Ficha de partido
Valencia CF
5 - 3
Cádiz CF
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
David VillaAsist: Rubén Baraja
2'
Enrique
12'
Emiliano Moretti
31'
Miguel Ángel AnguloAsist: Pablo Aimar
33'
David NavarroAsist: Miguel Ángel Angulo
35'
Raúl López
35'
Descanso
45'
Miguel Ángel AnguloAsist: Rubén Baraja
57'
Jonathan Sesma
64'
David VillaAsist: Mario Regueiro
65'
Edu GasparRubén Baraja
65'
Jorge LópezMiguel Ángel Angulo
70'
SuárezMorán
70'
VellaValera
70'
Bezares
76'
OliLobos
77'
Jonathan Sesma
78'
Fleurquín
86'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Cádiz CF
Records vs Cádiz CF
Máximo goleador: Roberto Fernández (5 goles)
Goleador rival: Mágico González (5 goles)
Más partidos: Voro González (13 partidos)
Mayor victoria: 6 - 0 (06.05.1967)
Mayor derrota: 0 - 2 (08.12.1991)
Más repetido: 0-0 (5 veces)
Crónica
El Valencia se reencontró con la victoria, además de con su afición, y lo hizo a lo grande. Con una goleada ante un Cádiz que se lo puso muy facilito. El equipo de Quique rompió una dinámica negativa, y dio un paso hacia adelante en su camino hacia la próxima Liga de Campeones, después de culminar un partido redondo. De esos que sirven para el lucimiento colectivo y personal. Con muchísimos goles. De esos que tanto gustan a los aficionados. Todo ello sin la anunciada revolución ofensiva del técnico. No se sabe que grado de influencia tuvo la Solerina, eso de que se iba a mirar a los futbolistas con lupa, pero lo cierto es que ayer los futbolistas del Valencia hablaron en el campo. Y su discurso fue fluido.
El mejor antídoto contra las urgencias deportivas que, antes del partido, e atravesaba el equipo fue un gol tempranero. El tanto de Villa, cuando el partido no se había desperezado, permitía afrontar el encuentro sin nervios ni presión. Pero, inversamente proporcional en lo negativo era que el Cádiz no tardara en empatar. Como así sucedió cuando Enrique, diez escasos minutos después igualó el encuentro. Borrón y cuenta nueva. Porque el partido volvía a comenzar. Sin embargo, y pese a que tras el empate del Cádiz podía pasar lo peor, lo cierto es que las sensaciones que trasmitía el Valencia eran buenas. Aunque el rival se metía atrás y presionaba, el talante del equipo de Quique invitaba al optimismo. Porque se llegaba al área contraria con muchos efectivos, y se hacía con la velocidad adecuada.Sin precipitaciones. El gol en contra, en un error a balón parado, sólo fue un pequeño borrón defensivo. En lo ofensivo, el Valencia jugaba con criterio, dominaba y se aproximaba hasta la portería de Limia, y sólo faltaba aprovechar la ocasión para volver a ponerse por delante en el marcador. Mediado el primer tiempo, pese a que se escuchaba algún ligero pitido en la grada, el equipo todavía disfrutaba de la confianza de su parroquia.
Es en momentos como estos cuando debe surgir la calidad individual para desequilibrar un partido. Ante rivales que se meten atrás con todo tiene que aparecer la inspiración de un futbolista como Aimar, por ejemplo, quien con un toque sutil es capaz de romper todo un entramado defensivo y darle un gol casi hecho a su compañero Angulo. Segundo tanto. Y para que nada faltara, el Valencia fue capaz de aprovechar una acción de estrategia, al saque de una falta, para que David Navarro marcara el tercer tanto.
Con el 3-1 en el electrónico de Mestalla, el Valencia tenía un partido para disfrutar. Para el lucimiento del equipo y el reencuentro con la afición. Porque, pese a que no bajaba los brazos, el Cádiz estaba demasiado blandito. Para hincarle el diente. Un par de destellos de algún futbolista como Enrique, Sesma o Lobos, pero muy pequeños. El Valencia no le hizo ascos a la posibilidad de darle una satisfacción a su hinchada, y más después de seis encuentros de sufrimiento, y lo hizo en forma de goles. Angulo hizo el cuarto al aprovecharse de otra jugada colectiva. El quinto, con permiso de Sesma que acortó distancias, lo marcó Villa. Para que nada faltara en una tarde tan redonda como los cinco goles del Valencia, llegó el esperado debut de Edu en la Liga. El brasileño, ante el delirio de la grada, saltó al campo con veinticinco minutos por delante para comenzar a ponerse a tono de cara a un final de temporada en el que su concurso se antoja necesario.
Minutos ante de la rúbrica del partido, llegó el tanto de Sesma. Un perfecto lanzamiento de falta, de ejecución precisa, que hizo subir el 5-3 al marcador. Un resultado de los de antaño. Y aunque el Cádiz tuvo un par de contragolpes para ponerse a un gol del Valencia, el resultado nunca corrió peligro. El equipo de Quique estaba muy tranquilo, asentado en el campo, y también llegaba a la portería rival. En los últimos minutos, el Valencia acusó el desgaste por el esfuerzo realizado, pero nada podía privar a los futbolistas de una ansiada victoria en el campeonato ni a Mestalla de un triunfo por goleada del que hacía mucho tiempo que no se disfrutaba.
El mejor antídoto contra las urgencias deportivas que, antes del partido, e atravesaba el equipo fue un gol tempranero. El tanto de Villa, cuando el partido no se había desperezado, permitía afrontar el encuentro sin nervios ni presión. Pero, inversamente proporcional en lo negativo era que el Cádiz no tardara en empatar. Como así sucedió cuando Enrique, diez escasos minutos después igualó el encuentro. Borrón y cuenta nueva. Porque el partido volvía a comenzar. Sin embargo, y pese a que tras el empate del Cádiz podía pasar lo peor, lo cierto es que las sensaciones que trasmitía el Valencia eran buenas. Aunque el rival se metía atrás y presionaba, el talante del equipo de Quique invitaba al optimismo. Porque se llegaba al área contraria con muchos efectivos, y se hacía con la velocidad adecuada.Sin precipitaciones. El gol en contra, en un error a balón parado, sólo fue un pequeño borrón defensivo. En lo ofensivo, el Valencia jugaba con criterio, dominaba y se aproximaba hasta la portería de Limia, y sólo faltaba aprovechar la ocasión para volver a ponerse por delante en el marcador. Mediado el primer tiempo, pese a que se escuchaba algún ligero pitido en la grada, el equipo todavía disfrutaba de la confianza de su parroquia.
Es en momentos como estos cuando debe surgir la calidad individual para desequilibrar un partido. Ante rivales que se meten atrás con todo tiene que aparecer la inspiración de un futbolista como Aimar, por ejemplo, quien con un toque sutil es capaz de romper todo un entramado defensivo y darle un gol casi hecho a su compañero Angulo. Segundo tanto. Y para que nada faltara, el Valencia fue capaz de aprovechar una acción de estrategia, al saque de una falta, para que David Navarro marcara el tercer tanto.
Con el 3-1 en el electrónico de Mestalla, el Valencia tenía un partido para disfrutar. Para el lucimiento del equipo y el reencuentro con la afición. Porque, pese a que no bajaba los brazos, el Cádiz estaba demasiado blandito. Para hincarle el diente. Un par de destellos de algún futbolista como Enrique, Sesma o Lobos, pero muy pequeños. El Valencia no le hizo ascos a la posibilidad de darle una satisfacción a su hinchada, y más después de seis encuentros de sufrimiento, y lo hizo en forma de goles. Angulo hizo el cuarto al aprovecharse de otra jugada colectiva. El quinto, con permiso de Sesma que acortó distancias, lo marcó Villa. Para que nada faltara en una tarde tan redonda como los cinco goles del Valencia, llegó el esperado debut de Edu en la Liga. El brasileño, ante el delirio de la grada, saltó al campo con veinticinco minutos por delante para comenzar a ponerse a tono de cara a un final de temporada en el que su concurso se antoja necesario.
Minutos ante de la rúbrica del partido, llegó el tanto de Sesma. Un perfecto lanzamiento de falta, de ejecución precisa, que hizo subir el 5-3 al marcador. Un resultado de los de antaño. Y aunque el Cádiz tuvo un par de contragolpes para ponerse a un gol del Valencia, el resultado nunca corrió peligro. El equipo de Quique estaba muy tranquilo, asentado en el campo, y también llegaba a la portería rival. En los últimos minutos, el Valencia acusó el desgaste por el esfuerzo realizado, pero nada podía privar a los futbolistas de una ansiada victoria en el campeonato ni a Mestalla de un triunfo por goleada del que hacía mucho tiempo que no se disfrutaba.