Ficha de partido
Valencia CF
1 - 0
At. Madrid
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Prodan
34'
Descanso
45'
FutreBogdanovic
45'
Gerard LópezMarcelinho Carioca
45'
RobertoPaunovic
45'
VizcainoBejbl
45'
Prodan
55'
Claudio LópezAriel Ortega
57'
LópezLardin
57'
Miguel Ángel AnguloJavier Farinós
68'
Goran VlaovicLuis Milla
75'
EzquerroJosé Mari
80'
Gaizka MendietaJocelyn Angloma
83'
Romario de Souza
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: At. Madrid
Records vs At. Madrid
Máximo goleador: Mundo Suárez (16 goles)
Goleador rival: Luis Aragonés (12 goles)
Más partidos: Manolo Mestre (32 partidos)
Mayor victoria: 9 - 1 (13.09.1936)
Mayor derrota: 0 - 5 (10.11.1985)
Más repetido: 1-1 (22 veces)
Crónica
Romario llegó, marcó, levantó los brazos, saludó al público y se fue como todo un triunfador. Es lo que se persigue, lo que se busca, y todo ello llegó cuando apenas faltaban sesenta segundos para el final y después de haberse enrabietado tras haber tenido más que un cruce de palabras con Molina, situación que se subsanó al final del partido.
Cuando el encuentro ya llegaba a su final, Romario no se quiso ir de Mestalla sin dejar su huella y más allá de la frontal del área recibió un balón, se lo alzó sobre la pierna derecha y consiguió conectar un espectacular disparo a media altura que dejó a Molina con la frustración reflejada en su rostro. Recobrada la ilusión, reforzada la moral y con predisposición para la fiesta, la afición del Valencia se fue sonriente, satisfecha de Mestalla y se apresta a vivir otra temporada donde en sus inicios está resguardada por los altos objetivos que se quiere alcanzar.
Anoche vivió un primer acto y ante un equipo como el Atlético de Madrid que posee idénticos ideales que los valencianistas, y también, por qué no decirlo, idénticas obligaciones. Estamos atravesando el ciclo de las aspiraciones a ser campeón. Es el mejor momento de la temporada y máxime si acaba de forma clamorosa como sucedió a raíz del gol de Romario. Sin embargo, en Mestalla, se vivió el delirio desde minutos antes de las ocho de la noche, cuando se iniciaron los actos de presentación. El público todo lo observó de una forma positiva, y esta actitud no hay dinero con la que se pueda corresponder, la única forma en que se puede pagar es logrando un gol como el que marcó Romario.
Para vivir tan ilusionantes momentos el Valencia le ha dado la vuelta al calcetín y así observamos que sólo Zubizarreta, Cáceres, Farinós y Ortega permanecen de anteriores proyectos y si se quiere ser un poco exigente y riguroso, sólo el portero permanece, puesto que el resto llegaron casi al mismo tiempo que Valdano.
Para el presente proyecto, Romario asume la condición de ser el buque insignia de una nueva flota con el acompañamiento de Carioca y Ortega. Los tres conforman el triángulo de la exquisitez, precisión habilidad con el balón, inteligencia futbolística y sobradas cualidades para conectar con el público a través del espectáculo. Con ellos, el Valencia sitúa a la calidad como su imagen exterior más definida de cara a la presente temporada. Y para que Romario alcance la gloria se precisa jugar mirándole aunque sea de reojo. Hay que llevarle el balón a su territorio y esto es lo que anoche se intentó durante buena parte del partido, sin embargo, el gol llegó en un momento de explosión individual, lógicamente de Romario.
Cuando el encuentro ya llegaba a su final, Romario no se quiso ir de Mestalla sin dejar su huella y más allá de la frontal del área recibió un balón, se lo alzó sobre la pierna derecha y consiguió conectar un espectacular disparo a media altura que dejó a Molina con la frustración reflejada en su rostro. Recobrada la ilusión, reforzada la moral y con predisposición para la fiesta, la afición del Valencia se fue sonriente, satisfecha de Mestalla y se apresta a vivir otra temporada donde en sus inicios está resguardada por los altos objetivos que se quiere alcanzar.
Anoche vivió un primer acto y ante un equipo como el Atlético de Madrid que posee idénticos ideales que los valencianistas, y también, por qué no decirlo, idénticas obligaciones. Estamos atravesando el ciclo de las aspiraciones a ser campeón. Es el mejor momento de la temporada y máxime si acaba de forma clamorosa como sucedió a raíz del gol de Romario. Sin embargo, en Mestalla, se vivió el delirio desde minutos antes de las ocho de la noche, cuando se iniciaron los actos de presentación. El público todo lo observó de una forma positiva, y esta actitud no hay dinero con la que se pueda corresponder, la única forma en que se puede pagar es logrando un gol como el que marcó Romario.
Para vivir tan ilusionantes momentos el Valencia le ha dado la vuelta al calcetín y así observamos que sólo Zubizarreta, Cáceres, Farinós y Ortega permanecen de anteriores proyectos y si se quiere ser un poco exigente y riguroso, sólo el portero permanece, puesto que el resto llegaron casi al mismo tiempo que Valdano.
Para el presente proyecto, Romario asume la condición de ser el buque insignia de una nueva flota con el acompañamiento de Carioca y Ortega. Los tres conforman el triángulo de la exquisitez, precisión habilidad con el balón, inteligencia futbolística y sobradas cualidades para conectar con el público a través del espectáculo. Con ellos, el Valencia sitúa a la calidad como su imagen exterior más definida de cara a la presente temporada. Y para que Romario alcance la gloria se precisa jugar mirándole aunque sea de reojo. Hay que llevarle el balón a su territorio y esto es lo que anoche se intentó durante buena parte del partido, sin embargo, el gol llegó en un momento de explosión individual, lógicamente de Romario.