Inicio del partido

0'

Pedja Mijatovic

10'

Armando

27'

Fernando Giner

29'

Jokanovic

30'

Fernando Giner

31'

Descanso

45'

Roberto FernándezAntonio Poyatos

45'

Carlos ArroyoÁlvaro Cervera

70'

ManelArmando

70'

JankovicOli

85'

Final del partido

90'

Cuando las nociones básicas del juego se difuminan -ayer en medio del barro-, el fútbol es del más listo. Ayer, el Oviedo se impuso en el fregado a un Valencia que no sabía muy bien a qué estaba jugando. Y el Oviedo fue de Robert Prosinecki, que hizo bastante de lo que se le pasó por la cabeza. El croata despierta y su equipo, al que se le está poniendo cara seria, avisa de pretensiones que se asemejaban más a los sueños no hace demasiado.

El punto de partida para ambos equipos en casi todas las jugadas era el mismo: el centro del campo. La pelota llegaba ahí muerta y embarrada. El Valencia apenas enlazó un par de pases. El Oviedo se hinchó a meter presión. Con los datos a la vista, el equipo asturiano se convierte en uno de los mejores conjuntos de los últimos meses: ha ganado 12 de los últimos 16 puntos que ha jugado y mantiene una renta de ocho encuentros en los que no ha puntuado de forma continua. Ayer, además, fortaleció la leyenda que comienza a edificar entorno a su campo, ya que en lo que va de Liga, se ha quedado con 21 de los 26 puntos. El joven portero Mora se pudo haber quedado viendo el partido por la televisión. Las estadísticas dirán que el Valencia tiró tres veces a portería, pero no especifica a cuál. Jamás enlazó una jugada a tres bandas el Valencia. Su falta de habilidad en la mayoría de las ocasiones y las veces en las que la ¿torpeza? del árbitro le robó oportunidades junto al área, construyeron una imagen patética del equipo de Parreira.

El Valencia vino a explotar el contraataque, pero sólo se sabía la primera parte. El gol llegó en el tumulto, tras un pase endiablado e imposible de Carlos, con su zurda, ante el descarrilamiento de un defensor. Jokanovic se alzó sobre Camarasa para rematar de cabeza. El partido no se rompió ahí, ni en la expulsión de Giner. El Oviedo hubiera ganado de todas, todas, y un susto más podría haber pasado Zubizarreta si no hubiera contado con la ayuda de los jueces de línea.