Ficha de partido
Real Zaragoza
0 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Real Zaragoza
Records vs Real Zaragoza
Máximo goleador: Manuel Badenes (9 goles)
Goleador rival: Duca (6 goles)
Más partidos: Fernando Gómez (25 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (14.02.1943)
Mayor derrota: 1 - 6 (19.04.1959)
Más repetido: 1-0 (13 veces)
Crónica
Se presentaba en Torrero a un Valencia distinto del que conociamos, no se olvide que el Zaragoza es nuevo en Primera División, y del que apenas quedaba otra figura que la del veterano Puchades, incluso un bisoño, el medio Doménech, hacia sus primeras armas en este primer partido. Por lo visto, Miró pensó que la experiencia podría llevarse a cabo en Torrero sin mucho peligro y acertó. Pero hemos de confesar en seguida, que le ayudó en su acierto la pobre actuación zaragozana muy distinta en este encuentro, de la que ofreció a sus seguidores el día de su victoria frente al Barcelona, que habrá que reconocerse como excepcional.
El partido con el Valencia decepcionó, decepcionó a todos. Desde luego los levantinos no saltaron al campo nada confiados. Todo lo contrario. Por lo visto, los últimos resultados del equipo de Torrero, los habíam valorado con exceso, y no quisieron arriesgarse a ser víctimas de la codicia zaragocista. Preferían, por lo visto, llevarse a Valencia un punto que arriesgar los dos. Sin embargo, no por eso se ha de decir que el Valencia actuara desde el primer momento en plan defensivo, ni mucho menos; sino que se amoldó a las alternativas de la lucha hasta los últimos minutos, cuando, mantenido el empate, arrojó por la borda todas las posibilidades de victoria para asegurar aquel resultado y con él, un punt opositivo que colmaba sus aspiraciones, seguramente. Pero el partido no fue bonito. Se jugó con entusiasmo, se jugó con velocidad y genio, pero sin clase, salvo en algunos buenos destellos de Padrón y Macario, en unas arrancadas de Areta, por parte del Valencia, y algunos servicios de Moreno y Manolin y los centros de Valdés, aparte de la labor de Alustiza, por el Zaragoza.
Lo demás fué un peloteo sin ton ni son. Muchas veces con un afán destructivo más que con sentido de la jugada. Digamos, en seguida, como disculpa, que la tarde, típicamente zaragozana, con un enorme viento y que el estado del campo, excesivamente duro, no eran, ni mucho menos, circunstancias favorables a un juego de calidad, sino que muchas veces las ráfagas del viento, desviaban los balones y los ponían en los pies de los contrarios. Era muy dificil el control de la pelota, y así, a duras penas, podia sistematizarse el juego.
En resumidas cuentas, que el reparto de puntos de Torrero puede considerarse justo porque aparte de todas las circunstancias que ya hemos señalado, las dos delanteras se mostraron cleramente inexistentes en el tiro a gol, que apenas se produjeron, porque además, si hubo alguna línea segura y completa fueron las dos defensas. En efecto, tanto los valencianos, corno los zaragozanos, tuvieron en la decisión de sus defensas, la expresión más acusada de su juego. La contundencia de Quincoces, Sendra y Mestre, alejó todo peligro, salvo alguna jugada de Valdés, que desbordó a Quincoces, en más de una ocasión. La firmeza y seguridad de Alustiza, el nervio de Bernat y la rapidez de Torres, aunque éste flojeara un poco, también deshizo, en última instancia, alguna profunda arrancada levantina. Y, así, Goyo sólo se empleó eficazmente en dos o tres balones bombeados, que despejó a córner. Y Yarza en una única ocasión, que le ganó la acción a Areta blocando un balón que se le escapaba.
Todo lo demás del encuentro fue un ir y venir codicioso, rápido y algunas veces con enlace y preciosos pases, pero en general sin posible control y permitiendo a los atacantes que se anticiparan a los defensores. En el primer tiempo dominó el zaragoza, a favor del viento, mal aprovechando, porque la delantera local jugó más, sin ninguna ligazón, especialmente el ala derecha Paredes-Domingo. En el segundo tiempo un cuarto de hora de presión valenciana a favor del viento, para luego iniciar un repliegue con sólo dos hombres en espera de la arrancada. En general un partido aburrido y un resultado justo, y una tarde desapacible que impidió que el partido fuera mejor. Un arbitraje discreto de Novella, sin complicaciones.
El partido con el Valencia decepcionó, decepcionó a todos. Desde luego los levantinos no saltaron al campo nada confiados. Todo lo contrario. Por lo visto, los últimos resultados del equipo de Torrero, los habíam valorado con exceso, y no quisieron arriesgarse a ser víctimas de la codicia zaragocista. Preferían, por lo visto, llevarse a Valencia un punto que arriesgar los dos. Sin embargo, no por eso se ha de decir que el Valencia actuara desde el primer momento en plan defensivo, ni mucho menos; sino que se amoldó a las alternativas de la lucha hasta los últimos minutos, cuando, mantenido el empate, arrojó por la borda todas las posibilidades de victoria para asegurar aquel resultado y con él, un punt opositivo que colmaba sus aspiraciones, seguramente. Pero el partido no fue bonito. Se jugó con entusiasmo, se jugó con velocidad y genio, pero sin clase, salvo en algunos buenos destellos de Padrón y Macario, en unas arrancadas de Areta, por parte del Valencia, y algunos servicios de Moreno y Manolin y los centros de Valdés, aparte de la labor de Alustiza, por el Zaragoza.
Lo demás fué un peloteo sin ton ni son. Muchas veces con un afán destructivo más que con sentido de la jugada. Digamos, en seguida, como disculpa, que la tarde, típicamente zaragozana, con un enorme viento y que el estado del campo, excesivamente duro, no eran, ni mucho menos, circunstancias favorables a un juego de calidad, sino que muchas veces las ráfagas del viento, desviaban los balones y los ponían en los pies de los contrarios. Era muy dificil el control de la pelota, y así, a duras penas, podia sistematizarse el juego.
En resumidas cuentas, que el reparto de puntos de Torrero puede considerarse justo porque aparte de todas las circunstancias que ya hemos señalado, las dos delanteras se mostraron cleramente inexistentes en el tiro a gol, que apenas se produjeron, porque además, si hubo alguna línea segura y completa fueron las dos defensas. En efecto, tanto los valencianos, corno los zaragozanos, tuvieron en la decisión de sus defensas, la expresión más acusada de su juego. La contundencia de Quincoces, Sendra y Mestre, alejó todo peligro, salvo alguna jugada de Valdés, que desbordó a Quincoces, en más de una ocasión. La firmeza y seguridad de Alustiza, el nervio de Bernat y la rapidez de Torres, aunque éste flojeara un poco, también deshizo, en última instancia, alguna profunda arrancada levantina. Y, así, Goyo sólo se empleó eficazmente en dos o tres balones bombeados, que despejó a córner. Y Yarza en una única ocasión, que le ganó la acción a Areta blocando un balón que se le escapaba.
Todo lo demás del encuentro fue un ir y venir codicioso, rápido y algunas veces con enlace y preciosos pases, pero en general sin posible control y permitiendo a los atacantes que se anticiparan a los defensores. En el primer tiempo dominó el zaragoza, a favor del viento, mal aprovechando, porque la delantera local jugó más, sin ninguna ligazón, especialmente el ala derecha Paredes-Domingo. En el segundo tiempo un cuarto de hora de presión valenciana a favor del viento, para luego iniciar un repliegue con sólo dos hombres en espera de la arrancada. En general un partido aburrido y un resultado justo, y una tarde desapacible que impidió que el partido fuera mejor. Un arbitraje discreto de Novella, sin complicaciones.