Ilie es un asesino nato. Con su aspecto gélido e, incluso, despistado fue capaz de crear tres ocasiones en los primeros 24 minutos del partido de las cuales dos acabaron en gol y una en el larguero. Recalcó su condición de asesino en serie machacando al Steaua. Después el encuentro se volvió loco. Con dominio del balón del Steaua, pero con contragolpes letales del Valencia. Al final, Angulo, a la contra, contrarrestó los tantos locales que empataban la contienda. Junto a Ilie apareció Cañizares. El portero detuvo un penalti en el minuto 20 cuando Schwarz derribó a Militaru y fue expulsado al ver la segunda amarilla por protestar. Todo se nublaba para el Valencia, pero Cañizares frustró a Serban.

El portero de Puertollano ha detenido esta temporada los tres penaltis que le han lanzado. El primero fue en la Copa Intertoto contra el Espanyol. El segundo llegó el pasado sábado, en el encuentro de Liga que le enfrentó al Deportivo de la Coruña. Ayer volvió a ser decisivo, y su impulso lanzó al resto del equipo. Además, la insultante efectividad de La Cobra desconcertó al conjunto rumano. Ilie marcó de cabeza en el minuto 11. El Steaua reaccionó y entonces llegó el penalti de Schwarz, pero Serban erró. Después vino la perfecta carrera de Carboni y un centro medio al pie de La Cobra, que volvió a morder.

Entonces el encuentro, lejos de decantarse hacia los visitantes, se dirigió hacia los locales, que movieron el balón con criterio. En un error defensivo de la zaga valencianista llegó el 1-2, obra de Lincar a la media vuelta. La segunda parte empezó con apagón de las torres de luz del estadio. En el 51 tuvo que suspenderse el encuentro durante 15 minutos. A partir de entonces llegó la batería de goles. Primero empató Rosu, después Angulo volvió a adelantar a los suyos, Dumitrescu volvió a empatar y Angulo, a cinco del final, quiso meterse el triunfo en el bolsillo en un partido loco.