Ficha de partido
Valencia CF
1 - 0
UD Las Palmas
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Miguel Ángel Angulo
16'
Gonzalo De los Santos
39'
Descanso
45'
Edu Alonso
45'
Kily GonzálezVicente Rodríguez
54'
David AlbeldaAsist: Pablo Aimar
61'
Alberto
64'
Francisco RufeteMiguel Ángel Angulo
65'
Alberto
67'
Amedeo Carboni
67'
Paqui
73'
EloyPablo Lago
74'
TevenetEdu Alonso
74'
RubénOrlando
78'
Juan SánchezPablo Aimar
80'
Sarasúa
87'
Sarasúa
90'
Nacho González
91'
Final del partido
92'
Estadio
Rival: UD Las Palmas
Records vs UD Las Palmas
Máximo goleador: Manuel Badenes (7 goles)
Goleador rival: Germán (8 goles)
Más partidos: Pep Claramunt (20 partidos)
Mayor victoria: 5 - 1 (01.10.2000)
Mayor derrota: 0 - 3 (28.02.1982)
Más repetido: 1-2 (8 veces)
Crónica
El Valencia cumplió con su deber, que no era otro que ganar a Las Palmas y se coloca colíder en la tabla. Ahora, lo de jugar bien al fútbol, lo de dar espectáculo, eso es otro cantar. Albelda se constituyó en matador de los canarios con un gol, con un espléndido trabajo de contención y distribución y además provocó la expulsión de Alberto dejando al rival con uno menos en los veintitrés minutos finales. Esta individualidad fue decisiva porque al Valencia le faltó trabajo de grupo.
El férreo sistema defensivo impuesto por Las Palmas se le atragantó al Valencia. A un equipo que le cuesta hacer gol, como ha quedado demostrado hasta ahora, le supuso una barrera tremenda el esquema defensivo que estableció Fernando Vázquez, con una zaga de cinco hombres a la que se sumaban los volantes, muy arropados todos, sin permitir la circulación del balón. El Valencia lo perdía con facilidad. Rafa Benítez volvió a apostar por el doble pivote, con Albelda y De los Santos, con lo que la presencia de Aimar significó que Salva quedara solo en el ataque porque el pibe se desenvolvió como media punta alternando posiciones a derecha e izquierda. Sólo cuando Aimar bajabahacia los dominios de los medio centro el Valencia tenía fluidez al reanudar el ataque. Sin embargo, esto se vio en pocas ocasiones. Aimar es mucho más peligroso saliendo de atrás y en el primer tiempo lo hizo en cuentagotas.
La disposición táctica de Las Palmas se plasmaba con mejor sentido que el Valencia. Los de Vázquez ocupaban mejor la parcela y llegaban a controlar la zona medular. Atrás mostraban cierta solvencia que contrastaba con la inoperancia del ataque, aunque en el último cuarto de hora las acciones a la contra pudieron ser decisivas, en especial un rápido despliegue de Lago por la izquierda que Jorge no supo resolver cuando el equipo insular se encontraba en superioridad. Probablemente esta fue la mejor oportunidad de gol que hubo en el primer periodo, porque tanto Cañizares como Nacho González apenas tuvieron que intervenir en acciones de peligro. Conviene dejar constancia de la jugada que en el minuto 24 acabó con el balón en la red canaria y que el árbitro invalidó a instancias del juez de línea. Fue un chut de Albelda que Salva convirtió en gol que no subió al marcador, a pesar de que las imágenes de televisión dejaban constancia de la posición legal del delantero valencianista.
El segundo tiempo comenzó con un claro penalti de Sarasua y Schurrer sobre Salva del que el árbitro no se enteró. El Valencia salió con ganas de resolver y la presencia de Kily en el puesto de Vicente -que se enfadó por el cambio-, dio un poco más de oxígeno, ya que el argentino bajaba a por el balón más que su compañero. El juego por las alas demostró que tiene significado de peligro y así llegó el gol de Albelda tras espléndido pase de Ayala sobre Aimar que próximo al banderín de córner centró para el valenciano.
Otra forma de dar oxígeno al centro del campo fue la presencia de Rufete. El Valencia empezaba a moverse más por los laterales y con la expulsión de Alberto a veintitrés minutos del final todo parecía que iba a ir sobre ruedas para los de Benítez, pero fue precisamente en el último tramo del partido cuando el Valencia puso el alma de los aficionados en un puño porque los contragolpes canarios podian haber significado el empate. Como consecuencia de varios errores de los jugadores valencianistas, el equipo de Vázquez dispuso de tres buenas opciones, en especial la que tuvo en sus botas Rubén, que no supo acertar ante la desesperación propia de sus compañeros y del entrenador que empezó a dar saltos de rabia.
El férreo sistema defensivo impuesto por Las Palmas se le atragantó al Valencia. A un equipo que le cuesta hacer gol, como ha quedado demostrado hasta ahora, le supuso una barrera tremenda el esquema defensivo que estableció Fernando Vázquez, con una zaga de cinco hombres a la que se sumaban los volantes, muy arropados todos, sin permitir la circulación del balón. El Valencia lo perdía con facilidad. Rafa Benítez volvió a apostar por el doble pivote, con Albelda y De los Santos, con lo que la presencia de Aimar significó que Salva quedara solo en el ataque porque el pibe se desenvolvió como media punta alternando posiciones a derecha e izquierda. Sólo cuando Aimar bajabahacia los dominios de los medio centro el Valencia tenía fluidez al reanudar el ataque. Sin embargo, esto se vio en pocas ocasiones. Aimar es mucho más peligroso saliendo de atrás y en el primer tiempo lo hizo en cuentagotas.
La disposición táctica de Las Palmas se plasmaba con mejor sentido que el Valencia. Los de Vázquez ocupaban mejor la parcela y llegaban a controlar la zona medular. Atrás mostraban cierta solvencia que contrastaba con la inoperancia del ataque, aunque en el último cuarto de hora las acciones a la contra pudieron ser decisivas, en especial un rápido despliegue de Lago por la izquierda que Jorge no supo resolver cuando el equipo insular se encontraba en superioridad. Probablemente esta fue la mejor oportunidad de gol que hubo en el primer periodo, porque tanto Cañizares como Nacho González apenas tuvieron que intervenir en acciones de peligro. Conviene dejar constancia de la jugada que en el minuto 24 acabó con el balón en la red canaria y que el árbitro invalidó a instancias del juez de línea. Fue un chut de Albelda que Salva convirtió en gol que no subió al marcador, a pesar de que las imágenes de televisión dejaban constancia de la posición legal del delantero valencianista.
El segundo tiempo comenzó con un claro penalti de Sarasua y Schurrer sobre Salva del que el árbitro no se enteró. El Valencia salió con ganas de resolver y la presencia de Kily en el puesto de Vicente -que se enfadó por el cambio-, dio un poco más de oxígeno, ya que el argentino bajaba a por el balón más que su compañero. El juego por las alas demostró que tiene significado de peligro y así llegó el gol de Albelda tras espléndido pase de Ayala sobre Aimar que próximo al banderín de córner centró para el valenciano.
Otra forma de dar oxígeno al centro del campo fue la presencia de Rufete. El Valencia empezaba a moverse más por los laterales y con la expulsión de Alberto a veintitrés minutos del final todo parecía que iba a ir sobre ruedas para los de Benítez, pero fue precisamente en el último tramo del partido cuando el Valencia puso el alma de los aficionados en un puño porque los contragolpes canarios podian haber significado el empate. Como consecuencia de varios errores de los jugadores valencianistas, el equipo de Vázquez dispuso de tres buenas opciones, en especial la que tuvo en sus botas Rubén, que no supo acertar ante la desesperación propia de sus compañeros y del entrenador que empezó a dar saltos de rabia.