Ficha de partido: 19.05.2004: Olympique de Marsella 0 - 2 Valencia CF

Ficha de partido

Olym. Marsella
Olym. Marsella
0 - 2
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Marlet
10'
Vicente Rodríguez
27'
Amedeo Carboni
34'
Barthez
44'
Vicente Rodríguez (Pen.)
44'
Descanso
45'
GavanonMeriem
46'
Miguel Ángel MistaAsist: Vicente Rodríguez
57'
Drogba
60'
Pablo AimarFrancisco Rufete
63'
BatllesFlamini
71'
Momo SissokoMiguel Ángel Angulo
82'
CelestiniN'Diaye
83'
Mauricio PellegrinoCarlos Marchena
85'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Nya Ullevi
Aforo: 43.000 espectadores
Ubicación: Göteborg (Västra Götaland) 
Inauguración: 29/05/1958

Rival: Olym. Marsella

Records vs Olym. Marsella

Máximo goleador: Salif Keita (1 goles)
Goleador rival: Ben Arfa (1 goles)
Mayor victoria: 2 - 0 (19.05.2004)
Mayor derrota: 0 - 1 (01.08.2010)
Más repetido: 2-0 (2 veces)

Crónica

Y ahora, la UEFA. Los goles de Vicente y de Mista llevan al Valencia a escribir en Suecia una de sus páginas más brillantes de su historia. Porque consiguen su primera UEFA, se convierten en el único equipo en tener las dos versiones (Copa de Ferias y de la UEFA) y todo tras haber ganado la Liga. Doblete sin paliativos. Y todo ello siendo dueño y señor de un partido que sentenciaron cuando y cómo quisieron. Eran los favoritos, contaban con todas sus estrellas disponibles y se enfrentaban a un rival teóricamente inferior. Todo estaba a su favor. Sin embargo, el Valencia tardó, en exceso, en centrarse en la final. Pero cuando se centraron, fueron contundentes. Demostraron la abismal diferencia entre un equipo y otro. No hubo color.

El inicio no fue nada prometedor, pese a que Albeada probó las facultades de Barthez a las primeras de cambio. A partir de ahí fue un querer y no poder. Los de Benítez adolecían de ideas ante un Marsella bien asentado y sabiendo lo que debían hacer en cada momento. Defender bien las bandas (sólo Bufete era capaz de desbordar), tapar tanto a Albelda como, sobre todo a Baraja, en la salida del balón y, en ataque, buscar la velocidad de su estrella Drogba. Los ché se atascaban una y otra vez. Pese a este tímido dominio marsellés, no se pasaron grandes agobios defensivos. Los remates casi consecutivos de Marlet, Meriem y Beye fueron meramente testimoniales.

A medida que transcurrían los minutos, el Valencia comenzaba a sentirse realmente incómodo sobre el campo, aunque nunca perdió la compostura. La primera parte tocaba a su fin cuando un balón colgado por Curro Torres desde la derecha lo controló Mixta en el área siendo derribado por Barthez al verse claramente superado. Collina no lo dudó. Penalti y expulsión. Vicente, con una aplastante tranquilidad, transformaba la pena máxima y adelantaba al Valencia. Con este gol psicológico culminaba una primera parte de juego gris. Prometedores se presentaban los siguientes cuarenta y cinco minutos. El típico juego de una final debía evolucionar. Cambiar. El Marsella, con un jugador menos, debería demostrar algo más ofensivamente; el Valencia, impulsado por el gol, debía imponer su particular estilo de juego que tantos éxitos les proporciona en los últimos tiempos y despojarse de todas sus ataduras que le habían maniatado en la primera parte.

Así sucedió. No hizo falta esperar muchos minutos para comprobar, que el ritmo del encuentro cambió radicalmente. Y para bien. El Valencia empezó a sentirse como pez en el agua. Contó con más espacios, buscó de manera incesante las bandas (apareció un gran Vicente), movió el balón con más rapidez y la solidez defensiva también acompañaba. Los ché se reencontraban con su estilo. La máquina estaba perfectamente engrasada. Vicente dio los dos primeros avisos y al tercero, Mixta se erigió en el matador, en ese nueve que debe tener cualquier equipo campeón. Perfecto contragolpe conducido por Vicente que centró a un desmarcado Mixta para que el murciano batiera de tiro cruzado a Gavanon. Dos a cero y la meta más cercana. Con, prácticamente, el título en el bolsillo, el Valencia decidió disfrutar de una final. La saboreó Hizo disfrutar a su afición demostrando que es un bloque muy sólido con capacidad para ganar. En la portería, Cañizares desbarató la mejor y única ocasión de Drogba; en defensa no se dio ni una concesión a los rivales; en la medular se gestaban las ideas y en ataque se sentenciaba. Todo un engranaje que funcionó a todo ritmo en una segunda parte perfecta. El resultado final, el deseado. Levantar un nuevo título europeo después de veinticuatro años y estar viviendo una etapa histórica.