Ficha de partido
Valencia CF
3 - 1
At. Madrid
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Raúl García
33'
David Villa (Pen.)
34'
David SilvaAsist: Miguel Brito
39'
Rubén Baraja
44'
Descanso
45'
Forlán (Pen.)
45'
Sinama PongolleLuis García
64'
Manuel FernandesRubén Baraja
67'
David SilvaAsist: Joaquín Sánchez
69'
David Albelda
73'
Perea
75'
Heitinga
78'
Vicente RodríguezJuan Mata
82'
Edu GasparDavid Silva
84'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: At. Madrid
Records vs At. Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (16 goles)
Goleador rival: Luis Aragonés (12 goles)
Más partidos: Manolo Mestre (32 partidos)
Mayor victoria: 9 - 1 (13.09.1936)
Mayor derrota: 0 - 5 (10.11.1985)
Más repetido: 1-1 (22 veces)
Crónica
Liderado por el talento, la elegancia y la ambición de David Jiménez Silva, el Valencia derrotó anoche con facilidad a un Atlético de Madrid indolente y se apuntó un triunfo importantísimo con el que sale reforzado en la clasificación ante un rival directo en la lucha por las plazas de Liga de Campeones. Por las botas del mediapunta grancanario pasó todo el juego de ataque de un gran Valencia y, además, regaló a la grada dos goles de muy bella factura. El valor del triunfo de anoche puede verse aumentado en la jornada de hoy, en la que se enfrentan Real Madrid y Villarreal, dos inmediatos seguidores de los blanquinegros.
El Valencia se sobrepuso al desangelado ambiente de la velada: poca gente, frío, lluvia... y se erigió en protagonista desde el inicio del encuentro. La superioridad quedaba reflejada en los primeros cinco minutos, en los que el equipo de Emery anotó dos goles, anulados de manera muy rigurosa por Rodríguez Santiago. En el primer tanto, Villa desequilibró a su marcador con un leve empujón. En el segundo, Silva estaba una cabeza más adelantado que el último defensa colchonero.
Los blanquinegros agradecieron la clarividencia de ideas de Silva, que regresó al once titular por primera vez desde que se recuperara de la larga lesión de principios de temporada. El grancanario, con libertad de movimientos, intervino y lideró todas las acciones de ataque locales. La entrada de Silva retocó el dibujo táctico valencianista. Emery renunció al triple pivote, no sacó a Fernandes de inicio, y confió en el cuarteto atacante formado por Silva, Mata, Joaquín y Villa, con Albelda y Baraja guardándoles las espaldas.
Enfrente, el Atlético de Madrid decepcionó y se mostró muy apático. Es un conjunto poblado de excelentes individualidades, pero irregular en defensa, desprovisto de disciplina colectiva, y anoche también de ambición, cuando no dispone de dos futbolistas como Maniche y Maxi, que le dotan de carácter y equilibrio, y a quienes Aguirre reservó para tenerlos frescos en la Copa del Rey ante el Barcelona. Sin ellos, Forlán y Kun Agüero, delanteros de primer nivel mundial, están completamente desactivados. Es el mal incurable del Atlético en los últimos años: una plantilla repleta de quilates sin competitividad.
El equipo madrileño atacó en los impulsos individuales de su dupla atacante y de Simao, que le buscó las cosquillas por la izquierda a su compatriota Miguel.
La balanza se desniveló del lado local a la media hora con un inexistente penalti cometido sobre Baraja, que Villa ejecutó con su solvencia habitual. El colegiado Rodríguez Santiago compensaba así su error de minutos antes, cuando Villa fue claramente derribado por dos centrales rojiblancos. En su conciencia tal vez pesaban como otros agravantes los dos tantos anulados en los primeros compases.
El Valencia, siempre bajo la batuta de Silva y con una autopista libre de peaje por la banda derecha, aumentó su dominio. Por ese flanco vino el segundo tanto. Miguel, anoche muy activo en ataque, robó la pelota y cedió a Silva, completamente solo ante la indolencia visitante en las marcas defensivas. El mago de Arguineguín se coló dentro del área y sorprendió a Leo Franco rematando de puntera.
Con el 2-0 a favor, y con un contrincante que no mostraba señal alguna de belicosidad, la hinchada, que se prestaba a gozar de una noche plácida, participó de la fiesta. Pero en el último minuto de la primera mitad, en la frontera psicológica de los partidos, llegó el ingenuo penalti, sin balón de por medio, de Baraja sobre el Kun Agüero. Renan adivinó las intenciones de Forlán, pero no fue suficiente para evitar el 2-1 que, con toda la segunda parte por delante, dibujaba un nuevo partido.
Tras la reanudación el Valencia retrocedió yardas ante el empuje del Atlético, que aumentó su presencia ofensiva con la entrada de Sinama Pongolle. Simao exigió a Renan una parada felina pero de nuevo Silva, quién si no, marcaría diferencias y aniquilaría todo atisbo de inquietud. Se buscó un espacio en la frontal del área y de un gran zurdazo limpió la escuadra de Leo Franco. Golazo y tres puntos de oro. Emery premió su partidazo retirándole minutos antes del final para que recibiera la merecida y atronadora ovación de Mestalla. «Siiiilva, Siiiiilva».
El Valencia se sobrepuso al desangelado ambiente de la velada: poca gente, frío, lluvia... y se erigió en protagonista desde el inicio del encuentro. La superioridad quedaba reflejada en los primeros cinco minutos, en los que el equipo de Emery anotó dos goles, anulados de manera muy rigurosa por Rodríguez Santiago. En el primer tanto, Villa desequilibró a su marcador con un leve empujón. En el segundo, Silva estaba una cabeza más adelantado que el último defensa colchonero.
Los blanquinegros agradecieron la clarividencia de ideas de Silva, que regresó al once titular por primera vez desde que se recuperara de la larga lesión de principios de temporada. El grancanario, con libertad de movimientos, intervino y lideró todas las acciones de ataque locales. La entrada de Silva retocó el dibujo táctico valencianista. Emery renunció al triple pivote, no sacó a Fernandes de inicio, y confió en el cuarteto atacante formado por Silva, Mata, Joaquín y Villa, con Albelda y Baraja guardándoles las espaldas.
Enfrente, el Atlético de Madrid decepcionó y se mostró muy apático. Es un conjunto poblado de excelentes individualidades, pero irregular en defensa, desprovisto de disciplina colectiva, y anoche también de ambición, cuando no dispone de dos futbolistas como Maniche y Maxi, que le dotan de carácter y equilibrio, y a quienes Aguirre reservó para tenerlos frescos en la Copa del Rey ante el Barcelona. Sin ellos, Forlán y Kun Agüero, delanteros de primer nivel mundial, están completamente desactivados. Es el mal incurable del Atlético en los últimos años: una plantilla repleta de quilates sin competitividad.
El equipo madrileño atacó en los impulsos individuales de su dupla atacante y de Simao, que le buscó las cosquillas por la izquierda a su compatriota Miguel.
La balanza se desniveló del lado local a la media hora con un inexistente penalti cometido sobre Baraja, que Villa ejecutó con su solvencia habitual. El colegiado Rodríguez Santiago compensaba así su error de minutos antes, cuando Villa fue claramente derribado por dos centrales rojiblancos. En su conciencia tal vez pesaban como otros agravantes los dos tantos anulados en los primeros compases.
El Valencia, siempre bajo la batuta de Silva y con una autopista libre de peaje por la banda derecha, aumentó su dominio. Por ese flanco vino el segundo tanto. Miguel, anoche muy activo en ataque, robó la pelota y cedió a Silva, completamente solo ante la indolencia visitante en las marcas defensivas. El mago de Arguineguín se coló dentro del área y sorprendió a Leo Franco rematando de puntera.
Con el 2-0 a favor, y con un contrincante que no mostraba señal alguna de belicosidad, la hinchada, que se prestaba a gozar de una noche plácida, participó de la fiesta. Pero en el último minuto de la primera mitad, en la frontera psicológica de los partidos, llegó el ingenuo penalti, sin balón de por medio, de Baraja sobre el Kun Agüero. Renan adivinó las intenciones de Forlán, pero no fue suficiente para evitar el 2-1 que, con toda la segunda parte por delante, dibujaba un nuevo partido.
Tras la reanudación el Valencia retrocedió yardas ante el empuje del Atlético, que aumentó su presencia ofensiva con la entrada de Sinama Pongolle. Simao exigió a Renan una parada felina pero de nuevo Silva, quién si no, marcaría diferencias y aniquilaría todo atisbo de inquietud. Se buscó un espacio en la frontal del área y de un gran zurdazo limpió la escuadra de Leo Franco. Golazo y tres puntos de oro. Emery premió su partidazo retirándole minutos antes del final para que recibiera la merecida y atronadora ovación de Mestalla. «Siiiilva, Siiiiilva».