Ficha de partido: 07.02.1990: FC Barcelona 2 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

FC Barcelona
FC Barcelona
2 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Fernando Giner
19'
Fernando GómezAsist: Eloy Olaya
34'
Koeman
34'
Fernando Gómez
35'
Descanso
45'
Koeman (Pen.)
57'
Begiristain
70'
Paco CamarasaFernando Giner
72'
Miguel Ángel BossioEloy Olaya
77'
Roberto
84'
Miguel Ángel Bossio
85'
RekarteBakero
87'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Camp Nou
Aforo: 99.354 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 24/09/1957

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

Unas sesenta mil personas en el Camp Nou en este partido de ida de la semifinal de la Copa del Rey. Pitos de salida al Barça, ganados a pulso en Castellón, y moderada bronca al Valencia, que fue recibido con una traca ubicada en el último graderío del Camp Nou por un reducido grupo de seguidores blancos. El terreno de juego en mal estado y la noche agradable. Zubizarreta y Fernando ejercieron como capitanes. El portero azulgrana fue atendido tras un choque con Toni, hecho a destacar pues no recordamos un Zubizarreta maltrecho en muchísimo tiempo. En la grada, el entrenador balear Serra Ferrer, acompañado de Pep Bonet, en plan espía del FC Barcelona, al que visitarán el próximo domingo en jornada de Liga. Los azulgrana botaron nueve saques de esquina por cuatro el Valencia. La recaudación oficial ascendió a ocho millones de pesetas.

Arbitró el encuentro el asturiano Díaz Vega. Mostró tarjeta amarilla a Koeman, Begiristain, Giner, Fernando y Bossio. Anuló justamente un gol a Salinas, por fuera de juego, a los 25 minutos, y acertó con la señalización del penalty que Boro cometió sobre el propio Julio, a los 58. Para la moviola, un agarrón a Koeman dentro del área valencianista, con 1-1 en el marcador, que pareció merecedor también de la máxima pena, y una acción de Tomás sobre el inevitable Julio Salinas, que el árbitro situó sobre la misma línea del área.

Goles: 0-1, minuto 34. Eloy persigue y recupera un balón que parecia perderse por la línea de fondo y centra sin que Roberto, al cruce, pueda enviar a córner, como tampoco Amor. Toni deja pasar el esférico, que rebasa a Zubizarreta y aprovecha Fernando, quien en carrera no tiene más que empujarlo al fondo de la red. 1-1, minuto 58. Jugada de ataque del Barcelona que Arias desvía en corto lo que aprovecha Salinas para hacerse con el balón y encarar a Sempere. Boro lo evita agarrando por la cintura al delantero azulgrana y el claro penalty lo transforma poco después el infalible Koeman. 2-1, minuto 84. Córner que lanza Eusebio y cabecea Roberto, de testarazo noble y geñeroso, marca de la casa.

Si Johan Cruyff consigue que el Barça salga indemne de la gran prueba del Luis Casanova, podrá explicar a sus amigos de la prensa holandesa, a la afición azulgrana y a nosotros todos que ha cumplido. Tiene un gol de ventaja con que afrontar la vuelta y un pie en el que parece su mayestático objetivo de esta temporada: la final de la Copa del Rey. De momento pasó una noche de auténtico insomnio, con noventa minutos de juego intensísimo, en los que la garra y el coraje de sus jugadores le salvaron de otro importante ridículo táctico, amén del desfallecimiento del Valencia, que se fue abajo cuando mejor parecía tenerlo.

Johan Cruyff es, en efecto, un auténtico osado del banquillo. Las más de las veces juega en total superioridad respecto al adversario y presume de dar espectáculo. Otras, como en Castellón, le mojan la oreja. Ayer hizo salir a su equipo con un solo defensa, Aloisio, con un único central marcador, Koeman, y condenó al ostracismo a López Rekarte, que regaló el gol de Castellón, para obsequiarnos con la enorme ocurrencia de situar a Roberto de lateral izquierdo, en plan "falso lateral", decían a nuestro lado. Y tan falso. Tanto como vendido a su suerte, ante el escurridizo y hábil Toni, o cuando se terciaba, ante el tanque Penev, un delantero centro al que conviene seguir muy de cerca.

Roberto fue el hombre sacrificado en la noche de ayer y su posición, una graciosa concesión para Victor Espárrago que veía y no creía, como todo el Camp Nou, la demarcación del centrocampista azulgrana con mayor capacidad de remate y de pegada en la acción ofensiva. En zona de número tres, el hombre de Betxí necesitaba correr los cien metros más deprisa que Lewis para alcanzar el área de los sustos, si era en jugada, o sumarse al remate de los córners en moto para llegar a tiempo. Una vez lo hizo, una vez pudo conectar su privilegiada cabeza y lo dicho: 2-1 y medio objetivo en el bote.

Un choque que fue bonito, disputado y de tensión típicamente copera porque los che, fieles a su costumbre, dieron la cara en todo momento y favorecieron un bonito espectáculo. Bakero, a los siete minutos, cabeceó al poste rompiendo la salida-control del adversario y Amor, tres después, chutó alto en inmejorable posición. Amor le "robó" el puesto a Roberto, pero doctores tiene la iglesia azulgrana, como preludio del sensacional toma y daca que iba a concluir con el gol de Fernando y el escalofrío en el Camp Nou.

Zubizarreta, con los pies, había salvado un gol, previamente, a Penev, y vio como un cabezazo sesgado de Eloy se iba fuera, antes de que Salinas marcara en claro fuera de juego. Salinas estuvo ayer colosal, y le dió al evanescente Michael Laudrup un curso de lo que es jugar con y sin balón que dio gusto verlo. El 0-1 lo pudo enmendar Amor, sobre el descanso, pero su magnífica pared con Julio la abortó Giner sobre la línea de gol cuando ya se cantaba el empate.

Un empate que llegó pronto, a los 10 minutos de la reanudación, después de una jugada que posiblemente marcará el desenlace de la eliminatoria. En un contragolpe, Toni le sacó a Koeman dos metros en una carrera de cinco, centró evitando la salida de Zubizarreta, y el remate de Eloy se fue al palo. El 0-2, sin duda que habría sellado no ya la suerte del encuentro, sino de la eliminatoria, pero la madera contraria a la que Bakero estrelló su cabezazo en el primer tiempo quiso hacer justicia. Llegó después el 1-1, y ahí el Barcelona se agigantó, porque sus jugadores posiblemente no creen en los sistemas de su técnico ya ni en los entrenamientos, pero sí son capaces de sacar fuerzas de donde no las tienen.

Al Valencia, entonces, se le vino un pequeño huracán encima y aunque sus jugadores no le perdieron de todo la cara al partido, sí es cierto que se descompusieron hasta el punto que Espárrago quitó a Eloy para poner al defensivo Bossio e intentar amarrar el buen empate. Dos lances, un derribo a Salinas y un agarrón a Koeman, parecieron penalty antes de que Roberto acertara con el testarazo definitivo, decidiera el choque y pusiera a su equipo por delante por primera vez en la eliminatoria. Unos minutos antes, otra vez, Bakero se estrelló con el poste, en la fase de mayor dominio barcelonista, cuando el gol se olía en el cogote de Sempere, que juega la Copa y no Ochotorena.

El 2-1 cabe considerarlo justo, supo a gloria en el coliseo azulgrana porque las maneras del Valencia, que demostró ser un grande hasta cosa de un cuarto de hora para el final, pusieron cara, carísima, la victoria. Los blancos, ordenadísimos tácticamente y estratégicamente, ofrecieron una estampa de equipo ambicioso y fuerte que, sin duda, dirá su última palabra en la caldera del Luis Casanova el próxima día 28, en una vuelta que se antoja terrible. Firme atrás, con Fernando y Arroyo de pulmones, la tripleta ofensiva che es toda una amenaza pensando en los 90 minutos que restan por disputar en su estadio.