se pensó en crear y no en destruir.