Ficha de partido
Valencia CF
2 - 0
RCD Espanyol
Equipos titulares
Sustituciones
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Voro González
11'
Gallart
21'
Descanso
45'
Fernando GómezAsist: Nando Martínez
49'
LosadaMauri
54'
GolobartZubillaga
60'
Golobart
74'
Juanjo JuárezEmilio Fenoll
74'
Pedro AlcañizRabah Madjer
74'
Golobart
89'
Pedro AlcañizAsist: Juanjo Juárez
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: RCD Espanyol
Records vs RCD Espanyol
Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Más partidos: Juan Ramón Santiago (28 partidos)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)
Crónica
Noche agradable en Valencia y gran entrada en el Luis Casanova, con recaudación oficial de 16.938.000 pesetas. Por el marcador electrónico se retransmitió el partido Celta-Real Madrid, que ofrecía TV3. Terreno de luego en buenas condiciones. Bronca y pitos de salida al Español, que se recrudecieron al final, en recuerdo de viejos pleitos entre ambos equipos. El público salió descontento con el partido, pero feliz con su desenlace. Ocho córners lanzó el Valencia por cinco el Español. Subirats e Iñaki ejercieron como capitanes.
Arbitró el andaluz Andújar Oliver. Regular. Muy protestado por el público a causa de los muchos fueras de juego que señaló al Valencia, propiciados por la defensa blanquoazul. No tuvo mayores problemas y sólo se le protestó en jugada un empujón a Fenoll en el área, que pasó por alto. Amonestó a Boro, Gallart y a Golobart por dos veces, la primera por protestar y la segunda por propinar un puñetazo a Giner, lo que le valió la expulsión.
Goles: 1-0, minuto 49. Larga jugada de ataque del Valencia, con sucesivos titubeos de la zaga blanquiazul que permiten a Nando lanzar un centro desde la izquierda para que Fernando conecte un buen cabezazo. Parece que N'Kono puede atajar el balón, pero Urquiaga, en su deseo de rechazarlo, no hace otra cosa que chocar con el camerunés e impedir que éste llegue al esférico. 2-0, minuto 90. Con el Español volcado sobre campo ché, se produce un rápido contragolpe que culminapor la izquierda Juárez con un centro raso que Alcañiz fusila, ya en el área pequeña, entre el delirio de la parroquia valenciana.
La estadística dice que éste es un terreno tradicionalmente gafe para las ilusiones del Español. La prensa valenciana pintaba ayer al blanquiazul como el equipo récord para los hombres valencianistas, que le habían hecho encajar 29 goles en los últimos diez años. La tradición se cumplió y dos nuevas dianas fueron a parar al marco de N'Kono, concretando un triunfo vital para el Valencia y que supone un amargo aperitivo para el Español ante su encuentro frente al Brujas, auténtico desafío de la campaña blanquiazul.
La noche del Luis Casanova también tuvo brujas porque no sólo la tradición y la estadística se conjugaron contra los deseos españolistas, sino porque difícilmente puede perderse un partido con más infortunio. Primero por el gol de Fernando y, luego, por la puntilla del 2-0, en el último minuto, cuando más presionaban Lauridsen y compañía en busca del empate.
El primer tiempo tuvo un comienzo engañoso, con un Valencia muy veloz, ambicioso y fresco de ideas, pivotando en torno de la figura del recuperado Rabah Madjer, que lanzó a sus compañeros hacia la meta de Tommy N'Kono con su fútbol fácil y al primer toque, que entusiasmó a los aficionados valencianistas. El Español se vió desbordado en esos primeros compases, hasta el punto en que por cuatro veces consecutivas el camerunés vió cómo disparos de los delanteros blancos buscaban sus redes. Pero este voluntarioso Valencia que, cuando el balón llegaba a Madjer quería ser el Oporto, fallaba como escopeta de feria cuando sonaba la hora del remate, la falta de puntería e inspiración de los hombres punta acabaron por desmoralizar al pobre Madjer, que debía soñar con una reentreé triunfal en el Luis Casanova ante la próxima llegada del Ramadán. La batuta estaba en pies de los blancos, pero el poco acierto de hombres clave como Fernando y Fenoll, en los que más se apoyó Rabah, fue apagando esa fulgurante salida hasta el punto de convertirse ambos en el centro de las iras del público, que veía cómo su equipo desperdiciaba las mejores ocasiones y echaba por la borda la posibilidad de poner el marcador rápidamente en franquicia.
El Español pudo rehacerse en base a los errores de su adversario, y entre Lauridsen y Soler, enderezar la lucha en el centro del campo, controlando más y mejor el balón. Pero tampoco los de Sarríá pudieron sacar fruto de su mejor fútbol, mediado este primer acto, porque Mauri y Pineda, sus puntas, tuvieron también el santo de espaldas, hasta el extremo de que sólo lanzaron un tiro a puerta en todo el primer tiempo y un córner, producto de una de las clásicas galopadas de Soler. Su gran oportunidad la encontró a los once minutos cuando Boro tuvo que cazar a Lauridsen, ganándose la tarjeta, tras haberle regalado el balón Zubillaga lanzó con intención, pero desviado, y salvo en esta ocasión el equipo catalán no existió ofensivamente.
Sin embargo su defensa se fue entonando, así como su centro del campo, y el Valencia se fue estrellando una y otra vez entre la desesperación de su parroquia. El colmo de sus desdichas ofensivas lo vimos a los 42 minutos cuando Fernando, en magistral acción de Madjer, siempre él, mandó el balón fuera sólo ante N'Kono y se llevó una gran bronca.
Pero, lo que son las cosas, el Español, al reanudarse el juego lanzó su primer tiro al marco de Sempere, por mediación de Lauridsen, blocando con dificultad el meta valencianista. Parecía que podría producirse un cambio de decoración, pero fue justamente al revés de lo que la andanada del danés hacía presagiar, porque a los cuatro minutos llegó el tradicional regalo de la cobertura españolista, que no supo despejar un balón a tiempo, ni cortar un centro y, para colmo, Urquiaga, en su afán de alejar el peligro acabó por impedir la acción de su guardameta en el despeje.
El 1-0 llegó, pues, cuando menos se esperaba y el Valencia, que había perdido claras opociones de gol, se puso en ventaja en un lance casi fortuito. El equillibrio fue mayor desde ese instante si cabe porque el conjunto local se tornó más especulativo y menos decidido en ataque, donde Rabab Madjer fue diluyéndose poco a poco.
Sin embargo, el Español se encargó de facilitarle las cosas. A los ocho minutos, Iñaki quiso ceder de tacón a N'Kono y lo que hizo fue dejarle el balón a Madjer que lanzó una vaselina que fue a estrellarse en el larguero, haciendo rugir al estadio. Poco después, otro titubeo de la zaga blanquiazul, no acabó en gol de milagro... Clemente reaccionó con rapidez, entrando primero Losada y después Golobart, mientras el Valencia fue perdiendo gas y ganando conservadurismo, hasta el punto que entramos en la recta final con un Español dominador y dibujándose sobre el césped la posibilida del empate. Prueba de ello fue que Roberto Gil echó mano de dos hombres de refresco, al ver perdida la zona ancha y al argelino como mera figura decorativa, al acusar sin duda su larga inactividad.
El 2-0, en fín, no refleja lo que fue el encuentro pero pone en evidencia las limitaciones de un Español incapaz de reaccionar, tocado además por la varita de la desdicha. Si tuvieramos que juzgar por lo visto anoche, sólo un milagro taumatúrgico puede convertirle en el equipo capaz de levantar la semifinal de la Copa de la UEFA, sin duda el acontecimiento de la temporada para un equipo que, en Valencia parece tener prohibida la alegría.
Arbitró el andaluz Andújar Oliver. Regular. Muy protestado por el público a causa de los muchos fueras de juego que señaló al Valencia, propiciados por la defensa blanquoazul. No tuvo mayores problemas y sólo se le protestó en jugada un empujón a Fenoll en el área, que pasó por alto. Amonestó a Boro, Gallart y a Golobart por dos veces, la primera por protestar y la segunda por propinar un puñetazo a Giner, lo que le valió la expulsión.
Goles: 1-0, minuto 49. Larga jugada de ataque del Valencia, con sucesivos titubeos de la zaga blanquiazul que permiten a Nando lanzar un centro desde la izquierda para que Fernando conecte un buen cabezazo. Parece que N'Kono puede atajar el balón, pero Urquiaga, en su deseo de rechazarlo, no hace otra cosa que chocar con el camerunés e impedir que éste llegue al esférico. 2-0, minuto 90. Con el Español volcado sobre campo ché, se produce un rápido contragolpe que culminapor la izquierda Juárez con un centro raso que Alcañiz fusila, ya en el área pequeña, entre el delirio de la parroquia valenciana.
La estadística dice que éste es un terreno tradicionalmente gafe para las ilusiones del Español. La prensa valenciana pintaba ayer al blanquiazul como el equipo récord para los hombres valencianistas, que le habían hecho encajar 29 goles en los últimos diez años. La tradición se cumplió y dos nuevas dianas fueron a parar al marco de N'Kono, concretando un triunfo vital para el Valencia y que supone un amargo aperitivo para el Español ante su encuentro frente al Brujas, auténtico desafío de la campaña blanquiazul.
La noche del Luis Casanova también tuvo brujas porque no sólo la tradición y la estadística se conjugaron contra los deseos españolistas, sino porque difícilmente puede perderse un partido con más infortunio. Primero por el gol de Fernando y, luego, por la puntilla del 2-0, en el último minuto, cuando más presionaban Lauridsen y compañía en busca del empate.
El primer tiempo tuvo un comienzo engañoso, con un Valencia muy veloz, ambicioso y fresco de ideas, pivotando en torno de la figura del recuperado Rabah Madjer, que lanzó a sus compañeros hacia la meta de Tommy N'Kono con su fútbol fácil y al primer toque, que entusiasmó a los aficionados valencianistas. El Español se vió desbordado en esos primeros compases, hasta el punto en que por cuatro veces consecutivas el camerunés vió cómo disparos de los delanteros blancos buscaban sus redes. Pero este voluntarioso Valencia que, cuando el balón llegaba a Madjer quería ser el Oporto, fallaba como escopeta de feria cuando sonaba la hora del remate, la falta de puntería e inspiración de los hombres punta acabaron por desmoralizar al pobre Madjer, que debía soñar con una reentreé triunfal en el Luis Casanova ante la próxima llegada del Ramadán. La batuta estaba en pies de los blancos, pero el poco acierto de hombres clave como Fernando y Fenoll, en los que más se apoyó Rabah, fue apagando esa fulgurante salida hasta el punto de convertirse ambos en el centro de las iras del público, que veía cómo su equipo desperdiciaba las mejores ocasiones y echaba por la borda la posibilidad de poner el marcador rápidamente en franquicia.
El Español pudo rehacerse en base a los errores de su adversario, y entre Lauridsen y Soler, enderezar la lucha en el centro del campo, controlando más y mejor el balón. Pero tampoco los de Sarríá pudieron sacar fruto de su mejor fútbol, mediado este primer acto, porque Mauri y Pineda, sus puntas, tuvieron también el santo de espaldas, hasta el extremo de que sólo lanzaron un tiro a puerta en todo el primer tiempo y un córner, producto de una de las clásicas galopadas de Soler. Su gran oportunidad la encontró a los once minutos cuando Boro tuvo que cazar a Lauridsen, ganándose la tarjeta, tras haberle regalado el balón Zubillaga lanzó con intención, pero desviado, y salvo en esta ocasión el equipo catalán no existió ofensivamente.
Sin embargo su defensa se fue entonando, así como su centro del campo, y el Valencia se fue estrellando una y otra vez entre la desesperación de su parroquia. El colmo de sus desdichas ofensivas lo vimos a los 42 minutos cuando Fernando, en magistral acción de Madjer, siempre él, mandó el balón fuera sólo ante N'Kono y se llevó una gran bronca.
Pero, lo que son las cosas, el Español, al reanudarse el juego lanzó su primer tiro al marco de Sempere, por mediación de Lauridsen, blocando con dificultad el meta valencianista. Parecía que podría producirse un cambio de decoración, pero fue justamente al revés de lo que la andanada del danés hacía presagiar, porque a los cuatro minutos llegó el tradicional regalo de la cobertura españolista, que no supo despejar un balón a tiempo, ni cortar un centro y, para colmo, Urquiaga, en su afán de alejar el peligro acabó por impedir la acción de su guardameta en el despeje.
El 1-0 llegó, pues, cuando menos se esperaba y el Valencia, que había perdido claras opociones de gol, se puso en ventaja en un lance casi fortuito. El equillibrio fue mayor desde ese instante si cabe porque el conjunto local se tornó más especulativo y menos decidido en ataque, donde Rabab Madjer fue diluyéndose poco a poco.
Sin embargo, el Español se encargó de facilitarle las cosas. A los ocho minutos, Iñaki quiso ceder de tacón a N'Kono y lo que hizo fue dejarle el balón a Madjer que lanzó una vaselina que fue a estrellarse en el larguero, haciendo rugir al estadio. Poco después, otro titubeo de la zaga blanquiazul, no acabó en gol de milagro... Clemente reaccionó con rapidez, entrando primero Losada y después Golobart, mientras el Valencia fue perdiendo gas y ganando conservadurismo, hasta el punto que entramos en la recta final con un Español dominador y dibujándose sobre el césped la posibilida del empate. Prueba de ello fue que Roberto Gil echó mano de dos hombres de refresco, al ver perdida la zona ancha y al argelino como mera figura decorativa, al acusar sin duda su larga inactividad.
El 2-0, en fín, no refleja lo que fue el encuentro pero pone en evidencia las limitaciones de un Español incapaz de reaccionar, tocado además por la varita de la desdicha. Si tuvieramos que juzgar por lo visto anoche, sólo un milagro taumatúrgico puede convertirle en el equipo capaz de levantar la semifinal de la Copa de la UEFA, sin duda el acontecimiento de la temporada para un equipo que, en Valencia parece tener prohibida la alegría.