Ficha de partido: 12.02.1975: Rayo Vallecano 3 - 4 Valencia CF

Ficha de partido

Rayo Vallecano
Rayo Vallecano
3 - 4
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Sergio ManzaneraAsist: Rafael Barrero
12'
Pep Claramunt (Pen.)
27'
Antonio
30'
AguilarSalamanca
45'
Descanso
45'
Sergio ManzaneraAsist: Jesús Martínez
50'
Potele
53'
Gitano GonzálezRafael Barrero
63'
Gitano GonzálezAsist: Sergio Manzanera
75'
LunaPotele
81'
Gallego
83'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Vallehermoso
Aforo: 12.000 espectadores
Ubicación: Madrid (Madrid) 
Inauguración: 1957

Rival: Rayo Vallecano

Records vs Rayo Vallecano

Máximo goleador: Jonas Gonçalves (4 goles)
Goleador rival: Ninguno
Mayor victoria: 7 - 0 (08.04.1978)
Mayor derrota: 0 - 3 (11.12.1977)
Más repetido: 1-0 (7 veces)

Crónica

Ha sido una pena que la defensa del Rayo, que también le tiene cogido el aire a la táctica del fuera de juego, fallase hoy con estrépito, hasta el punto de facilítar tres de los cuatro goles del Valencia y cubrir de desconsuelo la noche de Aramayo, el meta local, forzando continuamente a desesperadas salidas hasta más de 10 metros fuera de su área. Y digo que ha sido una pena porque de media para adelante el Rayo ha funcionado, hasta 20 minutos antes del final, cuando el cansancio empezó a pesar, mejor que nunca esta temporada. Ha desbordado a la defensa valencianista las suficientes veces como para justificar esos tres goles que hizo subir al marcador, y aún debió obtener más premio su juego de ataque.

Y el caso es que las cosas se le pusieron muy pronto mal al Rayo. Tan mal como para desanimar a cualquiera. Salieron los madrileños con un fútbol rápido, dotado de excelente movilidad y con un gran sentido de la penetración en el área, Potele, muy hábil e inteligente, era el centro de la mayoría de las acciones de ataque locales, y estaba muy bien apoyado por sus compañeros. Pronto comenzaron los apuros para Balaguer. En el minuto 10 se había producido un tiro al poste, un par de ocasiones muy claras y un balón que a portero batido, alguien sacó de debajo de los palos. Era lo bastante como para que el hincha local se las prometiera muy felices. Pero en el minuto 12 la defensa rayista falló por primera vez, dando lugar a que Sergio abriese el marcador en la puerta contraria, aquella en la que tanto se estaba mascando al gol. Un cuarto de hora de presión ráyista y en otro contraataque del Valencia Cerveró era claramente derribado en el área de Aremayo, Claramunt aprovechó el penalty y puso a su equipo más arriba en el marcador.

Fue ahí donde el Rayo encontró la ocasión para dar su mejor medida, porque, lejos de ser invadido por el desánimo, redobló sus esfuerzos e incluso afinó aún más su juego ofensivo, hasta hacer un fútbol de envidiable calidad. Antonio, en una de las cargas rayistas, anotaba el primer gol de los propietarios del terreno, muy corto premio al primer tiempo de magnífico juego.

El descansó no significó nada en cuanto a cambio en el juego de los equipos. El Rayo siguió fuerte, e inspirado en el ataque, y flojo en la parte de atrás. Los ataques continuos del Rayo, cuajados de peligro, se alternaban con terribles sustos para Aramayo, siempre dejado al descubierto por su defensa, cazada en su propia trampa del fuera de juego. Sergio alcanzó el tercer gol en una de esas jugadas, Potele replicó acortando distancias en un golpe franco. Poco a poco la fuerza del Rayo fue decreciendo, mientras que el ritmo del Vaencia era siempre el mismo y le valía para hacerse, con un nuevo go1, otra vez por un error de la defensa local. Por último, Gallego, acaso el más culpable en los fallos de marcaje en la defensa rayista, paliaba algo su mala actuación, anotándose un bonito tanto de cabéza.

Hubo bronca continua para el árbitro, inmerecida a mi mdo de ver. Tuvo la desgracia de que el linier del ataque valencianista levantase siempre la bandera, en muchos casos sin razón. Franco Martínez, al no atender a las indicaciones de este ignorante, se ganó las antipatias del público, que descargó su rabia sobre él.